#MéxicoMáxico: Lo Que El Debate Se Llevó

Reseña para entender de dónde vienen, dónde están y a dónde van los presidenciales.

Oscar Mexía
#MéxicoMáxico

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H a pasado ya un par de semanas desde que vimos “debatir” a nuestros flamantes candidatos a la presidencia por primera vez. Este suceso ha dejado una evidente huella en la sociedad civil que se puede traducir ya sea en memes, hashtags o discusiones entre chairos y fifis en redes sociales. Pero entonces… ¿quién ganó?, ¿quién perdió?, ¿quién mintió?, ¿AMLO se quedó jetón?, ¿me quedaré manco por quedarme con el cambio de las tortillas?

Éste será el primero de cuatro cotorreos en los que compartiré contigo mis notas, opiniones y conclusiones tras haber visto los tres enfrentamientos entre los presidenciales, y haberme sumergido en las mesas de análisis político posteriores a estos. No pretendo convencerte de votar o no votar por algún candidato, esa decisión deberás tomarla TÚ el próximo domingo 1° de julio, sin embargo, no te negaré la gran satisfacción que tendré si este ejercicio nutre de alguna manera tu percepción política del país. Asimismo, debo mencionarte que en este primer #MéxicoMágico no haré análisis alguno de las propuestas o proyectos de nación que cada candidato represente, eso lo dejaremos para una siguiente ocasión, por ahora me enfocaré meramente en ahondar cómo les fue, de dónde vienen y a dónde posiblemente se dirijan después del primer debate. Cabe recalcar que no soy ningún politólogo, ni experto, pero sí un mexicano con inquietudes e interés en el proceso democrático de su país, además de ser medio grillo. Pues, ya habiéndonos presentado, vayamos a lo que nos truje, ¿quién carajos ganó el primer round?

Pienso que el debate presidencial es el espacio para que cada candidato responda a través de propuestas de gobierno, las diferentes inquietudes de la población. No es por ser mamila, pero no creo que exista propiamente un ganador a este tipo de ejercicios políticos; más que convencerte de una postura respecto a un tema en específico, lo visto el pasado domingo 22 de abril, no fueron sino pocas propuestas y mucho argüende. Si bien es entretenido y risible, el contenido queda completamente a deber. En vez de ser un debate pareciera que es una entrevista de trabajo donde los aspirantes tienen que tirarse y esquivar lodo. La pregunta correcta sería: ¿quién hizo efectiva su estrategia durante el encuentro? Eso es precisamente lo que a continuación analizaremos.

Siéntete libre de consultar mis fuentes dándole clic en los hipervínculos, así como de compartir tu opinión y/o conclusiones en los comentarios, porque a fin de cuentas lo más importante aquí es el dialogo e intercambio de ideas.

Pásele joven que hay de lengua y de cabeza.

Los jinetes del apocalipsis

José Antonio Meade (PRI, PVEM y Nueva Alianza)

¡Ayyy, Pepe Toño!, ni como ayudarte. Creo que no es desconocimiento de nadie que Meade sea el candidato del PRI debido a que era un funcionario relativamente “limpio” de la actual administración, y por su supuesta imagen “apartidista”. Y digo relativamente, porque aún así tiene cola que le pisen, entiéndase La Estafa Maestra, desfalcos de SEDESOL y Odebrecht.

En consecuencia de los históricos y deplorables índices de aprobación de la actual administración, el PRI se vio forzado a apostar por primera vez en su historia por un candidato no afiliado al partido para contender por la presidencia. La táctica ha sido proyectar a Pepe Toño como un “ciudadano”, y mientras menos se le vea relacionado con el partido: mejor; no por nada EPN no se ha manifestado en el actual proceso. No obstante, la cruz que debe cargar Meade no es para nada ligera, y da la impresión que ha mermado el avance del partido tricolor en las encuestas. Digo, los casos de corrupción e impunidad del partido no son como la carita de pin pon, no se quitan con agua ni con jabón.

