Historias del retorno (Manuel)

arribarivas
Migración de retorno
3 min readFeb 3, 2015

Desde el 2013 participo en un seminario de investigación sobre la migración de retorno. Me he dedicado a comprender el impacto económico, político y social que el retorno de migrantes tiene en México. Aprovecho este espacio para compartir alguna de sus historias:

Manuel* fue entrevistado en la visita llevada a cabo durante el 2013, mientras fungía como delegado. Manuel fue a Estados Unidos en distintas ocasiones (Florida, Míchigan, California) y su último retorno fue en el 2009. Esta vez volvió de estar trabajando en un restaurante en California.

A su regreso batalló un poco para insertarse socialmente ya que había pasado mucho tiempo en Estados Unidos y tenía pocos conocidos. A algunos «sí los había mirado de chico» pero tuvo que re-conocerlos. Poco tiempo después de volver, se lanzó para delegado.

Al momento de esta nueva visita él ya había renunciado a este puesto porque «era mucho trabajo y nadie me lo agradecía». También ahora había dejado la fuente de sodas que tenía en el jardín principal de El Sabino. Ahora contaba con otra alejada del centro, en la parte inferior de su casa. Mientras lo entrevistábamos había niños esperando fuera, querían jugar a las maquinas de juego que Manuel tiene dentro. Él dice que prefiere esta nueva ubicación porque es más cómodo, no tiene que ir ni venir de ningún lado. En las mañanas sale a vender carnitas a los ranchos aledaños y al volver se queda en su casa. A diferencia de Estados Unidos donde «vivía para el reloj» aquí en México está tranquilo. Abre y cierra cuando quiere, no tiene que fijarse en la hora.

Podemos observar un flujo de la cantidad de tiempo y contacto social que Manuel busca tener con los demás habitantes de El Sabino. Inicialmente re-conoció los espacios para posteriormente ocupar un puesto de representación popular. Tiempo después abandona esto, así como la fuente de sodas, para retraerse en su hogar. Esto no significa que rehúya al contacto social. En la calle en la que vive también residen familiares suyos. Come todos los días con su hermana, quien vive enfrente, y el negocio de carnitas para el que trabaja es de un sobrino suyo. Por estar de delegado «no miraba su barrio». Ahora lo hace y busca rescatar las tradiciones de lo que él recuerda era El Sabino cuando era niño. Compró piñatas para colgar en la calle en la que vive, una costumbre de su infancia. Su campo de acción social ha ido concentrándose en su entorno más directo.

Piñata colgada por Manuel entre los techos de su calle. Dice que lo hace porque busca recuperar la tradiciones.

Durante la entrevista la palabra “libertad” fue utilizada en distintas ocasiones y con distintas acepciones. En un inicio de la entrevista mencionó que había permanecido tanto tiempo en Estados Unidos porque, «citando a Jenny Rivera “probé la libertad y me gustó”». Casi al finalizar nuestra conversación, dijo que le gustaba vivir en México porque «aquí uno es libre». Cuando se le confrontó respecto al uso de la misma palabra para referirse a ambas realidades, él respondió que en México «se tiene libertad para ir y venir de todos lados sin tener que preocuparse por tener papeles o estar de ilegal; sin embargo en Estados Unidos se es libre», Mientras decía esta última oración hacía con la mano un gesto que representa dinero.

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