Resbalón en suelo húmedo

Disminuye la eficacia del servicio municipal de limpieza de edificios públicos por la reducción de plantilla de Limasa

David Sala
Periodismo Local Lab
4 min readMay 27, 2016

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Conchi Verdú, trabajadora de Limasa, cumpliendo con su tarea / David Sala

El olor a lejía resulta desagradable para muchos, pero las trabajadoras de Limasa están más que acostumbradas. En cambio, su olfato se ha topado con un aroma que les resulta mucho más repulsivo: el de la repentina reducción de plantilla que su empresa les comunicaba tras firmar el nuevo pliego de condiciones para la contrata del servicio municipal de limpieza de edificios públicos. Un servicio que, desde la entrada en vigor del reajuste el pasado 14 de abril, no está resultando todo lo eficiente que debería.

Con este ajuste, que incluye una reducción de horas y presupuesto en más de un 30% para la compañía adjudicataria, el Ayuntamiento pretende adecuar el volumen del servicio al presupuesto disponible para mantenerlo. De esta forma, consigue frenar el incremento de deuda con la compañía de limpieza, cuya cantidad ya roza los dos millones de euros. Sin embargo, y a pesar de su reciente puesta en marcha, la polémica en torno a la nueva contrata empezó a gestarse tras su anuncio en el mes de enero. La reducción de plantilla que se vislumbraba con dicho pliego llevó a las trabajadoras de Limasa a enredarse en una potente campaña de protesta contra las intenciones del equipo de gobierno local. Pero sus manifestaciones frente a la puerta del Ayuntamiento, la presión ejercida con su presencia en los plenos o las continuas reclamaciones en distintos medios de comunicación no lograron efecto alguno.

Tras la firma de este nuevo pliego, Limasa despachó sin previo aviso a nueve de sus trabajadoras, tratando de adaptarse al ajuste sin incurrir en un despido colectivo (de 10 o más operarios) que hubiera sido ilegal sin ese proceso negociador que no llevó a cabo. Como consecuencia de la firma del nuevo contrato y la reducción de plantilla de Limasa, la empresa no consigue efectuar plenamente su labor.

Pérdida de eficiencia

El déficit en la calidad del servicio desde el reajuste de la contrata es una realidad que se ha hecho especialmente notable en los colegios, tal y como han denunciado varias AMPAS. Conchi Verdú, empleada de Limasa y delegada sindical de CC.OO. del colectivo trabajador, lo confirma: “No se está manteniendo la calidad del servicio. Es más, a veces no llegamos ni a hacer las horas que están contratadas en pliego porque han despedido a demasiada gente”. Conchi tacha este hecho de “injusto”, ya que “el Ayuntamiento está pagando un servicio que no se está haciendo”. Además, garantiza que la organización de horarios y la distribución de tareas están siendo pésimas.

El Ayuntamiento promete controlar que la empresa cumple con las horas fijadas en el pliego

Sin embargo, Iván Ñíguez, concejal de Servicios Públicos, asegura que ya se ha conseguido paliar la situación: “Cuando se hace un cambio, el ajuste tarda en rodar. Ya se ha normalizado la situación y hemos conseguido que los problemas del servicio desaparezcan”. El edil garantiza también que el Ayuntamiento va a preocuparse de controlar que la empresa realiza las horas fijadas en el pliego.

En busca de un acuerdo

Debido a las dificultades para mantener el servicio y las incesantes demandas de las limpiadoras para reincorporar al personal despedido, el Ayuntamiento, y las trabajadoras se encuentran en una negociación conjunta con Limasa, quien finalmente ha accedido a colaborar. “Limasa podría haber actuado de forma más transparente desde el principio y no haber intentado evitar una negociación que nosotros hemos acabado imponiéndoles”, comenta Ñíguez, quien se declara preocupado por la delicada situación de las trabajadoras y promete dejarse la piel para llegar a un acuerdo con ellas: “Espero que las negociaciones consigan evitar más ajustes de personal y logren que alguna de las despedidas pueda reincorporarse en una futura ampliación de la contrata”.

Las trabajadoras prefieren negociar y reservan su derecho a iniciar una huelga como último recurso

Conchi Verdú confirma esa buena relación con el gobierno municipal: “El Ayuntamiento nos está echando una mano para llegar a un acuerdo. A pesar de que metieron la pata, ahora se están portando para que el servicio salga adelante y nosotras estemos bien”. Sin embargo, recrimina a la empresa la actitud “reticente” que está manteniendo durante las negociaciones. La delegada de CC.OO. anuncia que ejercerán su derecho a huelga si no obtienen una respuesta satisfactoria, aunque confiesa que prefieren evitarlo: “La empresa está poniendo muchos impedimentos, pero esperamos llegar a un acuerdo”.

Tras meses de controversia y lucha sindical, parece que el desenlace de la polémica está cerca. A pesar de la todavía inflexible e individualista actitud de Limasa, el Ayuntamiento y las trabajadoras de la empresa ya han acercado posturas para tratar de encontrar la fórmula que resulte más beneficiosa para todos los implicados.

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