Con todo y que Meade sea un funcionario con experiencia y un muy buen curriculum académico, la verdad es que no levanta de su silla a nadie. Un aura gris e insípida lo persigue en sus eventos de campaña y se manifiesta cada vez que habla a la cámara, o ¿acaso a alguien le dio risa su chiste de “volver en no”? Pepe Toño necesitaba un K.O. en este encuentro para revivir sus aspiraciones presidenciales, y para infortunio del PRI me parece que no lo logró. Carente de argumentos y ofensiva, Meade se fue con una participación para el olvido. En vez de mostrarse como una opción con experiencia y credenciales, decidió librar una riña con Obrador por tres irrelevantes departamentos: habiendo tanta tela de dónde cortar y se decidió por la más floja. Aunado a esto, pienso que la maniobra del querer dar evidencia de su “honestidad” con la intrascendente 7 de 7 fue débil, ya que Anaya la desarmó sin mayor esfuerzo con un magnífico revés:

“Yo le quiero dejar de tarea una 7 de 7 a Meade: primero, Odebrecht; dos, el socavón; tres, la estafa maestra; cuatro, César Duarte; cinco, Javier Duarte; seis, Roberto Borge; y miren, aquí está con su amigo el exgobernador César Duarte, por cierto, hoy prófugo de la acción de la justicia, esta es la 7 de 7, la pregunta es ¿de qué tamaño fue la rebanada del pastel que te tocó?”

¿Meade perdió en el debate? Todo indica que sí. Su planificación, ejecución y “comedia” fueron incorrectas. Un saldo negativo fue el resultado para el candidato de la coalición Todos Por México, dado que en la encuesta de mayo publicada por el diario Reforma, lo sitúa en un lejano tercer lugar con un agónico 17% de las preferencias; un 1% menos respecto al mes pasado. Súmenle a esto que Enrique Ochoa, ex dirigente del partido, fue removido de su cargo, y que el PRI prácticamente no tiene oportunidad alguna en las elecciones estatales.

Habrá que esperar si Pepe Toño logra “volver en sípara el segundo round, y nos brinda una participación más memorable, porque lo único que le recordaremos de este primero será un hastiado; “Soy José Antonio Meade”.

Margarita Zavala (Independiente)

¿Quién invitó a #LadyCoralBlanco al debate? Margarita dio una verdadera “cátedra” de oratoria, que entre malabares y gritos nos dejo en claro que la elocuencia no es su fuerte. La aspirante independiente llega a la cita tras haber desatado una batalla con Ricardo Anaya por la candidatura del PAN, la cual dejó al partido dividido y con una severa hemorragia interna, y después de una controversial validación de firmas con el INE.

Su desempeño fue similar al de Meade; incluso aún más intrascendente, me atrevería a decir. Según la misma candidata, su propósito era aprovechar el espacio de difusión nacional para dar a conocer sus propuestas y proyecto, a causa de los limitados espacios de propaganda y comunicación que resiente en su condición de independiente. Aún cuando su discurso se basó en iniciativas, y no en atacar a los otros candidatos, debo confesar que en varias ocasiones no entendía de qué carajos estaba hablando —bien pensado, pero mal ejecutado—.

Margarita fue una de las perdedoras del encuentro, una clara evidencia de ello es el poco impacto de su participación en la opinión y conversación pública; digo, del Bronco mínimo hubo memes. Aparentemente a la población le cuesta trabajo conectar con Margarita, sus mitín e intervenciones públicas carecen de chispa e ímpetu, basta con ver el vídeo de su visita a la central de abastos en la CDMX para dar fe de su “poder” de convocatoria. Resultaría obvio que por ser la única candidata mujer se vería con una cierta ventaja para empatizar con el voto femenino, pero al igual que con Josefina Vázquez Mota en el 2012, el discurso de “porque soy mujer” pareciera no ser efectivo.

Surgen algunas dudas acerca de si la meta de Zavala es restarle votos a Ricardo Anaya o atraer a algún porcentaje de los indecisos; sin embargo, sea cual sea el plan a seguir, dudo que el futuro le sonría mucho a la aspirante independiente, visto que tras el debate ha bajado del 5% al 3% en la intención de voto, según Reforma. ¿Le alcanzará a Margarita para abandonar el fondo de la tabla? No lo sabemos, pero ojalá se muestre con mayor firmeza en el segundo enfrentamiento, y deje a Cantinflas descansar en casa.

Ricardo Anaya (PAN, PRD y MC)

El “Chico Maravilla”, de la coalición Por México al Frente, nos hizo ver que en la escuela era el típico alumno matadito. Anaya hizo su tarea, y la hizo muy bien. Si tuviéramos que elegir un “ganador” del encuentro en el sentido más literal de la palabra, debo reconocer que coincido con el 32% de los encuestados por El Financiero que dieron por vencedor al candidato del Frente. Los objetivos eran claros, bajar al puntero y posicionarse como una alternativa a MORENA. ¿Lo logró? Sí y no.

