Carrús y Toscar: destapando las infracciones del juego en Elche

Hasta diez salas de apuestas instaladas en estos dos barrios ilicitanos incumplen la normativa valenciana que exige un radio de 700 metros de distancia entre ellas

Francisco Guerrero
Periodismo Local Lab
8 min readNov 28, 2019

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Los bares también poseen diversas máquinas que los niños pueden ver cada vez que entran | Fuente propia

Fran, 17 años. Desde que se levanta por las mañanas para ir al instituto solo hace que pensar en la hora del patio, momento en el que sus amigos y él aprovechan el descanso para salir del centro escolar y acercarse al salón de juego más cercano. Apenas 80 metros separan las apuestas del aula de Fran. El control al salir del instituto es casi nulo, por lo que el primer peaje hacia el juego está superado. Una vez en las puertas del local de juego, entran como si nada, la suerte ya está echada.

Muchos menores de los barrios ilicitanos de Carrús y Toscar consiguen colarse en salones de apuestas. El problema radica en la gran oferta que ofrecen estas dos zonas de la ciudad de Elche y la falta de control existente. Más de diez salas de juego en un radio de unos 5 kilómetros. Teniendo en cuenta que la normativa legal valenciana estipula que no puede haber más de uno de estos establecimientos en 700 metros a la redonda, resulta difícil encajar las piezas del rompecabezas para que el resultado concuerde con la legalidad.

Según el Decreto 204/2018, que modifica el Decreto 55/2015, del Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, la distancia mínima entre salones de juego en toda la comunidad autónoma será de 700 metros. En los barrios ilicitanos de Carrús y Toscar, de más de diez salas de apuestas, solo una cumple con la actual normativa. Por ejemplo, del Salón Toka situado a 30 metros del IES Carrús a la Sala Luckia de la Plaza dels Algeps (más conocida como Chimeneas) tan solo hay 100 metros de distancia.

El anterior es uno de los ejemplos más claros. Pero solo 300 metros separan el Salón Agulló de la Sala Jackpot. Tres simples calles y ya habrás topado con otro local de apuestas. Si desde la Sala Jackpot sigues caminando hacia el Polideportivo Toscar, recorrerás un máximo de 500 metros antes de chocar con un establecimiento de Sportium. Las casas de apuestas cosen una tela de araña en la que resulta complicado no caer alguna vez. Eso sí, los expertos aseguran que el hecho de jugar ocasionalmente no supone ser ludópata, pero que la costumbre puede convertirse en una adicción.

Salón Toka de la Plaza Barcelona justo enfrente del CEIP Giner de los Ríos, a escasos 50 metros | Fuente propia

Los salones de apuestas no son el único problema. A día de hoy, el juego está en todas partes. “A la lotera la tenemos en la esquina de casa y no te pide el DNI ni te dice que no puedes jugar”, argumenta Manuel Aguilera, dueño de la cadena de salones de juego Zafiro de Elche. “De igual forma, en los bares también hay máquinas y ahí sí que te dejan entrar”, reitera Aguilera. El empresario ilicitano considera que hay muchas similitudes entre salas de apuestas, cafeterías y juego público, tres vertientes distintas que, junto con el juego online, son las principales dueñas del pastel de las apuestas.

Manuel Aguilera lamenta la indefensión que viven muchos empresarios del sector privado del juego, un sector que, según el propio Aguilera, paga bastantes impuestos. Dependiendo de la máquina, Hacienda puede reclamar desde 3.000 euros hasta 20.000 euros. Además, las multas por dejar entrar a menores en salones de juego no son poca cosa, estos establecimientos pueden recibir sanciones de hasta 100.000 euros, siendo 3.000 euros la cifra mínima a pagar por este tipo de infracciones.

