Sendero al círculo en que reviento

Mimí Yohualli Kitamura
Mimí Kitamura
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2 min readApr 20, 2018

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Título: «Sendero al círculo en que reviento». Autor: Kitamura.

A la mitad del mundo me he paralizado con la mente ciega

pues posados mis pies sobre frías sombras tersas

he dejado de sentir a las auroras en la libertad etérea

y desde mi nunca virgen vientre

rugen a versos las bestias más seductoras

no las que gimen con entonación de niña hermosa

sino las que ruegan postradas bajo tus cruces rosas

Cayendo de acantilados

bordados en mi costado

de cuerda en cuerda saltando

cual invidente loca danzando

canto al desprecio

metamorfoseada en silencio

pidiéndole al cielo

me deje ensoñar un minuto más en tu infierno

Y mis labios más que secos

pronunciando aún inciertos

amplios mares de veneno

para dar descanso eterno

a quienes prueben de mi sexo

El vacío comienza siendo eterno

más culmina en la ficción amor-destello

no supongas que en mis besos te he ofrecido ya el destierro

aún somos sólo un par de muertos

destrozándonos en celo

Destrozados ya los sueños

suplicante el alma ahoga tus recuerdos

para ser el caos del cielo

y seguir enloqueciendo

y escapar del frío averno

Crucificados mis pecados

ahora el tiempo me resulta escaso

siglo a siglo el sacrificio ha sido en vano

tu sangre hierve

el mundo muere

y el mal sigue reinando en lo nublado de nuestros párpados inermes

Amor nunca me orilló a no perderme

sigo arrodillada en el primer círculo

anhelándote muerte

sintiéndote incluso desnuda en los más bellos atardeceres

arrebatando al hombre placeres

y sardónicos gritos a las que nos nombramos mujeres

Te hemos sentido en el rostro agreste Muerte

Y para hacer menos dolorosa nuestra suerte

hemos fingido apuntando con el labio a lo celeste

más cuando las pupilas crecen

sílaba a sílaba

el mundo desaparece

y ya no es el verbo suficiente

para reconfigurar al axis mundi del presente

y ya no es el verbo suficiente

para despojarnos de esta podredumbre

que en la carne enardece

y ya no es el verbo suficiente

para disfrazar a esta penumbra

que entre mares muerde

y ya no es el verbo suficiente

para enclaustrarte alma en la esperanza

que al estigma desvanece

Aún te recito incomprendida eterna Ave María

la fe no ha sido escrita

para ser por ti Poesía poseída

aún en la mística hemos creado sólo un montón de metáforas vacías

el Hombre aún duerme y la masacre sigue viva.

Mimí Kitamura

mimi.yohualli@gmail.com

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