Los retos “no spend” que triunfan en TikTok. ¿Consecuencia de la escasez o triunfo de otra manera de construir abundancia?
Hay un tipo de reto que triunfa en TikTok (sobre todo lo hizo a comienzos de año) que anima a la gente que se suma a reducir sus hábitos de consumo, a gastar menos. Este tipo de iniciativas reflejan una tendencia de las generaciones más jóvenes a establecer otro tipo de relación con el dinero y con el gasto.
Lo primero que pensé cuando los descubrí es que seguramente el asunto era consecuencia de la precariedad económica que rodea a muchos jóvenes, el enésimo intento de convertir en cool una austeridad no elegida. Pero buceando un poco más en el tema observé que va más allá de eso. Es un desafío al concepto hegemónico de “abundancia”.
Recordé la reflexión de Rebecca Solnit en su maravilloso artículo What if climate change meant not doom — but abundance?
¿Y si la escasez, la austeridad, es como vivimos ahora? Con pobreza de tiempo, consumiendo sin parar para no llegar nunca a ser felices, desarraigados de la comunidad, comiendo mierda, respirando mierda, con un ocio precario y frívolo, con la salud mental sobre palillos…
Los retos “no spend” resignifican nuestra manera de relacionarnos con los demás, con el planeta y con nosotras mismas. Pasear, quedar a charlar con amiguis, tomar un libro prestado de una biblioteca, dormir o simplemente soñar despierta no cuestan dinero, pero nutren la vida.
¿Y si eso es la abundancia?
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