Así es el día a día de un empleado de un salón de juego

Horas sin clientes, situaciones de tensión, momentos con el local lleno… Los trabajadores de estos establecimientos pueden pasar de la tranquilidad a la extenuación en pocos minutos

Francisco Guerrero
Periodismo Local Lab
10 min readDec 19, 2019

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La inmensa mayoría de salones de juego suele abrir sus puertas a las diez de la mañana | Fuente propia

Óscar Belda, 25 años. Tras dos años en paro, la oportunidad de trabajar en un salón de juego no la vio con malos ojos. “Pensé que estaría chupado eso de servir alcohol y ayudar a cobrar los premios, pero en realidad no sabía a lo que me exponía”, afirma este joven ilicitano. “Gente borracha, golpes a las máquinas, aglomeraciones de personas para ver el fútbol, horas de trabajo sin clientes… Puedes pasar de la calma a la tormenta en solo unos minutos”, expresa Belda. Este es el pan de cada día para muchos de los trabajadores de las salas de apuestas, la cara oculta de un oficio que pasa inadvertido para buena parte de la sociedad.

Nada de discriminación sexual, una protección eficaz, un máximo de 80 horas extra al año y jornadas de 40 horas semanales como mucho. Estos son algunos de los derechos de los trabajadores recogidos en la Legislación Laboral. Sin embargo, los empleados de los salones de juego ven reducidos varios de estos derechos. Escasa protección en algunas situaciones, declaración de pocas horas de trabajo cuando en realidad hacen muchas más, pagos en negro, etc. Para tratar de mejorar estos incumplimientos, empresas como Orenes establecen sus propios convenios. La mayoría de empleados de estos establecimientos no lo consideran un trabajo difícil, pero sí lleno de altibajos y con aspectos a perfeccionar.

Evolución en la última década de los salones de juego en los barrios ilicitanos de Carrús y Toscar | Fuente propia

10:00 a 11:00: La sala de juego abre sus puertas y rápidamente tres clientes van directos a jugar a las tragaperras. Poco más tarde, dos hombres entran a echar unas apuestas a las mañaneras carreras de galgos; sentados junto al televisor, ambos pasan media hora viendo estos eventos. Un nuevo cliente llega para desayunar y jugar unos cuantos euros en la ruleta. Tras media hora ante la pantalla de la máquina de apuestas, un hombre realiza una apuesta y se marcha. Ya casi a las once, el dependiente acude con una tarjeta especial a realizar un cobro en una tragaperras.

11:00 a 12:00: El propio dependiente tiene que llamar al servicio técnico para que arreglen una máquina de apuestas que da fallo. Seguidamente, un joven cobra una apuesta deportiva de 100 euros y entra a jugarse el dinero en la ruleta, sale sin nada. Un nuevo cliente entra directo a una tragaperras con cinco euros en la mano y los acaba perdiendo. Mientras tanto, el empleado del local aprovecha para limpiar un poco el establecimiento. A continuación, dos jóvenes entran y echan cinco euros a una apuesta.

Muchos trabajadores de salas de juego pueden llegar a alcanzar jornadas de doce horas y solo declaran cuatro

“Si apuntara todo lo curioso o importante que sucede aquí dentro, escribiría un libro”, comenta entre risas Belda. Este joven dependiente ha llegado a atender peticiones de clientes que solicitan dinero a cambio de sus objetos personales. “Vienen y te dicen que te dejan sus móviles y joyas por 50 euros; de hecho, tenemos un cajón lleno”, añade el propio Belda. En dicho cajón, numerosos teléfonos móviles y distintos tipos de joyas reposan en bolsas de plástico esperando a su dueño.

Los trabajadores de estos locales también esperan. “Este trabajo es básicamente esperar a que pasen las horas”, dice Óscar Belda. El horario de las salas de apuestas suele dividirse en dos turnos: uno de mañana, de 10:00 a 18:00, y otro de tarde, de 18:00 a 3:00. El turno de tarde está mejor remunerado y puede alargarse en función de las cantidades de dinero que estén apostando los clientes. “Una compañera llegó a cerrar a las siete de la mañana porque había un hombre que no paraba de jugar grandes cifras de dinero”, afirma Belda.

La cadena de salones de juego Toka es una de las que más establecimientos tiene en Elche | Fuente propia

12:00 a 14:00: Se marchan los tres clientes que entraron a jugar a las tragaperras nada más abrir el salón, han perdido más de 500 euros entre los tres. Llega el técnico y arregla la máquina de apuestas que fallaba. Varios hombres entran y repiten un patrón habitual en estas salas: piden una consumición y realizan una apuesta. El local comienza a vaciarse después del final del primer tiempo de un partido de fútbol. Apenas una persona se queda viendo un encuentro de balonmano. Un joven con 18 años recién cumplidos entra a echar una apuesta. Instantes después, un hombre va directo a la barra, pide un café y se marcha a jugar a la ruleta.

