Déficit de compresión lectora
El historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez en su ingenioso panfleto de 1988 titulado Allegro ma non troppo. En él expone una visión de la gente estúpida como un grupo más poderoso que organizaciones como la Mafia, la OTAN, el FMI o la Internacional Comunista. El grupo de los estúpidos, sin reglamentos, líderes o manifiestos, consigue ejercer un efecto enorme con una coordinación increíble (y espontánea).
Cipolla formulaba la cinco Leyes Fundamentales de la Estupidez, siendo la primera:
Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.
Esta profunda verdad universal explica el asombroso pasmo que nos produce el cuñadismo, los #LET, las recurrentes victorias electorales de probados incompetentes, la constante cantidad de firmes candidatos a los Premios Darwin y en general cualquier otro fenómeno que solo puede explicar la existencia de volúmenes industriales de estupidez. Existencia que continuamente olvidamos o menospreciamos.
Hay que mantener alerta los cinco sentidos para no cruzarse en el camino de los estúpidos, porque aparecen donde menos te lo esperas. Mezclarse con ellos es el peor error que puedes cometer, a veces incluso el último: el estúpido no dudará en pegarte un tiro en la cara para acabar con la mosca que cree que te molesta y acaba de posarse de tu nariz, metafóricamente hablando. O que le molesta a él, porque también los hay de género autista con agenda.
Para muestra un botón:
¿Que ha dicho QUÉ?
El pasado sábado 5 de septiembre Elías publicaba el siguiente tuit:
Aunque él mismo indica en su bio que suele pulular por Melilla, del propio texto ya se desprende que la paella se presentó a un concurso realizado fuera de Valencia. Claro y meridiano, ¿a que sí?
Pues no:
Espectacular muestra. No se limite usted a gritar al mundo que es estúpido: hágalo además con una buena dosis de soberbia superioridad, para que no queden dudas.
Si en este momento tienes la tentación de considerar que quienes hicieron RTs y FAVs (Elías aparte) a estos de arriba estaban de broma o ironizando, recuerda la Primera Ley Fundamental de Cipolla.
Las bromitas te las metes por donde ya sabes…
Si los estúpidos tienen serios problemas para entender la información implícita en una frase corta, simple y directa, ¿qué ocurre con los chistes?
Se me ocurrió responder a Elías con esto:
La broma no tenía mucha dificultad, ni siquiera ironía o sarcasmo (esto ya lo dejamos para otro día, porque tela), pero indefectiblemente los estúpidos se vieron legitimados a emplear la violencia y el desprecio a lo ajeno ante tamaño insulto:
Este último indocumentado es de hace apenas unas horas, así que me temo que seguiremos informando…
Lasciate ogni speranza
Así son las conversaciones que uno puede esperar cuando no hay barreras para entablarlas, que es una de las cosas que caracterizan a las redes sociales.
Quizá los anteriores sean ejemplos extremos, en el sentido de que resulta obvio que no entendieron una mierda. Pero ocurre a todos los niveles: gente que solo argumenta con falacias, que es incapaz de entender el contexto, marco de discusión o referencias usadas por los demás, que da cualquier bulo por cierto pero desprecia las fuentes series por conspiranoia u otro motivo estúpido, etcétera. El horror.
¡Perded toda esperanza los que entráis a Twitter de tener conversaciones coherentes, salvo rarísimas excepciones!
