Un último abrazo para retener todo el amor que Angélica Picazo extrañará en Inglaterra / CINTIA LARRUBIA

Un reino “unido” a Europa

Más de cien mil españoles residentes en Gran Bretaña viven pendientes del referéndum que decidirá su continuidad en la UE

Cintia Larrubia
4 min readMay 27, 2016

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Bolsitas de té, sacos de café, una hilera de tartas preparadas para el tea time… y de fondo, colgado en una pared, un título académico en desuso. Angélica Picazo es una de las muchas inmigrantes españolas en tierras inglesas que trabajan en el sector servicios, de cara al público. Su rutina se limita a ir de casa al trabajo, pasando por el Tesco para comparar aquello que comerá hoy.

Esta es la situación que viven los más de 100.000 inmigrantes españoles inscritos en el Reino Unido, según el Registro de Matrícula del Consulado de Londres y Edimburgo, en el que no se tiene en cuenta a todos aquellos residentes no anotados, con los cuales la cifra ascendería a más del doble. Entre ellos, destaca una mayoría de jóvenes formados que no supera los 30 años de edad y que, pese a tener una carrera universitaria, deben dedicarse a servir cafés, obligados a vivir en un país que por un tiempo se convierte en su hogar. Un hogar de acogida con unas comodidades que peligran con la posible llegada del Brexit.

“Cada día hay más españoles buscando casa y trabajo aquí en Inglaterra”, confirma Angélica Picazo

Angélica llegó hace más de dos años a Inglaterra. Sin poder comunicarse en inglés, empezó a trabajar de au pair en una familia, tal y como hace la mayoría de los jóvenes que emprenden esta aventura forzada. Tras acomodarse en este nuevo país, decidió comenzar a trabajar de camarera, de lo que continúa ejerciendo a día de hoy. “Tengo cuatro compañeros españoles y la cifra aumenta con el paso del tiempo. Cada día se ven más anuncios de jóvenes paisanos que buscan casa y trabajo”, afirma Angélica.

Cambios con el Brexit

La llegada del 23 de junio, fecha en la que los británicos decidirán si quieren continuar en la Unión Europea, mantiene en alerta, en especial, a todos los jóvenes españoles residentes en Reino Unido. La posibilidad de que se lleve a cabo el Brexit pone en riesgo aspectos como el derecho a la libre circulación, por lo que todos aquellos que estuviesen trabajando deberían regular su situación, llegando incluso, en algunos casos, a tener que tramitar un visado de trabajo. De este modo, la Seguridad Social también se vería perjudicada por lo que habría que elaborar ciertos convenios bilaterales entre España y Reino Unido para evitar perder la cotización. Incluso el Servicio Nacional de Sanidad gratuito podría dejar de serlo para los españoles residentes en Inglaterra; al igual que ciertas ayudas, llamadas benefits, dejarían de estar disponibles para los inmigrantes europeos.

El Brexit modificaría el Servicio Nacional de Sanidad, que no sería gratuito para los inmigrantes europeos

“El hecho de que dejen de haber ayudas económicas no va a hacer que disminuya el número de españoles”, afirma Pedro Luis Arroyo, y añade que “casi nadie ha venido a cobrar las benefits del Gobierno, sino a trabajar”. Este periodista en paro rompe con el perfil de joven inmigrante en Gran Bretaña. Tras una amplia y gran carrera en el mundo de la información, decidió emigrar a este país donde su edad no sería un problema para trabajar. A día de hoy, se dedica al sector de los servicios en un High School de Oxford, lo que combina con su labor de comunicador, impartiendo diversas charlas a estudiantes de español.

Por el contrario, Angélica Picazo opina distinto: “Si se llevase a cabo el Brexit, Inglaterra perdería mano de obra con los españoles, cosa que nos les conviene”, afirma tajante, pues cree que el número de inmigrantes disminuiría.

Un futuro incierto

“Los británicos votarán, mayoritariamente, a favor de permanecer en Europa. No creo que la campaña de Boris Johnson surta efecto”, opina Pedro L. Arroyo. Su seguridad contrasta con el temor de los jóvenes como Angélica Picazo, que afirma: “La alerta entre los españoles ante esta posible situación se acentúa todavía más por el miedo a lo desconocido”, confiesa preocupada, sin saber cuál será su situación dentro de un mes.

Por el momento, tanto Pedro como Angélica continuarán trabajando, a la espera de que el próximo 23 de junio sus anfitriones británicos decidan si quieren continuar formando parte de la Unión Europea, o por el contrario, prefieren seguir su camino fuera de las fronteras de esta Comunidad.

Mientras tanto, la joven inmigrante y los miles de compatriotas residentes allí, mantendrán la esperanza de descolgar su título de la pared y volver a España con él bajo el brazo. Pero esta vez no para olvidarlo, sino para darle el uso que se merece en el país que les formó durante años.

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