Mapa de afluencia de juego en las principales salas de apuestas de los barrios de Carrús y Toscar | Fuente propia

“El empresariado no respeta a los trabajadores, los utiliza como un número de personas que necesitan comer y llevar el pan a casa”, reitera Miguel Montenegro, secretario general de CGT Andalucía. La Confederación General del Trabajo es un sindicato cuyo principal objetivo es la defensa de los intereses de los trabajadores. Dicho sindicato ha defendido en alguna ocasión los derechos de los empleados de salas de juego. “Hemos tenido casos, pero las reformas laborales hacen que las empresas traten de eliminar a las personas que se quejan”, confirma Montenegro.

Según fuentes propias, existen situaciones en las que trabajadores de salones juego han declarado únicamente cuatro horas de trabajo diarias cuando en realidad han realizado el doble o más, un hecho ilegal que las inspecciones de trabajo no logran exterminar. “La clase trabajadora es mucho más potente si se organiza, lo que no puede ser es que se roce la esclavitud”, dice Montenegro. Hoy en día, las colas para trabajar están presentes en cualquier empleo, por muy precario que sea. Por ello, CGT reafirma que va a seguir peleando para que se deroguen las últimas reformas laborales y respeten los convenios colectivos.

14:00 a 18:00: La actividad se relaja por completo con la llegada del mediodía. Una mujer entra a comprar tabaco. Dos mujeres más entran a tomar algo, conocen al dependiente. Muy poca actividad hasta las 17:00 horas, apenas tres clientes entran a tomar café y echar alguna apuesta. A partir de las 17:00, varias personas entran con motivo de los partidos de fútbol de la tarde, piden una consumición, realizan una apuesta y cogen sitio para ver de cerca la pantalla.

18:00 a 21:00: Durante los descansos de los partidos, muchos de los clientes aprovechan y se levantan para jugar algo de dinero a la ruleta y a las tragaperras. El local se llena. El dependiente no da a basto y, a la hora de cobrar o solucionar algún problema con las máquinas, pide a la gente que espere. Juegan equipos de fútbol importantes, por lo que muchísima gente se da cita en el salón de juego para consumir y apostar, formándose colas en las máquinas de apuestas. Varios clientes juegan más de 50 euros en la ruleta sin obtener beneficio.

“Muchos trabajadores ni siquiera tienen contrato. Es decir, tienen la responsabilidad de controlar las máquinas, pero legalmente no están dados de alta en la Seguridad Social”, lamenta Pascual Pascual, afiliado de Comisiones Obreras. Esta confederación sindical ha tratado de dignificar este tipo de empleo, pero la incapacidad para regular y controlar legalmente a un sector tan amplio le ha impedido actuar eficientemente. “El trabajador no percibe lo que tiene que percibir, por lo que las horas extraordinarias están mal pagadas y el salario queda lejos de ser digno”, afirma Pascual.

Comisiones Obreras es una de las confederaciones sindicales que reclama un control exigente de las inspecciones de trabajo. Este sindicato propone aumentar la plantilla de inspectores para que todo funcione mejor. “Si alguien se sale de la ley, la inspección debería actuar. La ley está para cumplirla”, comenta Pascual. Comisiones Obreras ve un futuro plagado de dudas para los empleados de los salones de juego, pero aseguran haber participado con sus mejores intenciones en el control de este ámbito.

La apuesta mínima en ruletas oscila entre los veinte céntimos y un euro, en función de la marca de la máquina | Fuente propia

21:00 a 23:00: Punto álgido del día, juega el Valencia contra el Real Madrid. El partido de fútbol más importante de toda la tarde concentra a un enorme número de personas alrededor de las pantallas. Diversos jóvenes aprovechan los momentos previos a la cena para jugar unos euros en la ruleta. Dos hombres llegan al establecimiento con el mono de trabajo todavía puesto y proceden a tomar algo mientras ven el partido. Cerca de las 23:00, una patrulla de policías entra a tomar café, pero sin realizar ningún tipo de control.

“Existe precariedad laboral en este sector. No hay ningún control de la Administración, mira para otro lado”, comenta Manuel Ramón, Responsable de Hostelería, Turismo y Juego de UGT Alicante

23:00 a 3:00: Tras el final del partido, el local se vacía casi por completo. La tranquilidad se apodera de la sala. Unos pocos clientes entran a jugar a la ruleta y a las tragaperras, algunos de ellos llegan a perder más de 1.000 euros. Desde la 1:00 hasta el momento del cierre, el dependiente casi no desempeña ningún esfuerzo. Tras recaudar el dinero de las máquinas y guardarlo, el empleado del salón procede a bajar la persiana y marcharse a casa.

