Cuento: Una definición para principiantes
El cuento, dice Julio Cortázar, como en el boxeo, gana por knock out, mientras que la novela gana por puntos. El cuento recrea situaciones. La novela recrea mundos y personajes
La Real Academia Española (la RAE) tiene ocho definiciones para la palabra, cuento, pero aquí nos vamos a ceñir a tres, que son las que tienen que ver con la literatura. Y es que la RAE define al “cuento”, como una narración breve de ficción en primer lugar. También lo establece como un relato, generalmente indiscreto de un suceso. Y finalmente, como una relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención.
Finalmente, uniendo esas tres acepciones, un cuento es un relato que narra un suceso que generalmente procede de la imaginación.
La palabra “cuento” viene del latín “computus” (cuenta), y habla de una narración breve creada por uno o varios autores que como ya mencionamos puede estar basada en la vida real o bien proceder directamente de hechos ficticios, en la que la trama es protagonizada por un pequeño grupo de personajes y que además, a diferencia de la novela, cuenta con un argumento más sencillo.
No quiere esto decir que sea más fácil de comprender, sin embargo, tiene que ver con que al ser divulgado tanto por la vía escrita como por la oral, el cuento por lo regular gira en torno a una sola acción central. Para algunos estudiosos, el cuento debe tener un final impactante, ya que, al ser breve, no sólo busca contar una historia, sino despertar una reacción especial en el lector o en quien lo escucha. Quien lo cuenta es un narrador, ya sea que en verso o en prosa, ofrece un monólogo, un diálogo, o una descripción de los hechos.
Al ser un relato conciso, el cuento por lo regular, como también ya mencioné al principio, se desarrolla sobre una acción central (un solo clímax), por lo que no se desarrollan conflictos secundarios y los personajes evolucionan de forma menos compleja.
Entre mis escritores favoritos, Julio Cortázar, uno de los maestros no sólo de la literatura latinoamericana, sino en general del cuento, lo definía de manera ingeniosa. Decía que, como en el boxeo (una de sus grandes aficiones), el cuento gana por knock out, mientras que la novela gana por puntos; además, que mientras el cuento recrea situaciones, la novela recrea mundos y personajes.
