Mi diario nocturno

Aleksei Mora
Mi diario nocturno
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11 min readSep 11, 2014

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Comienzos 3

Capítulo anterior : Enlace

Un hombre vestido de jeans, camisa blanca y lentes negros permanecía de pie en la puerta de la habitación. En la pantalla plana que estaba empotrada a la pared se leía el mensaje “No signal”, un sofá blanco de piel estaba colocado justo enfrente y las cortinas estaban abiertas, dejando que el paisaje nocturno londinense se colara por el cristal. Hollister solía disfrutar ver por las ventanas, pero esa noche se encontraba ansioso y no dejaba de mirar frecuentemente hacia la pantalla. “Desde aquí podrás ver cómo se desarrolla la prueba. — Decía Vec, mientras lo tomaba del hombro. — Iré a decirles los detalles. Si necesitas algo, no dudes en pedírselo a Bruce. — había señalado al hombre de la puerta. — Está aquí para servirte.” Servirme una mierda. Había pensado el viejo. Sabía que lo vigilaban y ahora no le quedaba otra más que esperar el resultado de la prueba, cualquiera que fuera. Sacó una botella de cognac del frigobar y la alzó para que la viera Bruce. — ¿Es de la cosecha que pedí? — El guardia asintió. Algo tenían que hacer bien… Condenó.

La cuadrilla caminó escoltada por varios hombres de Schiffer y Vec por los pasillos alumbrados por luces de neón hasta llegar una puerta vieja de madera. El chico de pelo en la cara silbaba Ten little indians y Viserys no dejaba de verlo con notable hastío. Por su culpa estoy metido en esto. Repetía una y otra vez. En contraparte, el hombre de chaleco y pecho descubierto esperaba con los brazos cruzados junto a Lioshik y Ouroboros. La fila la terminaban Kraven, Schiffer y su subordinado, Ivan. Un hombre corpulento de dos metros diez que hacía sentir pequeño a Kraven. Finalmente se escucharon unos pasos. Viserys agudizó sus sentidos y distinguió a Vec antes que sus compañeros. Apretó el puño. — Agradezco mucho su disposición a ayudarnos con la prueba. — Se dirigía a los dos desconocidos. — Siempre tenemos que dar la oportunidad, ¿no? — Había dicho el del chaleco. Con las luces tenues apenas se apreciaba su rostro, pero Lioshik adivinó que nunca sufriría por conseguir alguna chica en los clubs. — Después de todo, todos somos hermanos. — Le dio una palmada en la espalda a Lioshik, empujándolo un paso hacia adelante. — Sí… claro. — Contestó entre dientes y alisando su chamarra de mezclilla. Vec se paró entre Schiffer e Ivan, Kraven caminó hacia la puerta y se paró a lado de Ouroboros. — La tarea es simple — Comenzó a decir — , lo único que deben hacer es rescatar a las personas que se encuentran en la habitación. Las reglas son las siguientes: Formarán parejas con un acusado cada una. Cada pareja debe rescatar dos personas. Ni más ni menos. Está prohibido atacar a sus compañeros y cualquier ataque será motivo de inmolación. Esto va especialmente para ustedes… — Miró a los acusados. ¿Alguna duda?

-¿Cuánto tiempo tenemos para lograr la prueba? — Preguntó Lioshik. Vec sonrió.

-El necesario, pero te sugiero que te apresures, ravnos, porque sólo hay seis personas. ¿Han entendido?

-No entendí. — Dijó Kraven en un inglés tarzaneado. Vec puso los ojos en blanco y giró la cabeza hacia Ouroboros. Él se encogió de hombros.

-Aún tampoco. — Contestó. Viserys y Lioshik rieron divertidos. Vec dio media vuelta.

— Es una lástima… — Y se alejó hasta perderse en la oscuridad.

Lioshik habría tragado saliva si hubiera tenido, pero el mismo hombre de chaleco le volvió a dar unas palmadas. — Tranquilo, hermano. Yo seré tu pareja y ganaremos. — Lioshik respondió a la sonrisa y le tendió la mano. — Soy Lioshik.

-Raven — se golpeó el pecho dos veces. Su voz sonaba grave e imponente — , espíritu libre.

