Roberto Hurtado Médico y fotógrafo sin fronteras / Cedida

“No necesitas un carné en el que ponga ‘soy voluntario’ para serlo”

El médico Roberto Hurtado regresa de un voluntariado en Lesbos preocupado por los posibles estigmas en los niños refugiados

Juan Manuel Navarro Jiménez
3 min readApr 26, 2016

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Nada indica en el sosegado discurso de Roberto Hurtado (40 años) que en su interior conviven dos vocaciones que van más allá de los límites de su consulta médica en Orihuela: la fotografía y la solidaridad. Sus historias de voluntariado pueden leerse en Nueva Tribuna y en Facebook.
Es padre de familia, pero tras la experiencia con los refugiados considera que ha “estado de vacaciones” toda su vida. En unas semanas regresa a Grecia para ayudar a las personas que huyen de la guerra de Siria.

Pregunta. ¿Cuál es la instantánea que define cómo quedó Lesbos cuando usted regresó del voluntariado?

Respuesta. En esa foto aparecerían muchos niños y el miedo de verlos perdidos. Se hablaba de tráfico de niños y de mafias. Pero una de las conclusiones de este viaje es que no hay que contar sólo lo malo: Hay familias de refugiados que acogen a los críos perdidos.

P. Tras la detención de los bomberos sevillanos en Lesbos, ¿cundió el miedo entre los voluntarios?

R. No, allí se sigue ayudando a la gente; es más, los agentes que los detuvieron son personas con las que han colaborado en los salvamentos marítimos durante meses.

P. ¿ Qué sensación tiene un sanitario que debe esperar a que sus pacientes lleguen casi ahogados?

R. Impotencia, no sabes por dónde empezar. Hay días en los que no vienen barcas y otros en los que vienen diez.

P. ¿Plantea problemas éticos?

R. Sí, varios. El dilema estaba en la organización de las barcazas de ayuda. Nos preguntábamos si debía ir en ella un socorrista, que sabe nadar , o un médico del que desconocemos si puede rescatar a la gente que se mueve en el agua. Yo opté por esperar a los refugiados en la playa primero, y después, junto a un enfermero, organizamos patrullas para detectar a la gente en tierra y ayudarles.

P. ¿Presenció si algún oportunista intentaba vender servicios médicos a los llegados?

R. Yo no lo he visto, pero lo he escuchado. Sí hay casos de supuestos médicos que se han ofrecido para comprar las medicinas a los refugiados y luego desaparecen con el dinero.

P. ¿Debilita ver tanta miseria?

R. No, pero para ello debes tener las cosas claras: Vas a dedicarle un tiempo al voluntariado y luego regresas a tu vida. Si no es así, te afecta mucho y quieres volver a Lesbos en quince días.

P. Parece un lugar donde se piensa en lo realmente importante.

R. Es un ejercicio de reflexión en los valores de la solidaridad.
Yo recomiendo a la gente joven que viaje como voluntario, porque te ayuda a darte cuenta de que no somos tan distintos, y eso te hace ser comprensivo con todas las personas. Tampoco podemos vaciar el mar con cubos, pero sí podemos ayudar a los refugiados entre todos. Al final, no necesitas un carné en el que ponga ‘yo soy voluntario’.

“Hay que contarles a los niños el drama de los refugiados, es una inversión de cara al futuro”

P. Cámara, escritura y empatía, ¿le tienta el periodismo o contar las historias de los refugiados?

R. Sí, si no hubiera ido como médico. En mis textos soy muy cuidadoso, no escribo los nombres de los protagonistas. Y también soy respetuoso al publicar una foto, puede afectar a la vida de sus protagonistas. Creo que hay que contarles a los niños el drama de los refugiados, como una inversión de cara al futuro.

P. En sus fotos se ven vallas cerradas: ¿aspira a capturar con su cámara la apertura de las fronteras de Europa?

R. No soy muy optimista. Moria es ahora una especie de cárcel; no nos dejan pasarles ni comida ni mantas. Si la UE ubica a la gente en un corral protegido por lobos, los defrauda y fomenta el odio. También hay críos que no van a la escuela y que son carne de cañón para fundamentalismos.

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