Con la entrada en vigor del Decreto 150/2009, se pide una primera distancia de 200 metros a la redonda entre locales de juego

Jerónimo Sáiz Ruiz, Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá y uno de los creadores del primer programa monográfico de tratamiento de la ludopatía, cree que hay que limitar la accesibilidad y cuidar de las personas más vulnerables, los jóvenes. “Vi cómo aumentaba la tendencia a jugar, es un disparate el incremento de salones de juego”, afirma el experto en Trastornos en el Control de Impulsos. Mucha gente echa la culpa del incremento de estos locales a las propias salas de juego, pero no son las únicas responsables. “Las administraciones autonómicas tienen buena parte del peso en las decisiones relacionadas con la apertura de estos establecimientos”, añade Sáiz.

Jerónimo Sáiz habla de la cercanía entre salones de juego

Es factible pensar que el incumplimiento de una normativa puede desembocar en quejas e incluso denuncias. Este pensamiento lleva a otra problemática: el incumplimiento de la distancia mínima estipulada entre salas de apuestas y centros educativos. El quebrantamiento de la ley pasa desapercibido. La defensa de los dueños de los salones de juego siempre es la misma: “Mi local ya funcionaba antes de que se promulgara esa normativa”. De acuerdo con este argumento pueden surgir varias preguntas: ¿No existía anteriormente otra ley que estipulaba también una distancia mínima? ¿Por qué se sigue permitiendo la apertura de estos establecimientos sabiendo que no cumplirán con las distancias exigidas?

Hasta 2009, no había ninguna ley que exigiera un radio mínimo entre salas de apuestas en la Comunidad Valenciana. Con la entrada en vigor del Decreto 150/2009, se pide una primera distancia de 200 metros a la redonda entre locales de juego. De ahí que muchos de estos establecimientos incumplan la presente normativa. Respecto a por qué se permite la apertura de nuevos salones a pesar de incumplir la distancia exigida, la respuesta está en el aire, pues las leyes pueden variar según la comunidad autónoma y los intereses personales.

Evolución de la normativa valenciana de salones de juego | Elaboración propia

El caso es que también los centros educativos pueden ver muy de cerca los salones de juego, tal y como sucede en la Plaza Barcelona, donde el CEIP Giner de los Ríos está a escasos 50 metros del Salón Toka. Este ejemplo no es el único, ya que el CEIP Menéndez Pelayo tiene un local Zafiro a 80 metros. Ante las quejas de muchos madres y padres, en comunidades como Madrid ya se ha establecido una distancia mínima de 100 metros entre salas de apuestas y colegios. Una distancia que, a pesar de todo, no deja de ser corta, pero que empieza a reclamarse también en la Comunidad Valenciana.

El problema radica en que España cuenta con la tasa de ludópatas juveniles más alta de Europa. Se estima que uno de cada cinco jóvenes en España es ludópata. Adolescentes de entre 14 y 21 años son el target de la ludopatía juvenil. Frente a esta problemática, diversas federaciones y asociaciones trabajan para combatir la adicción al juego. Es el caso de FEJAR (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados), que tiene varias subdivisiones por todo el territorio español para tratar a mayores de edad que sufran adicciones comportamentales (no tóxicas).

“El juego ha corrido sus límites, el acceso a las nuevas tecnologías ha hecho que cualquier perfil pueda ser ludópata”, dice Julio Abad, uno de los trabajadores de PATIM Valencia

PATIM Valencia es una de las subdivisiones de FEJAR en la capital de la Comunidad Valenciana. Esta organización trata 180 nuevos casos de ludopatía al año, de los cuales, al cabo de un año, suelen recaer un 10%. En cualquier caso, no es adecuado hablar de recaídas en un año, ya que los pacientes tienen que estar abstinentes un mínimo de seis meses para hablar de recaída. A pesar de que ninguna subdivisión de FEJAR trata con menores, sí que realizan campañas de prevención contra el juego.

