Pablo Aliaga Javaloyes y Virginia Díaz Arrabales
En busca de más paradas universitarias
La única estación de bicisanvi en el campus de la UA provoca que muchos usuarios tengan dificultades para dejar su bicicleta
Ocho de la mañana, María sale de casa y coge su bicicleta de Bicisanvi en la Plaza Juan Pablo II para asistir a sus clases del Grado en Química. Una vez llega a la Universidad de Alicante, el mismo problema de siempre: no hay suficiente aparcamiento. Día sí, día también, María se las ingenia para dejar su bici donde puede teniendo, incluso, que recurrir a otras paradas ajenas al servicio “Rara vez puedo dejar la bici en el aparcabici de Bicisanvi”, afirma María. Mientras tanto, ni el Ayuntamiento de San Vicente ni la UA se ponen de acuerdo para incluir más estaciones dentro del campus que, en palabras de María: “mejoraría la calidad del servicio y facilitaría el aparcamiento y la movilidad dentro de la Universidad”
La parada “Universidad” del servicio público de bicicletas Bicisanvi es la más frecuentada por los usuarios de este desde su puesta en marcha en 2007. Sólo en 2019 se realizaron un total de 3290 préstamos en este punto. Los estudiantes han convertido esta estación en la más concurrida.
Tras 12 años de funcionamiento del servicio, la Universidad de Alicante sólo cuenta con una parada de Bicisanvi dentro de su extenso campus, ubicada en la puerta de la Biblioteca, “Una sola parada no cubre, ni de lejos, la totalidad del espacio de la universidad en proporción a los usuarios que tiene Bicisanvi”, afirma Sofía Pérez, estudiante de Ingeniera Biomédica en la UA. Provocando, de esa manera, que muchos usuarios universitarios se vean obligados a tener que dejar sus bicis en otros lugares a merced de que puedan ser robadas o, incluso, a no poder utilizarlas para ir a clase.
Desde el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig afirman que es la UA la responsable de que no tenga más paradas. “Nosotros añadimos una estación donde quieran y cubrimos el mantenimiento, pero ellos deben poner los medios económicos”, dice Pilar Mahamud, técnico Medio Ambiental del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig.
“En ningún momento nos han dicho que lo paguemos nosotros, ellos no han tenido la voluntad de ponerlo”, Rafael Muñoz, Vicerrector de Campus de la UA
Por otro lado, el Vicerrector de Campus de la Universidad de Alicante, Rafael Muñoz, afirma que no quieren poner dinero porque es un servicio que San Vicente ofrece y al final, indirectamente, pagarían los estudiantes usuarios del mismo. Y añade: “En ningún momento nos han dicho que lo paguemos nosotros, ellos no han tenido la voluntad de ponerlo, otra cosa es que no tengan dinero, pero nunca nos han trasladado que no lo ponen por ese motivo”.
En reuniones con el Ayuntamiento, Muñoz señaló la falta de paradas de Bicisanvi con la necesidad de añadir más en dos puntos estratégicos: una en la Facultad de Educación, alejada de la zona principal del campus y la otra en el Apeadero de Renfe, estación de tren llamada “Universidad de Alicante” perteneciente a la línea C-3. Esta parada se encuentra lejos del municipio y de la zona residencial, no existe ningún tipo de acera o iluminación para que los peatones que cogen este tren puedan llegar de forma segura al centro de San Vicente si no es por vehículo propio o llamando a un taxi.
La Universidad de Alicante ofrece un servicio de lanzadera a la hora de llegada de este tren que va desde el Apeadero hasta el Aulario I, pero solo los días lectivos. Los fines de semana no existe este trayecto ya que funciona con personal de la UA y está dedicado para las personas que van a clase y no a sus domicilios.
En lo único que parece que el Ayuntamiento de San Vicente y la Universidad de Alicante sí se ponen de acuerdo es en solicitar a Renfe, el pasado mes de octubre, que dicho tren pare en la estación de “Sant Vicent del Raspeig” (en la zona más céntrica del municipio y, por tanto, iluminada y con aceras) los domingos, que es el día de llegada de los estudiantes que viven en el municipio durante el curso académico.
