Eduardo Kac y el Movimiento de Arte Porno
«queríamos transformar la alegría en una plataforma política»
POIESIS griega
The more affected will declare that there is “nothing new under the sun,” as in the Old Testament. As for myself, in this textament I will be clear: beyond pornography and eroticism, the body emerges triumphantly. Not the massacred body of the Earth’s people. Not the sculpted body of myths. Not only the physical body of poets. Another body. In the lineage of Sade and Duchamp: body poetry, energy writing, or any other name you wish to give it.
Eduardo Kac, “Rebelde sem Calça”, 1984.
De 1980 a 1982, el Movimiento de Arte Porno [Movimento de Arte Pornô] estaba en las calles de Río de Janeiro activando una guerrilla estética que logra fisurar el poder de la dictadura militar de Brasil (1964–1985). Creado por Eduardo Kac, este colectivo de arte y literatura experimental actúa en contra de la normalización de los cuerpos, promoviendo abiertamente la pansexualidad como una forma de vida y creación. El Movimiento proponía tomar conciencia del cuerpo y la palabra, desestabilizando el concepto estándar de pornografía a través de una aproximación emancipadora, con la finalidad de atacar el orden público soportado por lógicas heteronormativas. El contexto: un país donde podían llevarte a prisión por besarse en la calle, y en donde tanto la homosexualidad como la pornografía eran ilegales. Con acciones “fuera de la ley”, el brazo performativo del movimiento (La Gang), estaba en las calles, cines y muros dándole una bofetada a la literatura y el arte ortodoxo a través de acciones en playas, parques, encuentros en Cinelândia; publicaciones de panfletos, fanzines y manifiestos que le dieron visibilidad a sexualidades marginales y la poesía más experimental. 40 años después, en el contexto de gobiernos militaristas, este movimiento cobra más vigencia que nunca.
Rolando Carmona: ¿Qué fue el Movimiento de Arte Porno de Brasil?
Eduardo Kac: El Movimiento de Arte Porno fue un movimiento de corta duración pero radical y de gran intensidad que se centró en el cuerpo y el cual tuvo lugar en Brasil desde 1980 hasta 1982, bajo una dictadura militar. Al abrir las compuertas de la posmodernidad en Brasil, el Movimiento buscó conscientemente superar el paradigma modernista y no discriminó entre los medios tradicionalmente considerados como serios y aquellos que no eran aceptados. El fin del foco sobre la especificidad de los medios; el papel central del cuerpo; el cultivo de relaciones variables entre los elementos de una obra y sus componentes materiales; el papel del humor y la escatología — todas estas características contribuyeron a producir la identidad material de los objetos literarios y estéticos del movimiento y a crear un nuevo territorio… el Movimiento no practicaba pornografía comercial; más bien, el objetivo era subvertirla y desarrollar una pornografía liberadora e imaginativa.
RC: ¿Quiénes estaban en el movimiento?
EK: Además de mí, algunos de los participantes fueron Teresa Jardim, Glauco Mattoso, Braulio Tavares, Cynthia Dorneles, Hudinilson Jr., Leila Míccolis, Ota, Siegbert Franklin, Cairo Trindade y Alberto Harrigan. También es importante mencionar a Tadeu Jungle, quien trabajó paralelamente y compartió la misma sensibilidad.
RC: En 1980, Brasil se ve abrumado por una dictadura militar. Tenías 17 años y creaste el Movimiento de Arte Porno. ¿En ese momento, usar tu cuerpo como medio para la desobediencia política fue algo racionalizado o fue solo una respuesta corporal en reacción al contexto?