Ricardo Anaya llegaba a la cita con una gris trayectoria política, siendo su gestión como presidente nacional del PAN lo más relevante y fructífero de ésta, ya que le permitió utilizar los recursos del partido para promocionar su imagen y de esta manera agandallar la candidatura presidencial. La maniobra política no fue nada fácil ni barata, dado que dejó a un desmoronado Acción Nacional. Con el partido dividido y sus militantes exiliándose, Anaya se vio en la necesidad de aliarse con el casi extinto PRD, pero… o sea, ¿cómo?, ¿la derecha e izquierda política en un mismo proyecto?, ¡¿en serio?! Así es, porque en nuestro #MéxicoMágico todo puede pasar.

Una vez ya instalado como el abanderado blanquiazul, Ricardo tuvo la “dicha” de experimentar en carne propia los embistes del PRI cuando le sacaron sus trapitos al sol, un caso de corrupción donde se le acusaba de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, situación que hasta la fecha lo persigue, ahora también a escala internacional. Tal circunstancia no ha frenado la campaña del “Chico Maravilla”, quien se ha empeñado en proyectarse como un candidato fresco, innovador, preparado, dizque políglota (insoltin an unaseptabol) y con “vista al futuro”, no sin antes invertir 141 millones 47 mil 516.65 pesos en su campaña, la más gastalona de todas, informa el INE.

Debemos recalcar que el nuevo formato implementado en este primer debate jugó a favor del candidato PANista, quien se vio preparado y convincente. ¿Se dieron cuenta de cómo administraba su cronómetro y el de los demás? Se nota que ensayó. Respondía a las preguntas de los moderadores mientras lanzaba un jab a AMLO y un gancho a Meade. Ricardo utilizó de todo, desde citas de libros hasta una infinidad de cartulina —las cuales seguramente ayudaron a Papelería El Lapicito a sacar las ventas trimestrales—. Estas últimas fueron un recurso muy atinado, aunque eso sí, algunas con datos falsos.

Según información de la iniciativa Verificado 2018, Anaya mintió en tres ocasiones durante el debate, las cuales fueron parte de la serie de ataques que le propinó al contendiente de MORENA. El candidato del Frente realizó un total de 17 ataques a sus contrincantes y recibió 14, reporta El Informador. Sinceramente pienso que sus adversarios pudieron haber ejecutado una mejor ofensiva contra él, ya sea apelando a su falta de experiencia política o utilizando el caso de lavado de dinero, el cual si no mal recuerdo lo mencionaron un par de veces a lo mucho. Ricardo salió bien librado de esta primer batalla gracias en gran parte a la mezquindad de Meade y a la pasividad de Andrés Manuel.

En resumen, el “Chico Maravilla” se vio bien, habló bonito y repartió chanclazos a diestra y siniestra. Me parece que fue uno de los candidatos que hizo efectivo su planteamiento y vio cumplidos sus objetivos, a excepción del más importante, bajar a AMLO de la cima. Si bien Anaya creció 4% en las encuestas, pasando del 26% al 30% de abril a mayo, López Obrador no cedió terreno y mantiene el 48% de preferencia entre los votantes. Todo indica que la contienda electoral será de dos, y esto Ricardo lo sabe muy bien, por lo cual ya está moviendo sus piezas y apunta a dos estrategias principales; llamar al mentado voto útil para alcanzar a Obrador, o ¿pactar con el PRI? Digo, el guiño a esa posibilidad ya la hizo el pasado 27 de abril durante una reunión privada con directivos de Citibanamex, con información de la revista Proceso:

“Mira, más que pedir la cita (a Peña Nieto), y yo también les ruego que comprendan que tengo ser muy prudente si quiero ganar esta elección, decir: hay que hacer que las cosas sucedan de manera inteligente. Lo que te puedo decir, Leonardo (Curzio), es: la ruta es la de sumar esfuerzos (…)”

“Yo estoy absolutamente abierto a construir con quienes haya que construir para ganar esta elección y darle viabilidad al futuro del país”.