Los usuarios son los principales afectados
En medio de este conflicto entre el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig y la Universidad de Alicante, los principales damnificados son, tanto los residentes del municipio, como los estudiantes universitarios.
Al existir una sola parada de Bicisanvi en el campus, los alumnos de las aulas de Magisterio o de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte se quedan exentos de disfrutar del servicio, ya que, en la Facultad de Educación no hay.
Otro inconveniente para los usuarios es la insuficiencia de estacionamiento de bicis, puesto que, si llegan más tarde de las nueve para asistir a clase, ya no quedan plazas libres para dejarla. “Tengo que salir de casa antes para asegurarme un sitio para aparcar la bicicleta”, dice María Murcia, estudiante de Química.
La libre circulación dentro de la universidad es complicada si usas Bicisanvi, ya que solo puede ir y dejar el transporte en un único sitio.
Un portazo a las bicicletas
La Universidad de Alicante tiene diferentes alternativas para fomentar el uso del transporte en bicicleta. Desde la oficina Ecocampus se organizan talleres de aprendizaje y de mantenimiento, además de distintos retos. “Tenemos en marcha una campaña de movilidad sostenible de forma anual. A través de una aplicación, se contabilizan los kilómetros que haces en bicicleta, eso se convierte en puntos. Entre los que consigan más se realiza un sorteo de un premio”, dice Sonia Blázquez, directora de Ecocampus.
Desde Alicante ya existe un carril bici que facilita el acceso a la Universidad, asimismo desde San Vicente, San Juan y Mutxamel también lo hay. Sin embargo, para acceder a la universidad desde estos municipios, existe una puerta para ciclistas que permanece cerrada desde hace años. Algunos usuarios de bicicleta como el sociólogo Daniel Laparra afirma: “Siempre que hemos preguntado el Vicerrector de Campus nos ha dicho que era para garantizar la seguridad de los coches aparcados en esa zona. Nosotros no entendemos la inseguridad ahí, para los que venimos andando o en bicicleta nos perjudica porque son 600 metros más que recorrer.”
Según Muñoz, es necesario mantener esa puerta así porque cuando estaba abierta ocurrían robos a coches y a personas. En cuanto a los metros el vicerrector contrapone: “Son solo 150 metros, por una zona que hay cámaras y hay seguridad, si salen los ladrones es más fácil pillarlos”.
Pero la realidad la muestra Google Maps indicando que esa distancia se queda en 280 metros, pudiendo ser más en función de donde esté la facultad a la que asistas. Metro arriba, metro abajo lo que está claro es que tampoco existe un consenso entre el vicerrectorado y alumnos y profesores sobre la política ecológica que mantiene la UA. “Hay más cosas que desarrollar, como poner más aparcabicis o mejorar la iluminación en esas zonas”, manifiesta el sociólogo de la Universidad de Alicante. En cambio, Rafael Muñoz, defiende lo contrario: “Los aparcabicis se van incrementando continuamente desde hace cuatro años. No he tenido ninguna queja porque no haya suficientes”.
Falta de aparcamiento
La falta de entendimiento entre entidades no cesa y la cantidad de aparcamientos en la Universidad es otro tema que debatir. Actualmente, en todo el Campus de la UA existe un total de 3707 plazas de aparcamiento correspondientes a coche, discapacidad, motos, mercancías y autobuses, de los cuales 3486 pertenecen sólo a coches
Puesta en marcha desde el año 2013, la línea 2 conecta por tranvía Alicante y San Vicente del Raspeig. Esto no solo supuso un desahogo para la zona de parking del campus de la UA, sino que fomentó el uso de la parada Tram del servicio Bicisanvi consiguiendo un total de 3.000 nuevos usos en bicicleta.
“Hay suficiente aparcamiento, sobre todo desde la puesta en marcha de la Línea 2 del Tram no existen los problemas que había antes”, confirma Muñoz.