EK: Es importante señalar que mi iniciativa para crear el Movimiento fue una consecuencia del hecho de que, de una forma u otra, muchos de los participantes, incluyéndome, estábamos tomando simultáneamente pasos individuales en una dirección similar. Lo que hice fue proporcionar una meta-concientización de este hecho, lo que precipitó la convergencia. Postulé una pancarta comunitaria (el nombre Movimento de Arte Pornô) y organicé actividades colectivas. Naturalmente, estos esfuerzos, junto con el manifiesto, las actuaciones públicas, la documentación, la correspondencia y las iniciativas de publicación, a las que contribuyeron varias otras personas, fortalecieron el Movimiento y estimularon nuevas actividades. Con respecto a la parte de tu pregunta sobre la racionalización frente a la respuesta corporal, debo aclarar que esta distinción no era operativa en ese contexto. Todas las actividades coordinadas y organizativas enumeradas anteriormente implicaban algún nivel de racionalización; al mismo tiempo, el compromiso corporal transformador del Movimiento para cambiar el arte, la poesía y su contexto social fueron experiencias vividas, sensoriales y físicamente reales.
RC: El Movimiento de Arte Porno fue una microrrevolución contra el poder militar. ¿Podrías hablar de este contexto en particular?
EK: Al pasar de 1979 a 1980 en Brasil, nos encontramos en un contexto político particular. A lo largo de la década de 1970, la dictadura militar había torturado y matado a sus propios ciudadanos con el objetivo de erradicar a la izquierda. A comienzos de la década de 1980, no había democracia, el presidente públicamente afirmaba que prefería el olor de los caballos que el de las personas; el ala de extrema derecha del ejército organizaba bombardeos contra su propia población; el gobierno aumentaba la censura moral; la economía estaba muerta; la inflación alcanzó un máximo histórico y la Guerra Fría estaba en plena vigencia. Fue en este clima que el Movimiento de Arte Porno tomó las calles y clamó por una revolución estética, un nuevo comienzo.
RC: ¿En qué punto se considera la desnudez como Arte Porno?
EK: Es importante recordar que el Movimiento de Arte Porno inventó un nuevo significado político y estéticamente liberador para la palabra ‘porno’. Por lo tanto, el sentido utilizado por el Movimiento es muy diferente del que uno podría dar a la expresión ‘arte porno’, digamos, hablando del trabajo que Jeff Koons hizo con Cicciolina a principios de los años noventa. Habiendo aclarado eso, no hace falta decir que tanto la desnudez viva como su representación tienen una larga historia. Lo mismo ocurre con la pintura al óleo y, sin embargo, hemos tenido muchos artistas y movimientos artísticos diferentes que han utilizado el óleo sobre lienzo de manera diferente, para desarrollar distintos idiomas visuales, para responder a las demandas culturales de su propio tiempo y para lograr diferentes objetivos. Lo mismo es cierto para el cuerpo. La desnudez, en particular, se puede producir y lograr de diferentes maneras, en múltiples retos, por numerosas razones, como demuestran claramente las tácticas actuales del grupo internacional Femen. La comparación entre la pintura al óleo y el cuerpo vivo y su representación es un testimonio de las estrategias posmodernas del Movimiento de Arte Porno, en el sentido de que el Movimiento reconoció todo el espectro semiótico de la forma humana y sus acciones, incluido su metabolismo, como un lugar de creación artística tan legítimo como la pintura al óleo. El Movimiento de Arte Porno deseaba sublevar, no sublimar, al público. Las actuaciones, y las obras en general, no eran eróticas; eran humorísticas, políticas, o formalmente experimentales.
RC: ¿Cómo abordaron la pansexualidad en las acciones del Movimiento de Arte Porno?
EK: El Movimiento de Arte Porno fue descaradamente pansexual. Esto significaba que ninguna agenda única era privilegiada sobre ninguna otra y el ser humano era considerado en todas sus formas y deseos. Los ejemplos de trabajos incluyen: la queer tech de Hudinilson Jr. ; el fetiche podófilo de Glauco Mattoso y sus desarrollos literarios; la poesía feminista radical de Leila Míccolis; los dibujos de Alberto Harrigan y Siegbert Franklin, o mi propia serie titulada Pornogramas.
RC: ¿Cómo establecen un vínculo entre el cuerpo y la palabra?