El chico se ajustó la banda de la cabeza, un poco más confiado. — Podemos hacerlo.
Viserys había entrado junto al de cabello despeinado, pues se le había pegado… cuasiliteralmente. Caminaba de cuclillas para ir a su altura y seguía silbando. El niño puso los ojos en blanco. — ¿Al menos me vas a decir tu nombre?

-¿El mío? — Su compañero miraba hacia arriba.

-No, el mío. — Contestó sarcásticamente.

-¡Ah! Tú eres el niño raro. Yo soy Roy.

-Me llamo Viserys.

-Y eres raro. Y eres un niño. Eres el niño raro.

-Claro… — Las puertas se abrieron con un chirrido y los vástagos entraron en un cuarto rectangular construido con bloques de piedra lisa que se elevaban varios metros hacia arriba. El techo no era visible debido a las tenues luces de neón, las cuales estaban colocadas a unos cuatro metros del suelo. Dispuestas en el tétrico recinto, nueve columnas construidas con bloques de metal llegaban más arriba de los focos. Roy tomó al niño de la mano y corrió hacia el otro extremo. Iba a medio salón cuando se apagaron las luces. Un grito desgarrador se escuchó y Lioshik quiso correr hacia la salida, pero Raven lo sostuvo con fuerza. — ¡UNA PAREJA EN CADA ESQUINA! — Dijo una voz desde algún lugar.

-Sígueme. — Le dijo Raven a Lioshik. Sus ojos resplandecían con un color rojo y el joven ruso lo siguió de cerca, no sin antes lanzarle una mirada de preocupación a Kraven, quien era jalado por Iván hacia la contraesquina. Su rostro denotaba terror. Ouroboros y Schiffer se quedaron juntos y caminaron hacia la esquina más cercana a la puerta, hacia su derecha, y esperaron. Desde su cuarto, Hollister miraba el televisor y a sus subordinados tomar lugar en cada esquina. Habían colocado cámaras de visión nocturna. Roy aprovechaba que Viserys no podía verlo en la oscuridad para hacerle caras, mientras que Lioshik y Raven conversaban. Raven parecía bastante animado y contrastaba con la imagen de Kraven, quien asentía cabizbajo al corpulento hombre que le gritaba desde la penumbra. Finalmente, Ouroboros y Schiffer esperaban tranquilos y en silencio recargados en la pared. Hollister pudo imaginar la conversación. “Maldito assamita” Diría Schiffer, pero Ouroboros incapaz de entender, no contestaría. ¡LA PRUEBA EMPIEZA EN TRES…

DOS…

UNO…

Estática.

La pantalla se había atrofiado o habían perdido la conexión. — ¡¿Qué mierda?! — El viejo sacó su celular.

¡YA!

Sonó la voz en el cuarto y este se iluminó ligeramente. Ouroboros fue el primero en reaccionar y subió aprisa la columna más cercana a él. Hábilmente se sujetaba a las rendijas entre las placas de metal y escalaba a buen ritmo. Estaba seguro de que sería el primero en llegar. Kraven también había empezado a subir, motivado por la urgencia de alejarse lo más posible de su compañero de equipo. Sólo tengo que bajar a dos personas y ya chingué. Pensaba. Por su parte, Viserys le había dicho a Roy que se quedara abajo, mientras él subía por las personas, así que su compañero se había sentado en el suelo. Sin embargo, Viserys no era capaz de subir más de un metro del suelo. Fuck it! Lioshik y Raven seguían quietos, Raven le había contado que podía serle un poco más útil si le daba un poco de tiempo, así que Lioshik había accedido. Estaba seguro que eventualmente tendrían que pelear por cada humano y por cualquier improvisto, ya había encontrado algunos vacíos “legales” en las reglas impuestas. Giró su cabeza hacia Raven, quien empezaba a retorcerse en el suelo. — ¿Estás bien? — Raven asintió con la cabeza, pero no parecía estarlo. Le salía mucho pelo en el cuerpo y le crecía un hocico. Lioshik retrocedió nervioso. — Arrójame lo más arriba que puedas. — Raven lo cogió con una… ¿garra? y lo arrojó varios metros hacia arriba. No lo sabía, pero ya estaba muy cerca de Ouroboros.