Aun cuando su saldo haya sido positivo, el candidato PANista se ha desaparecido en las semanas posteriores al ejercicio electoral; sin embargo, estoy seguro que Chicken Little nos deparará una fabulosa segunda parte, porque de no ser así veo muy complicado que pueda acercársele al puntero en el tercer y último round. Tal vez tenga que echar mano de alguna arma secreta o medida desesperada, no lo sabemos; pero si de algo podemos estar seguros es que en este #MéxicoMágico que tanto amamos, todo es posible, desde llevar el doble de cartulinas, hasta pactar con el partido que más corrupción derrochó en el pasado sexenio.

Jaime Rodríguez “El Bronco” (Independiente)

¿Qué pensarías si te dijera que “El Bronco” fue uno de los ganadores del debate? No, no es sarcasmo. Efectivamente Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón hizo de las suyas en el encuentro y vio cumplidas sus intenciones, porque podrá tal vez no llamarse Sergio, pero ¡vaya que es bailador!

Jaime Rodríguez es conocido por dos principales razones: por su característico perfil norteño y ranchero (sí, esos de a bota y a caballo), y por ser el primer gobernador independiente en la historia de México; una hazaña notable sin duda, no obstante, ha estado siempre en el ojo del huracán. “El Bronco” tiene en su haber un surtido rico de frases celebres que han hecho de sus intervenciones públicas todo un espectáculo. Recordemos aquella vez cuando declaró que a las niñas gordas no las quiere nadie o cuando en una posada se le salió decirle a los niños que “Santo Clos eran sus papás (te dejo aquí una recopilación de sus mejores citas).

A pesar de que las polémicas que lo rodean parecieran ser simples bufonadas, encontramos que Rodríguez Calderón fue señalado por el INE de triangular recursos gubernamentales y de empresas presuntamente fantasma para la compra y falsificación de firmas, esto durante su proceso de registro como candidato independiente, reporta el portal ADN Político. Lo último golpeó su reputación y la de su movimiento de manera importante, haciéndonos cuestionar si es que merecía estar en la boleta, porque 1,198,892 firmas inválidas de 2,034,403 recolectadas no son poca cosa.

El aspirante independiente se hacía presente a la cita con una enorme desaprobación por parte de los nuevoleoneses, quienes dieron una calificación reprobatoria de 5.3 puntos a su segundo año de gestión, informa El Financiero. Basta con revisar los comentarios en las redes sociales del gobernador con licencia para dar fe del latente desencanto y decepción regia, tanto por la falta de resultados como por el incumplimiento de su promesa de no chapulinear.

Sus intervenciones en el debate estuvieron arropadas por un discurso anti sistema, donde el rechazo a los partidos políticos y su financiamiento público era el principal eje, un mensaje respetable sino fuera porque lo acompañó de un performance digno de un show de stand up. En total, “El Bronco” hizo 15 ataques y recibió ninguno, lo cual nos deja en claro que sus contrincantes no lo consideran una amenaza seria, ni siquiera como para invertir tiempo en defenderse de sus descalificaciones. Aún y con todo esto, Rodríguez Calderón puso en marcha su estrategia y vio cometido su objetivo, irrumpir en la conversación nacional para posicionar su discurso e imagen; pero ¿con qué motivo? Imagino que ni él mismo sabe. Por un momento parecía que el diálogo post debate se tornaba hacía sus declaraciones y payasadas. No me dejarás mentir, todos vimos o compartimos algún meme haciendo alusión a la medieval propuesta de cortarle la mano a los delincuentes. ¿Qué me dices de su ocurrencia de publicar su número de Whatsapp en televisión nacional? Personalmente creo que fue una idea genial con una ejecución maravillosa, digo, a fin de cuentas la meta era esa, poner a Jaime Rodríguez Calderón en el radar de la opinión pública. Bien dicen que no existe mala publicidad.

Descifrar los futuros movimientos del “mochamanos” es algo complicado, ya que sinceramente desconocemos sus verdaderas intenciones: si sólo viene a hacer comedia o realmente quiere fomentar las bases que impulsen en un futuro las candidaturas indie en México. Incluso, hay quienes manifiestan —como Luciano Campos Garza en su artículo para la revista Proceso—, que la presencia del independiente en la boleta no es sino para dividir el voto y restar puntos a MORENA, siendo el PRI y el PAN los gestores de tal maniobra. Una cosa es clara, “El Bronco” no es un contendiente real para pelear por la silla grande, pero por lo menos será uno de esos factores que harán de este proceso electoral algo más memorable y entretenido. Sólo esperemos que no se tome muy en serio su papel de standupero una vez que regrese a ejercer funciones y cumpla con integridad sus compromisos pendientes en Nuevo León, porque recuerden que aún y con media barbaridad que dice y hace, él sigue siendo el gobernador electo.

