2006–2010. El disco negro / Obsesión

Por Marcel Lueiro

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6 min readAug 13, 2020

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Obsesión por José Ángel Nazabal

En mi colección de discos hay pocas muestras de rap. Algo de los imprescindibles The Roots, aquel primer álbum hermoso de Lauryn Hill, algunos temas de Papá Humbertico, los Beastie Boys, la Fabrik, El disco negro de Obsesión, piezas escogidas con las que pude entender y amar el rap y la cultura hip hop.

Creo que fue en 2006 cuando mi trabajo junto a Jesús Figueredo en el Centro Martin Luther King nos llevó a colaborar de cerca con Magia López y Alexey Rodríguez (… el tipo este). Ya los conocía de antes, pero fue por esa época en que nos inventamos juntos la meta de que el movimiento de hip hop cubano y la Educación Popular (esa pedagogía liberadora iniciada por el brasileño Paulo Freire) se reconocieran como dos espacios emancipadores que podían enriquecerse de manera mutua. Recuerdo con emoción los talleres que finalmente se concretaron en aquellos Simposios de hip hop que acogían a cubanos y extranjeros, exponentes de una cultura que incluía a bailadores, productores, grafiteros, promotores incansables como Isnay Rodríguez (que luego se convertiría en DJ Jigüe), raperos y raperas como Hermanazos o las Krudas e intelectuales como Roberto Zurbano. Por algunos años tuve la suerte de asistir allí a un debate intenso, hubo, como decíamos en broma, mucha “partidera” de cabeza. El objetivo no era otro que mirar desde adentro, con ojo crítico, a la cultura hip hop, para tratar de reducir problemas como el machismo en las letras de rap, la escasa presencia de las mujeres en la escena o la falta de proyección social de algunos artistas al interior de sus comunidades. Vistos en la distancia –más allá de los errores que se pueden producir al interior de los movimientos o del distanciamiento posterior de muchos de aquellos grupos con respecto a la Agencia Cubana de Rap –, los Simposios fueron un espacio hermoso de aprendizaje que me dejó, además, la amistad de algunas personas importantes en mi vida. Un tiempo después, en el 2010, Magia y Alexey me regalaron un ejemplar de su Disco negro, que he atesorado desde entonces como un manifiesto musical, poético y político de apenas 28 minutos, que habla mucho de nuestra historia y también, visto con luz larga, de lo que para mí significa ser cubano.

El disco negro (2011)

En el «Intro», Obsesión responde al llamado del griot (el narrador oral africano) de caminar siempre en “dirección al sol”, antes de deslizar esta declaración: mi profunda voz convoca al negro y al blanco / que bailan el mismo son. Y luego los siguientes versos de Nicolás Guillén: aquí el que más fino sea / responde si llamo yo. Comienza así el sonido espectacular de este disco, el crossover que identifica la manera en que Obsesión aprendió a jugar con los samples, la vía para trascender el carácter mimético del rap de la vieja escuela y sonar como una banda de bases electrónicas, más cercana al jazz o el funk, con margen para los instrumentos tradicionales. En «Tú con tu ballet», Magia y Alexey despliegan el sentido del humor y el sarcasmo que los caracteriza en su intento por desenmascarar el racismo oculto en (entre) nosotros, bajo dualidades como limpio-sucio (blanco-negro), adelanto-atraso, alta cultura-cultura popular. Es una canción que evidencia la comprensión a nivel sociológico (los estudios de fondo que ha realizado Obsesión) sobre las manifestaciones del racismo, algo que aprendieron a identificar muy bien bajo la luz de maestros como Tomasito Fernández Robaina. Como, además, el tema es súper bailable, con ese bajando / bajando del inicio, lo recomiendo a quien se quiera llevar a su fiesta el ritmo que aportan los invitados de Yoruba Andabo. Con «Víctimas» —ojo, que hay pocos flows en Cuba más creativos que el de “el tipo este” –, Obsesión denuncia los mecanismos de poder que excluyen y criminalizan por el color de la piel y la falsa noción de raza, parte del sentido común del Babylon, aún presente en nuestro país. Acompañada de un beat preciso, la guitarra de Pablo Menéndez (Mezcla) contribuye a dibujar un groove maravilloso, suerte de empaste funky-afrobeat que suena tremendamente universal.