EK: Además de las acciones en vivo, se emplearon diferentes estrategias tanto a nivel de representación como performáticas. En mis Pornogramas creé obras en las que escribí alternativamente un cuerpo (es decir, creé la imagen fotográfica de un cuerpo imaginado), escribí con mi propio cuerpo (realizando formas de letras), usé pliegues en la piel para escribir (a través de la transferencia de los pliegues), o inscribí un cuerpo en el espacio de tal manera que su presencia cambiara la relación entre todos los elementos en la composición. Otros ejemplos incluyen: el fanzine experimental Jornal Dobrabil de Glauco Mattoso, en el que superó la brecha entre la poesía compleja y el grafiti de baño; las divertidas caricaturas de Ota; y la poesía feminista singular de Leila Míccolis. Otro trabajo que me viene a la mente es Body Mail, de Tadeu Jungle. En este trabajo envió a través del sistema postal un sobre con una tarjeta dentro de la cual había, en lugar de un mensaje escrito, un vello púbico real suyo.
RC: ¿Es posible considerar el Movimiento de Arte Porno en una encrucijada entre el arte conceptual y el espacio de liberación sexual que ofrece el Carnaval de Río?
EK: No. Contrariamente a la imagen del cliché internacional de Brasil como una sociedad liberada donde todo va, en 1980, Brasil era (y en gran medida sigue siendo) un país machista, extremadamente influenciado por los puntos de vista conservadores religiosos, donde predominaba una actitud sexista y chauvinista… El carnaval, como cualquier otra fiesta, ofrece una liberación a corto plazo de las preocupaciones diarias. Queríamos un cambio social y político duradero real y una expansión de los límites del arte y la poesía… Mientras que el arte conceptual enfatiza la desmaterialización, el Movimiento de Arte Porno buscó poner en el centro de atención a las múltiples materialidades del cuerpo. El Movimiento de Arte Porno fue un nuevo punto de partida, no un retorno al conceptualismo de los años setenta.
RC: ¿Qué lugar tenían los niños en el colectivo?
EK: Los niños fueron los hijos e hijas de los miembros del movimiento y, dado que nuestras actuaciones promovieron una actitud saludable hacia todos los cuerpos, su participación fue bastante natural.
RC: ¿Qué sentido cobra este movimiento en el Brasil contemporáneo?
EK: El nuevo gobierno es frontalmente machista, homofóbico y transfóbico. Ya ha tomado medidas sin precedentes para reducir el apoyo a las artes. El Movimiento de Arte Porno deja un legado de estrategias y logros que celebran la diferencia a través de un compromiso inquebrantable con el arte y la poesía en el que la acción política y la experimentación formal son compatibles.
Eduardo Kac (Río de Janeiro, Brasil, 1962) es un artista conocido principalmente por su trabajo en Bio Art y Telepresencia. En su obra, Kac ha utilizado performatividad y biología con la finalidad de cuestionar y reflexionar acerca de las relaciones dialógicas entre los seres humanos, animales y robots. En su trabajo, replantea el rol tradicional del cuerpo del artista, cruzando límites simbólicos y éticos en el campo de las artes. Esta aproximación al performance genera nuevos paradigmas que empujan la relación entre el cuerpo, arte y vida hacia fronteras insospechadas. En su forma más radical, la obra de Kac no solo ha establecido asociaciones con diversas formas de vida sino además crea otras nuevas en el sentido más literal como Alba (la coneja verde). Su obra más reciente, Inner Telescope (2017), fue realizada fuera de la Tierra, en la Estación Espacial Internacional.
Rolando J. Carmona (Barquisimeto, Venezuela) Curador independiente con sede en París. Su interés básico son las artes electrónicas y performance, con especial énfasis en la exposición y preservación de los orígenes del Media Art. Desde el 2012 colabora en el taller de Nicolás Schöffer (precursor del arte cibernético).
Anagramas del cuerpo erótico es una Línea de búsqueda orientada a indagar en el espectro de las representaciones del cuerpo erótico en los imaginarios contemporáneos y antiguos, así como sus relaciones con el cuerpo carnal. Nos interesan los artefactos y discursos que exploran, juegan, cuestionan o defienden el cuerpo como territorio erótico, autónomo y humano.
En Mollusca defendemos la libertad de la palabra, por eso publicamos voces genuinas que sean responsables de su decir.
