Teología urbana
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1 min readFeb 13, 2018
Menguar entre el arraigo del argumento y la constante de defecar en la bienaventuranza nuestros desvelos.
¡Vestirnos ángeles!, ¡devorarnos el verso! Vender la salvación, predicando recuerdos.
Bautizarnos la danza a la sombra del cuerpo. No poder ocultar la arista de nuestros cuernos.
Ciegos, venerar los espejos.
Redimirnos de rodillas, adorando la sangre que escurre de nuestros muertos.
Rezarle al silencio…
Fingir la frontera entre el averno y los paraísos eternos.
Mimí Kitamura
mimi.yohualli@gmail.com