Dentro de la Universidad, los aparcamientos destinados a los coches suponen más un 90% del total. Pero, en contra punto con el testimonio del Vicerrector de Campus, varias alumnas, como Sofía Pérez, estudiante de Ingeniería Biomédica, expone que: “más de una vez he tenido que aparcar en doble fila o irme a los aparcamientos del centro comercial Outlet”. Y profundiza en la raíz del conflicto: “El problema es que se queda pequeño en comparación a la gente que va, un parking pertenece a muchas facultades”, dice Pérez.
La cuestión no queda ahí, desde el Ayuntamiento insisten en la necesidad de implantar más paradas en el campus ya que, según palabras de Mahamud: “la UA al tener un grave problema de aparcamiento debería impulsar más el hecho de poner paradas y ayudar al servicio”
Muchas ideas, novedades, proyectos para mejorar, pero, en cuanto a las bicicletas, no se esperan nuevos cambios, por lo menos hasta dentro de tres meses, cuando se celebrarán elecciones a Rector. “Todo va a depender de si mi sucesor quiere hacer que pague la universidad las paradas o las pague el Ayuntamiento”, cierra Rafael Muñoz.
Lo que sí está claro es la necesidad de muchos usuarios de Bicisanvi de que se llegue a un acuerdo entre la Universidad y el Ayuntamiento para que María pueda ir a clase y deje su bici con tranquilidad sin tener que depender de otros aparcabicis que no son de Bicisanvi
METODOLOGÍA
En primer lugar, la idea de hacer este segundo reportaje se nos ocurrió en entrevistas con la la técnico Medio Ambiental del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig, Pilar Mahamud, quién nos comentó la propuesta por parte de la concejalía para añadir más paradas del servicio público Bicisanvi dentro del campus de la Universidad de Alicante (UA). Propuestas que no llegaron a buen puerto por la negativa de los directivos de la universidad al enterarse que las estaciones debían ponerse con dinero ofrecido por ellos.
Visto este caso decidimos ampliar la información para conseguir un buen reportaje. Gracias a una de las entrevistas con Pilar, ella misma, nos dió el nombre de un sociologo, trabajador en la UA, Daniel Laparra, que es habitual usuario de la bicicleta. Tuvimos una entrevista con él donde destacamos la anécdota de la “puerta cerrada”. Con todos estos datos nos citamos en segunda instancia con el Vicerrector de Campus, Rafael Muñoz, para conocer su versión de los dos casos, tanto el del número de paradas de Bicisanvi (y el pequeño desencuentro con el Ayuntamiento) como el tema de la puerta cerrada al carril bici. Este último tema, decidimos poner en contraste lo que uno y otro decía comprobando con Google Maps la distancia real entre ambas puertas, la cerrada por la Universidad y la abierta que da acceso por la misma zona. Por último, nos pusimos en contacto con Sonia Blázquez, directora de Ecocampus de la Universidad de Alicante, quien nos proporcionó una entrevista para conocer más a fondo cómo la universidad trata los temas Medio Ambientales.
Por otro lado, quisimos conocer la opinión de los alumnos. Por un lado contamos como fuente con María Murcia, estudiante del Grado en Química y usuaria habitual de Bicisanvi quien tiene problemas para aparcar la bici en días lectivos dentro del campus. Y por otro lado, basándonos en la experiencia de Sofía Pérez, estudiante de Ingeniería Biomédica y la nuestra propia, decidimos investigar sobre la “falta” de aparcamiento existente en algunas partes de la universidad.
Centrándonos en los datos ya conocidos, como son el préstamo y uso del servicio Bicisanvi ofrecidos por Pilar Mahamud y ordenados y agrupados por nosotros mismos. Y los datos sobre el aparcamiento en toda la Universidad de Alicante ofrecidos por el Vicerrector de Campus, Rafael Muñoz, conseguimos realizar tanto los dos canvas (con fotos propias),como el gráfico como visualización de datos. Además hicimos un Quiz, un Gif gracias a Google Earth (con el paso del tiempo en la UA desde 2004 hasta el año 2018) y por último a modo ilustrativo un motion graphic con la aplicación Powtoon.