“El juego ha corrido sus límites, el acceso a las nuevas tecnologías ha hecho que cualquier perfil pueda ser ludópata”, dice Julio Abad, uno de los trabajadores de PATIM Valencia. “Las adicciones siempre han tenido un estereotipo, pero no es así, llegan a todo el mundo, nadie se salva”, cuenta Abad. Según este miembro de PATIM Valencia, la adicción al juego presenta síntomas similares a los de otras adicciones: síndrome de abstinencia, necesidad de jugar cada vez más y pérdida de control.

Julio Abad da su impresión sobre la cercanía entre salas de apuestas

Ni pobres ni ricos, a PATIM Valencia acuden personas de todos los perfiles, aunque el género masculino es el predominante en los casos de ludopatía. Mucha gente considera que a las personas ludópatas no les afecta el hecho de que haya tantos salones de juego juntos porque si quieren ir, irán. El caso es que encontrar tres salas de apuestas en un radio de 700 metros es una oferta agresiva para los adictos al juego.

“Mi local estaba instalado previamente a la promulgación de la ley”, defienden los dueños de salones de juego. “Tanta oferta de juego son oportunidades de recaer”, consideran los expertos. “Se incumple la ley y va en contra de la inteligencia humana lo de poner salones de juego a escasos metros de colegios o centros escolares”, reiteran los profesionales que tratan la ludopatía. Tres opiniones distintas de tres partes implicadas en un problema generalizado: la ludopatía.

Manuel Aguilera aporta información sobre las máquinas de los salones de juego

La inmensa mayoría de ciudades valencianas han experimentado un notable aumento de salones de juego, lo que implica respetar una normativa que, en los barrios ilicitanos de Carrús y Toscar, no se respeta. Los expertos aseguran que la tendencia es que las salas de apuestas seguirán experimentando incrementos tanto de público como de beneficios, por lo que las nuevas aperturas continuarán. Mientras tanto, el imperio del juego seguirá ganando la batalla en Carrús y Toscar.

Metodología y proceso de elaboración del reportaje

La temática nos llamó la atención rápidamente, pues apenas habíamos visto reportajes de este tipo. Recorrimos los dos barrios analizados para situar los salones de juego, colegios y todas las distancias más importantes. Hemos tenido que investigar y analizar toda la legislación valenciana de salas de juego, además de leer numerosos artículos académicos y revistas. Gracias a estas y otras lecturas llegamos hasta Jerónimo Sáiz Ruiz, que nos ayudó mucho y se mostró predispuesto a colaborar.

Necesitábamos también contar con la opinión de una parte importante del reportaje, la voz del dueño de un salón de juego. Por mediación de fuentes propias logramos contactar con Manuel Aguilera, que no se negó a ninguna pregunta y nos atendió muy amablemente. Tras varias negativas intentando contactar con FEJAR, PATIM Valencia, una de las subdivisiones de la propia FEJAR, nos atendió sin problemas y a las primeras de cambio.

No hemos conseguido datos de licencias expedidas a salones de juego por parte del Ayuntamiento de Elche y tampoco hemos logrado charlar con ningún concejal de la ciudad ilicitana metido en el tema. En cualquier caso, nuestra labor de investigación y los diferentes recursos empleados nos han dado para sacar este reportaje y dar voz a algunas de las partes implicadas en este conflicto legislativo.

Base de datos legislativa del Diario Oficial de la Generalitat Valenciana

Base de datos propia con numerosas anotaciones de distancias relevantes

Cortes de voz extra

Manuel Aguilera habla sobre Hacienda y las máquinas de apuestas
Julio Abad informa acerca de las adicciones
Jerónimo Sáiz da su perspectiva sobre la situación actual del juego
Julio Abad detalla los síntomas de la adicción al juego
Jerónimo Sáiz expresa su opinión sobre el elevado número de salones de juego existentes
Manuel Aguilera explica cómo era la situación de los salones de juego hace muchos años
Jerónimo Sáiz muestra su preocupación por la ludopatía juvenil

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Francisco Guerrero
Periodismo Local Lab

Estudiante de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche | Amante del deporte