¿Cómo crear Catálogo sin morir en el intento? Experiencia de un equipo a distancia

A veces amar tu trabajo no está fácil.

Para una persona que llega a la oficina y se encuentra con una lista de 200 publicaciones a analizar que se cierra porque sí, mil planillas de excel para completar y un navegador con 15 pestañas abiertas; amar su trabajo, es lo último que piensa al final del día.

Y así todos los días, de lunes a viernes, de 9 a 18 horas. ¡UF!

Esta tarea es la que realiza el equipo que analiza las publicaciones de Mercado Libre. ¿Qué hacen? Validan los datos y crean los productos para nuestro catálogo. El famoso catálogo que mejorará la experiencia de compra a todos los niveles, desde la búsqueda en la plataforma al envío.

¿Qué nos propusieron? Todo un desafío: diseñar una nueva herramienta para conseguir que crear productos no sea un suplicio. Tarea difícil, pero no imposible.

El objetivo era claro: más productos, más fácil y más rápido.

El tema era cómo hacerlo siendo un equipo de 15 personas de distintas áreas, en 2 países y 3 oficinas diferentes.

Uniendo al equipo

En cualquier proyecto, lo primero es conocerse bien, no solo la relación equipo-problema, sino también de equipo a equipo. Por eso lo más importante fue ponerle cara y cuerpo a los que leen nuestros mails y contestan chats desde Uruguay.

Fue fundamental hacer que la palabra “equipo” tenga sentido, y para eso se crearon los aviones y las videollamadas regulares. Además de los benditos Day off, la forma de tenernos a todos bajo el mismo techo (lo de la comida gratis solo es la frutilla de la torta).

Uruguay y Argentina de repente comenzó a acercarse semana a semana, física y virtualmente. Entre los viajes y las reuniones vía call, pudimos vivir la misma experiencia, juntos en cada etapa.

Observación y brainstorming sessions

Y así es como empezaron las peregrinaciones entre oficinas. Armamos equipos mixtos de Comunicación, Diseño y Desarrollo para realizar sesiones de observación, en las que los usuarios de la herramientas actuales nos explicaban cómo realizaban sus tareas.

De esta manera todos podíamos analizar, con nuestra particular mirada y experiencia, cómo interactuaban con las herramientas que usan ahora. Así detectamos varias fricciones que resumimos con el siguiente diagnóstico: el admin actual era un enorme punto de dolor, sufrido por todos.

Y como queríamos que los usuarios formen parte de la solución, nos armamos de post-its y biromes, y en una sesión de brainstorming confirmamos que nuestra lista de fricciones era una realidad. Y entre todos (usuarios incluidos) empezamos a dibujar la forma de cambiarla.

Establecer un mismo idioma

Para los ansiosos (como yo) que empiezan un proyecto pensando soluciones, les aconsejo lo siguiente: armar antes una reunión de “hablemos el mismo idioma, por favor”. Todo proyecto con un número de personas superior a 1 necesita una de estas.

Esto marcó un antes y después en nuestro equipo, definimos los conceptos que usaríamos durante el proyecto, alineándonos a todos y limpiando las posibles tensiones que pudieron surgir al tratar de nombrar, referir o explicar algo.

Porque cuando algo es complejo, hace que hablar de eso también lo sea, haciendo que equivocarse sea más fácil que acertar.

Cuestionar, co-dibujar e iterar juntos

Acto seguido, abordamos el clásico ¿cómo arrancamos? La mejor manera era empezar de cero y así comenzamos a cuestionar lo más básico, todos nos volvimos elásticos y multidisciplinales.

Vimos proezas como redactores diseñando wireframes, desarrolladores aportando el CTA perfecto y diseñadores sugiriendo mejoras con las palabras mágicas “eso seguro se puede hacer por atrás”. Nos convertimos en una red de conocimientos que circulaba por todos nosotros, mejorándonos.

Ahora bien, con un tercio del equipo en Uruguay y otro en la otra punta de Buenos Aires, ¿cómo hacemos para dibujar el primer boceto del prototipo y que todos podamos aportar nuestras ideas y opiniones? ¡Bienvenido a nuestras vidas Moqups! ¿Querían diseñar un admin en grupo? Tomá.

Una herramienta colaborativa que nos permitía diseñar online, de manera que todos los usuarios podían aportar sus ideas, bocetos y por supuestos los millones de feedbacks.

Dibujar así fue una experiencia cuasi paranormal. Si querías dibujar con tu compañero charrúa, te ponías los auriculares, lo llamabas por call y mientras los dos agregábamos wireframes, charlábamos de la vida y argumentábamos algunos cambios.

El escritorio de la oficina se convirtió en algo virtual que dió como resultado 5 iteraciones y 3 prototipados de papel.

Aceptando al MVP

Quinientas mil validaciones después, largas calls donde se definió, discutió y argumentó cada micro-interacción del admin, llegaba la parte más difícil, aprender a #soltar, aprender a aceptar el MVP.

MVP, OMG, GMV, WTF? Para los que le bailan las siglas, MVP es Minimum Viable Product. Es decir, qué mejora podemos hacer YA para ir facilitándole la vida a nuestros 500 usuarios, y luego ir incorporando todo lo demás hasta llegar al producto final.

Y aquí es cuando nos volvimos todos locos. Porque es muy duro dar esa pequeña parte cuando sabés que todo junto es mucho mejor. Te sentís como que salís a medio vestir a la calle, que a la muñeca le falta un brazo, que ese auto no tiene ruedas… Y no es así.

Es lo mínimo que podés hacer en tiempo record para ir solucionando el problema. Y cuanto antes se acepta, antes se disfruta del proceso.

To be continued

Todo el equipo (las 15 personas que se ocultan detrás de estas dos manos) te dan las gracias por leer hasta acá.

Esta experiencia nos ayudó a crear una forma de trabajar desde la colaboración, donde la tecnología se convierte en aliada para salvar las distancias y encontrar así una solución juntos.

Y por último gracias a todo este equipo:

Alejandro Barreiro
Daniel Pasetto
Fabio Notaro
Gabriel Jorcin
Gonzalo Gismero
Guido Bruno
Gustavo Tillet
Johanna Orellana
Lucía Glisenti
Martín Ogara
Maru Cristiani
Nicolás Bianchi
Pablo Guillama
Sebastián Travella
Valeria Arias
Virginia Cabrera

A todos los usuarios que han participado durante el proceso.