Todo comenzó a mediados de abril del presente año cuando me decidí a participar en la iniciativa Django Girls + Monoku, un proyecto en el cual una chica sería elegida para ser practicante en Monoku, donde podría aprender y ganar experiencia como Backend y de esta manera aplicar a su primer trabajo en la industria; leí una y otra vez cada una de las palabras aquí descritas y era tan genial y emocionante que para mi y mis allegados era difícil creer que este tipo de iniciativas existieran.
Durante el proceso de elección todo marchó de maravilla, realicé una serie de pruebas y mi primera entrevista en la que conocí a Julián, José y Natalia, a quienes agradezco infinitamente por brindarme esta oportunidad, y sin olvidarme de Ramón su súper mascota que también estuvo presente.
Y sucedió el 18 de mayo en las horas de la noche después de una ardua jornada en la universidad recibí el tan anhelado mensaje, había sido elegida y es imposible explicar el mar de sentimientos y sensaciones que se acumularon en ese momento; los nervios de comenzar, la incertidumbre de conocer nuevos compañeros, nuevos objetivos, el miedo de sentirme a prueba y de hacerlo todo bien y la ilusión de saber todo lo que iba a acontecer. Y así fue como me embarque en esta maravillosa aventura.
Cuando llegue a Monoku mis ideas con respecto a que era una empresa cambiaron radicalmente, y no para mal sino para mi asombro, el ambiente que se vive es magnifico; las risas, comentarios, cumplidos y juegos hacen parte del día laboral, la relación que existe entre cada uno de los monokus, diría y puedo afirmar que más que una empresa son una gran familia.
Durante mis primeros días trabajé en finalizar la prueba que se me había designado en el proceso de elección y así comencé a conocer a cada uno de mis compañeros a quienes les preguntaba cualquier duda que llegase a mi mente; y también a mis profesores Edward, José, Juan, Julián y Leonel a quienes agradezco toda la ayuda que me brindaron, su gran paciencia y el tiempo que dedicaron para impartirme sus conocimientos a través de aquellas maravillosas clases diarias que se volvieron tan familiares.
Después de una semana comencé a trabajar en un proyecto real, me sentía muy emocionada y nerviosa, estaba a un paso de comenzar a sentir la adrenalina de entregar tareas, de solucionar errores y de aprender nuevas cosas a la velocidad de la luz. Es imposible negar que las dificultades no estuvieron presentes, existieron momentos en los que no podía realizar una tarea o resolver un bug, pero con la ayuda de mis compañeros logré seguir adelante y agradezco mucho que todo esto sucediera, que el nivel de exigencia fuese mucho más grande despertó las ganas de superarme mucho más y de saber que podía solucionar cualquier problema.
Mi estadía en Monoku coincidió con la celebración de su aniversario, para mí fue una experiencia que me dejó sin palabras, las actividades que realizamos con las que me divertí mucho y al final la mágnifica cena, me dejó ver que todo lo que han logrado ha sido un trabajo arduo y en equipo que les ha permitido llegar tan lejos.
Después de tres semanas en la ciudad de Bogotá, regresé a mi natal Cartagena, y trabajé durante aproximadamente dos meses remotamente, aprendí de primera mano el valor de la comunicación y como esta puede aportar directamente a las actividades que realicemos. Durante todo este tiempo seguí con mi proceso de aprendizaje de forma virtual a través de video llamadas y Slack, todo resultaba muy eficiente pero de igual forma los extrañaba a todos entre ellos a Ramón.
La última semana de mí práctica regresé a Bogotá, me reencontré con todas esas maravillosas personas que trabajaron conmigo durante estos fantásticos tres meses.
Me siento feliz de haber vivido esta invaluable experiencia.
Agradecimientos:
A Monoku por permitirme participar de este maravilloso programa, espero que continúen con esta gran labor. Aprecio el tiempo que me dedicaron y su paciencia, cada uno de los momentos que he vivido con ustedes ha hecho que tenga aún más ganas de continuar compartiendo y retribuyendo todo lo que he aprendido.
A Django Girls Colombia por ser parte de esta iniciativa, y organizar el evento Django Girls Barranquilla 2017, que cambió mi vida significativamente.
A todos los monokus por vivir esta experiencia conmigo, por hacerme sentir bien, por los regalos, por los chistes, por los juegos y su gran amabilidad.
A Ramón por ser la mejor mascota, por sus juegos, sus cariños y acompañarme de camino al lugar donde me estaba quedando en la ciudad de Bogotá.