Como había supuesto, Ouroboros fue el primero en llegar hasta arriba de la columna, pero no encontró a ninguna persona. Forzó un poco la vista y encontró a las seis personas. Las nueve plataformas estaban dispuestas simétricamente, con dos personas a dos columnas de distancia, en dirección al niño, una al centro, otra en la columna más alejada a él, otra en la esquina restante y otra en la columna siguiente. Sonrió y se preparó saltar hacia la columna contigua. La del centro sería la primera. Velocidad antes que cantidad. Kraven seguía subiendo, pero le costaba trabajo subir con las pedradas que le arrojaba Ivan desde abajo. Tenía una jodida precisión para darle en el culo. ¡Sube maldito assamita! ¡No voy a perder por tu culpa! — Le gritaba. De pronto, escuchó un golpe seco y sintió el metal vibrar bajo sus dedos. Otro golpe, y otro. Otro más. Ahora la columna se tambaleaba. Kraven miró hacia abajo y se encontró con que Ivan golpeaba la columna con las manos desnudas. ¡Pinche loco! Sintió cómo el pilar se balanceaba cada vez con más violencia. El rechinido de metal con metal sonó en toda la habitación y Roy se puso de pie. — oye — comenzó a decirle al niño — , mejor voy yo. — Hizo a un lado a Viserys y subió con tremenda agilidad y velocidad. Nunca había visto a alguien moverse así y pronto lo perdió entre la oscuridad. Cuando Lioshik llegó al tope, se encontró con una niña de tal vez once años. Tenía los ojos cerrados y respiraba lentamente. ¿Una niña? ¿En serio? La cargó y vio que estaba atada de pies y manos. Se asomó por la orilla y de reojo vio que Ouroboros corría con un cuerpo al hombro. — Vaya que es rápido. — Comenzó a bajar por la columna, sujeto a las aperturas. Abajo distinguió esos ojos rojos que tanto le acomplejaban. — ¡Es una niña! ¡Con cuidado! — Un rugido que interpretó como un “sí” llegó a sus oídos y la dejó caer, rogando que no se hiciera daño. Volvió a subir. Allí encontró a Roy, quien cargaba a dos personas inconscientes y se asomaba por la orilla. La primera columna ya había chocado con la adyacente a donde estaba Roy y estaba a punto de impactar donde él estaba. — ¡Cáchalas! — Gritó. Y si hubiera tenido un corazón funcional, este se habría sobresaltado. Viserys fue tomado por sorpresa y alzó la vista. Forzó un poco la vista y vio un cuerpo que caía hacia el suelo. — What? — Esperó el primer cuerpo, pero un fuerte golpe lo sacó volando y lo impactó contra la pared. Al abrir los ojos, vio que Ivan bajaba a la chica con una mano, y con la segunda atrapaba a la segunda chica. — ¡Eso es trampa! — Espetó. Detrás de él, salió Kraven, con el brazo en una posición poco ortodoxa y cargando a un anciano. Ivan se volteó hacia él y sonrió. Le echó los otros dos cuerpos encima, haciéndolo caer por el peso. Kraven, consciente de que nadie en la sala hablaba español, alzo tres dedos. Luego se señaló a sí mismo y a Iván. Dos dedos. Señaló a Viserys. Un dedo. Iván negó con la cabeza y habló lentamente. — These three people are of our own. None for he or anybody else. — Viserys lo miró con desprecio, pues había escuchado. Corrió hacia él e intentó morderlo. El rostro de Iván cambió drásticamente y con odio lo golpeó de nuevo. El cuerpo del niño impactó en la pared. Sentía sus huesos rotos y percibió que tardaría un rato antes de curarse. Asshole. Pensó. Al ver cómo de un golpe había inhabilitado a Viserys, Kraven obedeció y puso los tres cuerpos sobre la pared, mientras el estruendo metálico cubría la habitación. Tres columnas ya habían caído como un dominó. Kraven concentró vitae a su brazo para sanarlo. Se lo había roto al salvar al anciano de una caída mortal, pero para hacerlo le habían caído los escombros de metal encima. Se maldijo por no ser más rápido mientras Iván se alejaba con velocidad sobrehumana. Arriba, Ouroboros ya había rescatado otro cuerpo y Lioshik saltaba de plataforma en plataforma hacia la última persona, a quien Roy le susurraba. Escuchó otro chirrido y adivinó que la torre desde la que acababa de saltar había sido impactada. ¡Scheiße! Estaba ya a una plataforma del hombre restante, y cuando Roy lo miró, sonrió y desapareció frente a sus ojos. Sorprendido, pero determinado a terminar su tarea (ser inmolado no estaba entre sus planes próximos), saltó hacia el hombre. En ese instante, la columna anterior lo golpeó. Se pegó a la plataforma para mantener el equilibrio, pero esta se empezaba a ladear. Entonces, otra columna lo impactó del otro lado. El impacto fue más violento de lo esperado, la tensión en las tres columnas había sido demasiada y la plataforma de enmedio salió disparada con todo y humano y vampiro. Lioshik abrazó al hombre, un señor de saco y mocasines, probablemente regresaba del trabajo esa noche. Justo cuando estuvo a punto de impactar el suelo, Ouroboros lo interceptó y rodaron con las láminas de metal cayendo tras ellos. — ¡Toma al señor! — Gritó Lioshik en italiano, y Ouroboros lo agarró y corrió con una velocidad que era ventaja de los assamitas, evitando los escombros. El ravnos no era demasiado rápido, pero había ido a la escuela y recordó sus simulacros para casos de temblor, así que se pegó a una de las columnas y formó un triángulo de vida con una de las láminas del suelo, esperando que también fuera uno de no-vida. Por un instante el rechinido fue constante y chispas intermitentes surgieron de los choques.

