Coco

No tuve la oportunidad de despedirme de ti, moriste un día como otro, en Junio si somos más claros y te echo de menos. Puede que solo nos hayamos conocido durante 8 meses o no sé, el tiempo ronda por ahí, pero sin embargo, te echo bastante de menos.

Eras un perro guardián, nuestro perro guardián, el que cuidaba y protegía de la familia cuando nosotros no. Tu cuidabas la casita. Segundo siempre decía: “Vamos hijas, vamos al campo para ver al Coco”, yo siempre decía una escusa que otra: “No quiero, no hay ganas, o, tengo que estudiar”, y al día de hoy me arrepiento bastante.

Me arrepiento de muchas cosas pero de no haber pasado mi vida contigo es de las primeras opciones. Me arrepiento mucho. Ahora mismo acabo de ver la película “Siempre a tu lado, Hachiko” y no he parado de llorar en toda la película de lo triste que es y de nuestros recuerdos juntos.

Puede que hayas sido un perro cualquiera para otros pero para mí no, me demostraste que eres fuerte, amable y de buen corazón. Te encontramos en la calle y te dejamos en nuestra casita y pasaban los días y tú no nos abandonabas. Te extraño, pequeño, aunque eso me lo deberías de decir tú ya que me sacabas 2 metros, jajaja. Bonitos recuerdos que siempre permanecerán en mi corazón.

A día de hoy siempre serás recordado por mí, eso tenlo claro. Y sí, estoy escribiendo este blog a mi perro, no es una tontería, es honorario, porque el significó bastante para mí.