¡Ánimo, regios!

AMLO (MORENA, PT y Encuentro Social)

Para cerrar este cotorreo, tenemos al rockstar de las últimas tres elecciones presidenciales; el eterno candidato; el Cruz Azul de izquierda; el “mesías” de Macuspana; la cabecita de algodón: Andrés Manuel López Obrador. Siempre cuestionado mas nunca ignorado. Sus polémicas intervenciones y declaraciones en contra de la temible “Mafia del Poder”, han pautado la agenda de debate político en las más recientes contiendas electorales, incluso provocado sanguinarias batallas entre chairos y fifis en Twitter y Facebook. No importa si vives en el norte, sur o centro del país; si escuchas a Aristegui o a Loret de Mola; si les vas al América o a las Chivas; estoy seguro que has escuchado hablar de AMLO y tienes una postura sobre él.

De los cinco aspirantes a la presidencia, el de MORENA es sin duda el más conocido —y como no hacerlo después de casi trece años de campaña—. Su salto a la “fama” fue en el 2006, cuando contendía por primera vez a la presidencia con el PRD; esto tras haber fungido como Jefe de Gobierno de la CDMX entre el 2000 y 2005. Fue en aquel entonces cuando Antonio Sola, ex asesor político de Felipe Calderón, desarrolló la campaña “AMLO es un peligro para México”, la cual exhibía al entonces PRDista como un líder dictatorial y socialista, comparándolo con Hugo Chávez. La campaña fue todo un éxito, la idea de que López Obrador iba a convertir a México en un Venezuela permeó tanto en la opinión pública, que hasta la fecha no se ha podido quitar ese estigma.

Su desempeño durante el debate fue bastante cuestionable. En contraste con Ricardo Anaya, AMLO se vio incómodo, lento, impreciso y esquivo. Incluso por momentos pensábamos que ya se había quedado jetón, pero poco después se reveló en un meme que su postura cabizbaja era debido a que estaba llenando su álbum del mundial; prioridades claras, amigos. Su actuar fue desconcertante e incluso en ciertos momentos desesperante, ya que era incapaz de responder con claridad a los cuestionamientos que le lanzaban tanto los moderadores, como sus adversarios. Una excesiva pasividad y desidia inundaba el discurso del MORENista, pero, ¿por qué? ¿Qué había pasado con aquel chairo mayor que llenaba plazas públicas y descalificaba a cada político del país? ¿Dónde estaba el Peje que conocíamos?

Algo en lo que me gustaría hacer un especial énfasis, es en la evolución que López Obrador ha tenido como candidato para estas elecciones. Su lectura de la política es diferente, ya no es ese opositor absoluto del sistema que vimos marchar en Reforma gritando “voto por voto, casilla por casilla” para después auto proclamarse presidente legítimo. Obrador ha entendido que en este país hay efectivamente cúpulas de poder, que en ocasiones llegan a ejercer un dominio mayor que al de la misma ciudadanía. Hoy encontramos que su discurso se ha matizado; claro, la esencia es similar, pero por lo menos ya no hará cacería de brujas. Esta maniobra le ha permitido conciliar con viejos enemigos políticos, e incluso sumarlos a MORENA. Si bien aún hay uno que otro despistado que sigue comprando el discurso de “AMLO es un peligro para México”, la verdad es que esta idea se ha ido desvaneciendo poco a poco en la conciencia pública. Incluso Antonio Sola, creador que la campaña de desprestigio, ha manifestado a la revista Proceso que Obrador ya no es un “peligro” para México.

–¿El peligro para México es vigente?– le preguntaron.

Respondió:

“Para nada es vigente. Yo lo he dicho muchas veces, ya no es nada vigente, yo he dicho que López Obrador ha evolucionado mucho en estos últimos 12 años y para nada creo que eso esté sucediendo en este momento.

