Feliz día del niño
En el fondo, todos lo somos.
Una de las principales preocupaciones que tenemos mi esposa y yo es el poder brindarle a nuestro hijo aquella educación que, en su camino a la adultez, no lo obligue a a estudiar para re-adquirir habilidades que ya tiene.
Y es que, en un mundo aún rígido en procesos de formación, siempre corremos el riesgo de sesgar y cortar la vocación y habilidades natas de un niño en pro de una mayor adaptación al mundo que le espera.
Ese rígido camino es tal vez el que llegada la adolescencia, genere una gran crisis en muchos jóvenes en el proceso de elegir su vocación, cuando de niños sus habilidades y prioridades eran mucho más claras.
El fino equilibrio consideramos está en saber decir pero también en saber escuchar. No solamente en lo auditivo, sino también más profundamente, en las actitudes y comportamientos que se van revelando al paso de los años, sueños, actividades y metas.
Para lograr esto, es necesario que todo padre conserve su alma de niño.
Porque cuando la tenemos al lado, comprendemos y compartimos con mucho más frecuencia y placer el mundo de la imaginación, miedos y sueños que nuestros hijos guardan en su interior.
Cuando eso pasa, veo con claridad que quien realmente moldea nuestra vocación como padres es él, el más pequeño de la casa: nuestra vocación de padres, mejores personas y sentido en la vida.
Es él, a su corta edad, el que termina guiándonos en la vida, como sabio maestro, hacia una mejor realidad diaria.
Aprendamos de los niños, como verdaderos niños…dejando un poco de jugar a ser adultos que lo sabemos todo y tenemos todo bajo control.
La vocación por seguir siendo niños debería ser obligatoria en la educación, así de simple, sin necesidad de llamarla “gamification”, “juegos de rol”, “simulación de negocios”, u otro término más adulto.
Gracias hijo por alimentar nuestra vocación de adultos con alma de niños.
Feliz día del niño a todos.
Miguel
SieteHistorias