“Los horarios y turnos deberían ser mejores, igual que la conciliación laboral y familiar”, reafirma Manuel Ramón, Responsable de Hostelería, Turismo y Juego de UGT Alicante. Desde la Unión General del Trabajo aseguran que llevar un control exhaustivo de las horas extra que realizan los trabajadores de las salas de juego es una tarea compleja, pero tienen constancia de que en muchos casos se superan las legales, que son 80 al año.

“Existe precariedad laboral en este sector. No hay ningún control de la Administración, mira para otro lado”, argumenta Ramón. UGT pide inspecciones de trabajo más rigurosas cada menos tiempo y que la contratación eventual no se generalice. “Los convenios de empresa tienen prevalencia sobre los del sector y esto repercute en las condiciones del trabajador”, asegura Ramón. Según UGT, la negociación colectiva será la que determine la recuperación del poder que tenían anteriormente los trabajadores para que el futuro sea esperanzador.

En resumidas cuentas, los empleados de los salones de juego no disfrutan de un salario acorde a las horas y condiciones de trabajo, sino que solo rozan el salario mínimo interprofesional. Además, como han comentado las principales confederaciones sindicales españolas, estas personas declaran muchas menos horas de las que realizan habitualmente. Este último hecho conlleva una remuneración en negro que puede llegar a repercutir a la sociedad en general, pues se evitan pagos a instancias superiores del Estado.

En referencia a los pagos en negro y al exceso de horas de trabajo, las inspecciones deberían ser las encargadas de sacar a la luz las ilegalidades que se extiendan por este sector. Como bien afirmaban desde Comisiones Obreras, muchos empleados ni siquiera tienen contrato, por lo que se exponen a peligros que no serán cubiertos por la Seguridad Social. La discriminación de sexo en este ámbito es una incógnita difícil de despejar, ya que diversas empresas están empezando a contratar a mujeres, pero sigue sin ser lo más habitual.

Las máquinas tragaperras han perdido peso frente a las ruletas en los últimos tiempos en los salones de juego | Fuente propia

En definitiva, el deterioro de las condiciones de los trabajadores en diversos empleos, no solo en los salones de juego, se debe a la pérdida de poder por parte de los empleados. Las reformas laborales y el distanciamiento colectivo han desembocado en un aumento de poder de las empresas, que ponen sus propios convenios por delante de los del sector. Se desconoce la clave para poner solución a estos conflictos laborales, pero lo cierto es que la única vía factible en estos momentos, según los sindicatos, es la negociación colectiva.

¡¡Prueba suerte!!

Óscar Belda es el nombre falso con el que no revelaremos la identidad real del trabajador del salón de juego en el que realizamos el trabajo de campo.

Metodología y proceso de elaboración del reportaje

Una vez publicada nuestra primera entrega, la de la tremenda concentración de salones de juego en los barrios ilicitanos de Carrús y Toscar, pensamos que sería interesante contar lo que significa trabajar dentro de las salas de apuestas. Así, nos pasamos un día entero en unos de estos establecimientos realizando trabajo de campo y hablando con el trabajador del local, al que agradecemos su atención y cuya identidad no revelaremos por respeto a él.

La labor de investigación fue bastante costosa, pues tuvimos que repasarnos al completo los derechos de los trabajadores y varios convenios de empresas que poseen salones de juego. Con todos los conocimientos y anotaciones necesarias, el contacto con las fuentes también fue difícil, ya que no todo el mundo está al tanto de este sector, ni siquiera muchos abogados laborales. En cualquier caso, agradecer a Pascual Pascual, de Comisiones Obreras, los minutos e información que nos proporcionó. De igual forma, gracias a UGT por ponernos en contacto con Manuel Ramón y al propio Ramón por hacer una pausa en su trabajo para atendernos.

Por último, agradecer el trato recibido a nuestra fuente experta, Miguel Montenegro, de CGT, al cual cogimos ocupado en nuestra primera llamada, pero nos devolvió la misma unas horas más tarde y nos dio una información muy valiosa. Este es el resultado de muchas horas de trabajo y dedicación, esperamos que los recursos empleados, la redacción y la información expuesta ayude a comprender la situación de este sector en la actualidad.

Base de datos con todos los derechos de los trabajadores

Convenio Grupo Orenes

Guía de la UGT para el trabajador del salón de juego

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Francisco Guerrero
Periodismo Local Lab

Estudiante de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche | Amante del deporte