Andrés Manuel y su equipo lo tenían claro, el juego se llamaba: “todos contra el puntero”. Con el objetivo de proyectar un AMLO menos confrontador y más conciliador, sus asesores optaron por aplicar una simple pero efectiva estrategia: nadar de muertito. Ya lo anticipaba Denisse Dresser a Leo Zuckerman durante una emisón de Foro TV:

“Lo único que tiene que hacer (AMLO) es evadir, evadir y seguir evadiendo; y seguir siendo el candidato teflón al que todo se le resbala”

Sus adversarios no dudaron en aprovechar su postura defensiva y se encomendaron a echarle montón. El balance fue negativo: 43 ataques recibidos por tan sólo 2 lanzados. López Obrador fue principalmente señalado por arropar en su partido a funcionarios corruptos; tal como lo son Napoleón Gómez Urrutia, líder sindical de los mineros, o René Fujiwara, nieto de Elba Esther Gordillo; de contradecirse una y otra vez en sus declaraciones, entiéndase Alfonso Romo; y de no poder sustentar sus propuestas, entre las cuales está la amnistía.

Si bien Andrés Manuel no fue percibido por la opinión pública como un ganador, debo señalar que un perdedor no fue; basta con consultar la última encuesta realizada por el diario Reforma para darnos cuenta de ello. En ésta encontramos que el aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia mantuvo su posición de líder con un apabullante 48% de las preferencias al inicio de mayo, mismas que preserva desde abril. Ni creció ni bajo, simplemente manteniéndose a flote. Todo apunta a que la estrategia previa al debate dio resultados, porque aún y con los múltiples desaciertos del “mesías” de Macuspana, su electorado pareciera ser indiferente a sus tropiezos.

Antes de concluir, hay alguien muy importante de quien tenemos que hablar para hacer un correcto análisis de la estrategia lopezobradorista: Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de MORENA. Me atrevería a decir con toda certeza que ella es la principal responsable de que AMLO este encabezando la contienda electoral. Ha ayudado a moldear el discurso y accionar del candidato en estos últimos meses, incluso fungiendo como “traductora” en diferentes foros y medios de comunicación. Además, ha logrado conciliar con sectores y grupos con los que el candidato de izquierda no conectaba; es un puente entre las ideas y posturas que no empatizaban en las pasadas contiendas. Una crack en las redes sociales y una troll por excelencia del PRI. Sin duda alguna la MVP de la contienda MORENista.

Las piezas que el Peje mueva (o no mueva) tras este primer enfrentamiento serán claves para el desenlace final de ésta gran telenovela. Muchos analistas políticos coinciden en que el único que podría evitar que el próximo presidente de México sea Andrés Manuel López Obrador, es él mismo; porque ya hemos visto la enorme facilidad que tiene para confrontarse de manera innecesaria con los sectores poderosos del país, entiéndase Slim y el grupo empresarial. Esperemos que en estas semanas previas al segundo enfrentamiento, AMLO demuestre que puede encarar y responder a los cuestionamientos, porque sea quien sea el próximo presidente: Andrés, Ricardo, José Antonio, Margarita o Jaime, necesitaremos de un líder que pueda conciliar y dialogar por sí mismo, y no mediante intérpretes.

Algo que no deberíamos ignorar es el dinamismo que este nuevo formato le dio al debate, además de la excelente labor realizada por los moderadores, fueron implacables e incisivos, nada que ver con las ediciones pasadas. Aguardemos en la segunda edición que Yuriria Sierra y León Krauze hagan lo propio.

La bandera más bonita del mundo según mi corazón y el diario español 20 minutos.

A pesar de que aún estamos a un par de meses de las elecciones, y hay más dudas que certezas respecto a qué candidato es la mejor opción; este evento ha dejado un gran valor detrás: la cultura del debate. Me llena de júbilo saber que muchos amigos y conocidos siguieron muy de cerca el ejercicio democrático, las redes sociales estaban repletas de interacciones que iban desde memes del “mochamanos”, hasta el desencanto con AMLO por su incapacidad para definir amnistía. Esto habla de un México que crece, participa y se vuelve crítico de su contexto. Somos un país joven y debemos estar conscientes que poco a poco nuestras acciones y decisiones como sociedad civil irán marcando el futuro de está hermosa nación.

Hoy por hoy tú y yo estamos definiendo la historia, nuestra historia.

Fuga.

-OMX-

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Oscar Mexía
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