El asiático entró corriendo a la habitación de Hollister, pero estaba vacía, excepto por el guardia Bruce que yacía en el suelo ¿dormido? Se acomodó los anteojos con el dedo índice y pensó rápidamente. ¿Dónde se habría metido? Escuchó pasos provenientes del pasillo. Estaba nervioso. El plan había fallado.

Cuando todo se calmó, Lioshik salió sin un rasguño. — ¿Raven? — Llamó en la penumbra. — ¿Niño, Kraven… Boro?

-¡Aquí! — Escuchó la voz del niño. No se escuchaba muy animada. Caminó en dirección a su voz. — Algo salió mal.

-Sí, las cosas nos cayeron encima.

-No es eso… — Dijo lentamente. — El hombre que rescataste. — Lioshik se acercó con cuidado. El hombre parecía adormilado, pero hablaba con perfecta dicción y sentido, como si estuviera en trance.

-… les falló la treta. Ustedes fueron solo una distracción. Huyan y que no los atrapen, o sus cenizas serán esparcidas en el día. — Kraven cayó en la cuenta de que estaban solos.

-¿Y los demás? — preguntó en español. Ninguno le entendió. — Iván, Scheffer…

-¡Los demás no están! — Repitió Viserys. Se pusieron de pie y esperaron. Lioshik despejó la mente y cambió el plan… se alimentó del señor, no estaba totalmente hambriento, pero era mejor prevenir. Los demás lo imitaron, sin asesinar a ninguno. Luego de lamer las heridas de las mordidas, como les enseñaron, fueron a la puerta. Kraven la abrió y salió. Conforme caminaban por el pasillo, sentían la ceniza bajo sus pies. Kraven y Lioshik apretaron los puños atemorizados mientras que Ouroboros y Viserys permanecían alertas. Encontraron el elevador, en la puerta tenía quemaduras e impactos de balas. Lo llamaron.

Al salir a la recepción, estaba todo destruido. El cuerpo de la recepcionista yacía en el suelo con una expresión de terror y con un charco de sangre manando bajo su ropa. Lioshik se lamentó. De pronto, Kraven pasó a toda prisa a su lado. Mira que nalguear un cadáver… Pero no fue hacia la mujer, sino a un cuerpo que, al alzarlo, todos reconocieron.

Era Iván.

Aleksei Mora

Bueno, este capítulo ha tenido un poco de precipitación y pues nada. Gracias a mi queridísima Lluvia por ayudarme a encontrar la imagen de fondo. Cada día te quiero más. Y a mi mejor amigo y hermano Dax por darme su primer donativo a la causa del blog y mis escritos. Aunque fuera simbólico.
Gracias por leer. Y como siempre, muchas gracias Dan ‘a secas’ Narrador de Narradores.

¡No olvides compartir! :B

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Aleksei Mora
Mi diario nocturno

Autor de “Era Natural. Semillas”. Entusiasta del Marketing Digital, la fantasía y tecnología. Process Improvement manager. http://a.co/gKwjDwi