Seres Humanos del Futuro
¿Serán así? Grandes ojos y testículos en miniatura.
¿Cómo te imaginas que serán los seres humanos en el futuro? ¿Te has formulado alguna vez esa pregunta? Es muy probable que hayas sentido curiosidad al respecto y, es muy probable también, que tus respuestas hayan sido diferentes de las mías y diferentes, también, de las de otros congéneres nuestros. Y esas diferencias se deben -en la mayoría de los casos- a que tales respuestas obedecen más a nuestras fantasías que a estudios o investigaciones hechas por nosotros. Al menos, ése es mi caso. Sólo imaginación.
Pero, desde luego, hay investigadores y estudiosos que ofrecen diversas respuestas a esa inquietud, apoyadas, en sus casos, en fundamentos sostenidos sobre basamentos de orden científico. Ellos son especialistas y tienen la responsabilidad de ofrecer ese tipo de respuestas. Para ellos es casi una obligación hacerlo, bien sea por su propia iniciativa, o porque, irremediablemente, en algún momento de sus periplos, se toparán con quienes les formulen la interrogante.
No obstante lo anotado hasta ahora, yo soy de la opinión de que, aunque los investigadores tengan mayores y más sólidos soportes para apoyar sus asertos, no poseen garantías ciertas de que sean ellos, de manera absoluta e indiscutible quienes vayan a resultar favorecidos por la razón. La historia nos ha enseñado que, en incontables oportunidades, ha sido la imaginación la que se ha adelantado a los acontecimientos futuros por encima de muy respetables y prudentes investigaciones. Además de reconocer que cada investigador, por su parte, también añade a sus conclusiones una buena cuota de lo que le indican su ingenio y creatividad.
Pero, vayamos por hoy, al encuentro con algunas -muy pocas- de esas respuestas que en estos días nos ofrecen algunos de esos estudiosos especializados en ramas científicas que les permiten, con autoridad, conjeturar acerca de la apariencia que tendrán los seres humanos que nos remplazarán en los próximos cientos o miles de años.
Lo primero que se les ocurre es que los humanos del futuro serán -por término medio- más altos que nosotros. Tal afirmación del osteópata Garry Trainer, se basa en que el ser humano ha venido mostrando cada vez mayor altura que sus antecesores. Él dice que en unos mil años, la altura de los seres humanos oscilará entre 1.83 y 2.13 metros. Los intestinos humanos serán más cortos, lo que hará que se absorba menos grasas y azúcares como medio natural de combatir la obesidad, y la piel se volverá, en general, más oscura debido a las múltiples mezclas interraciales. Los brazos y los dedos se harán más largos debido a la multiplicidad de teclados y otros dispositivos que se seguirán manejando; pero el cerebro, a diferencia de lo que otros mucohs piensan ahora, se hará más pequeño, puesto que la acumulación y memorización de información será función de computadoras lo que hará superfluas ciertas funciones cerebrales. También dice Trainer que los ojos serán de mayor tamaño debido al uso intensivo que les damos ahora y les daremos más tarde; en cambio, la boca será más pequeña y con menos dientes porque los alimentos serán blandos, líquidos o en comrpimidos.
Por su parte, el Dr. Alan Kwan, experto en genómica computacional, afirma que el rostro humano mostrará enormes cambios dentro de 20, 60 y cien mil años. Especialmente se tendrá una frente muy amplia y unos ojos considerablemente agrandados.
El neurocientífico Dean Burnett cree que los seres humanos del futuro tendrán tentáculos, esqueletos flexible, como los tiburones, y piel de color alternante, como los camaleones, todo ello para cumplir mejor ciertas funciones y como medios naturales de adaptación y defensa.
Es de observar que todas esas profecías deben tomar en cuenta, además, todo lo relacionado con la influencia del cambio climático, desarrollo de la medicina y de la tecnología, la robótica, la destrucción de los ecosistemas y la posible conquista de otros planetas, factores todos que contribuirán para que se produzcan cambios en la estructura, apariencia y hábitos de los seres humanos del futuro, así como también en lo relacionado con lo afectivo, lo moral y lo psicológico.
Un dato extra que me llamó la atención es el aportado por Garry Trainer, quien afirma que si la fertilidad masculina sigue disminuyendo, los hombres llegarán a tener unos testículos muy pequeños. O sea, unos testiculitos.