«Tú con tu ballet» (Audio)

En el interludio «Eduardo en talla» se escucha un fragmento de audio del cortometraje Photoshop, del realizador Eduardo del Llano. Ante la pregunta implícita de si es posible comprender las luchas por la independencia en Cuba (y a la larga, por la nación en sí), sin estimar el aporte decisivo de las mujeres y los hombres negros, este breve tema no hace más que evidenciar nuestra miopía histórica, vergonzante, con respecto a sucesos como la Conspiración de la Escalera o la sublevación de los Independientes de Color.

A su vez, «Me afroconozco», que cuenta con featuring de la rapera feminista jamaicano-canadiense D´bi Young, hace énfasis en el reconocimiento a una identidad cultural que aún hoy brega por levantarse, sobre las voces de los ancestros, en busca de justicia. Las rimas de Magia en esta ocasión se mueven a un nivel muy alto, quizás uno de los pasajes líricos más sobresalientes del rap nacional:

racismo cambia de forma / muta/ se moderniza / junto a la escenografía / lo que no varía es la coreografía / que pasa inadvertida para muchos todavía / el silencio continúa en su porfía / y una imaginando cómo sería / si este asunto siempre pospuesto / no estuviera limitado solo al círculo de intelectuales / si se debatiera en las comunidades / si no estuviera ausente del sistema educacional / donde su tratamiento es puramente histórico / no actual…

El hilo conceptual de El disco negro continúa con «El loco», uno cuyo “abuelo peleó con los mambises” y se cuestiona a través de la sátira la invisibilidad (a la altura del 2010) de las personas de piel negra en la televisión y los medios de comunicación. «¿Viste?» cuenta con la voz de fondo de Celso Rodríguez y las máquinas de DJ Jigüe. Es el gesto solidario que Obsesión grabara para el pueblo haitiano, a raíz del terremoto de 2008, y que insiste en la cronología histórica como una manera de comprender la verdadera tragedia de Haití.

Reconocer la integridad y valía de la belleza ni canónica ni estandarizada, auténtica y libre, es el objetivo de «Mi belleza», donde el dúo Karma acompaña con sus voces transoceánicas y su arsenal de artefactos mágicos de percusión.

Luego, llega el voltaje de El Adverzario como invitado para levantar la mano con otra cuestión de principios: «Abakuá» o el respeto y la integridad que supone una religión que se basa en la hermandad entre los seres humanos y no -como muchos creen- en la violencia criminal.

«Abakuá» feat. Adverzario (Audio)

Uno de los referentes poéticos y filosóficos más entrañables del hip hop cubano es sin duda Rogelio Martínez Furé. En el otro interludio, «Furé en talla», Obsesión rinde homenaje al maestro con la reproducción de un canto en su propia voz: Ay, Dios, José Miguel, por qué mataste a tantos negros inocentes…

Es el prólogo de «Calle G» un tema explosivo que reivindica la exigencia de derribar el monumento en La Habana a quien fuera Presidente de la República entre 1909 y 1913 y principal responsable de la matanza de los Independientes de Color: el general José Miguel Gómez. Ante esa ofensa aún latente, dispara la “supercrónica Obsesión”:

No entiendo qué hace ese tipo ahí / después de una Revolución que se hizo aquí / qué fue lo que pasó con la memoria de este país / no sé a ti / a nosotros / ¡no nos representa! / que no me den muela / que para mí está claro / que está glorificando el racismo al descaro (…) / hago un llamado al grafiti cubano / si no la tumban / vamos y la grafiteamos.

La reivindicación es tanto más fuerte, cuando Obsesión ha dado muestras responsables con su obra de un pensamiento crítico comprometido con la historia de la Revolución, la misma fuerza que movía a Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet, los líderes de los Independientes.

Esta solicitud no es pa´ escritorio / es una exigencia del pueblo / túmbenlo, urgente / por los Independientes / además en la misma calle están Salvador Allende / Benito Juárez / Eloy Alfaro / no sé si tú me entiendes…

Aun cuando en los últimos años se ha reconocido oficialmente la necesidad de discutir el problema del racismo y otros trastos coloniales que pesan sobre nuestras espaldas, estas y otras alertas de Obsesión siguen presentes. Poder que tiene El disco negro, una obra que merece ser más conocida y que para mí es ya un clásico. Como una especie de ceiba de raíces fuertes.

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Piquete cubano de cronistas musicales improvisados…