Juan Carlos García: “La cultura siempre ha sido la hija pobre de la política institucional”
El codirector de Maracaibo Teatro celebra los veinte años de su grupo con el reestreno de un espectáculo sobre textos del poeta Miguel Hernández
N o corren buenos tiempos para la lírica, y la simple resistencia se convierte en un acto heroico. Juan Carlos García (Palma de Mallorca, 1964) lleva más de media vida dedicado al escenario. En 1996 este ilicitano de adopción fundaba Maracaibo Teatro junto a Cristina Maciá. De aquel joven de larga melena y aspecto rockero solo queda su moto, los años pasan. También para la compañía, que este año celebra su 20 aniversario con el reestreno de un espectáculo sobre textos de Miguel Hernández.
Pregunta. ¿Por qué han elegido reeditar esta obra?
Respuesta. El Palomar de las cartas es un espectáculo emblemático de la compañía, de los que hemos hecho con más cariño y entusiasmo.
Pregunta. ¿Y se plantean alguna otra actividad por el aniversario?
Respuesta. Nos gustaría reponer otro espectáculo que también fue un hito, Solo Mediterráneo. Una función de teatro de calle para hacer sobre escenario.
P. Muchas compañías están bajando la persiana, pero ustedes resisten.
R. Sí… La verdad es que tenemos un colchón para poder aguantar porque durante muchos años hemos trabajado bastante bien.
P. ¿Y cuál es esa fórmula mágica para la supervivencia?
R. Tenemos una vertiente multidisciplinar, hacemos teatro de calle, de sala, y para todo tipo de públicos. Quizá es lo que nos permite resistir al tener una oferta tan amplia de espectáculos.
P. ¿A qué se debe esa dualidad?
R. Supongo que a la necesidad de enfrentar a públicos dispares y afrontar creaciones diferentes, formas distintas de contar una historia, en definitiva. Esa fusión de técnicas es nuestra seña de identidad.
P. ¿Cómo han sufrido la crisis?
R. El trabajo se ha vuelto precario, se ha bajado el caché, ha menguado el número de actuaciones… Eso nos ha obligado a estrenar continuamente para ir cubriendo los circuitos. Ahora es el momento de parar y sacarle un poco de jugo a esas producciones de estos últimos años.
“No nos queda otra que luchar por la compañía, seguir caminando aunque sea a traspiés”
P. ¿Y se sienten con ánimo para seguir la andadura?
R. Pues no sé si llegaremos a veinte años más… La verdad es que el bagaje es positivo, pero también hay ya cierto cansancio. A pesar de todo, hay ilusión por el futuro. Los peores tiempos ya han pasado. No nos queda otra que seguir caminando hacia adelante aunque sea a traspiés.
P. ¿Cree que es necesario que los políticos se impliquen más?
R. Sí. Hace falta una política cultural más clara y volcada en la industria del sector. La cultura siempre ha sido la hija pobre de la política institucional.
P. ¿Qué medidas se deberían tomar?
R. Sobre todo potenciar los circuitos de trabajo. Es de lo que vivimos, más que de las ayudas. Nadie vive de las subvenciones.
P. Pero sí existe ese mito.
R. Sí, pero no es cierto. Habría que impulsar espacios, circuitos, festivales, encuentros, ferias… Que el trabajo de las compañías pudiera verse y funcionara mejor.
P. ¿Cómo valora la situación cultural de la ciudad?
R. Vivimos un momento político complicado. Las mayorías se han acabado y eso ha generado un conflicto. Y la crisis económica sigue acuciando… Falta una voluntad política importante y gente con verdadero talante de cambio y capacidad de afrontar los problemas. Hay que escuchar a los profesionales de cada sector.
“Con el nuevo gobierno la cultura en la ciudad está aún más deteriorada”
P. ¿Entonces no han notado el cambio de gobierno?
R. Si lo hemos notado ha sido, y me duele muchísimo decirlo, a peor. La cultura está todavía mucho más deteriorada en la ciudad. A ver qué sucede en un futuro no muy lejano, porque hay necesidad de que pase algo.
