El “Aquiles” colombiano
“Carlos Fuentes no quiso entregar el manuscrito a sus editores mientras el conflicto armado más antiguo de América Latina no llegara a su fin. La publicación de Aquiles coincide con la que parece ser la última negociación entre la guerrilla y el gobierno colombiano: la hora de la verdad, el fin de las cuentas pendientes, el comienzo de la paz. Este es el mejor momento para leer la novela póstuma de Carlos Fuentes”.
Silvia Lemus
- Fuentes, C. (2016). Aquiles o el guerrillero y el asesino. México: Fondo de Cultura Económica.
Para los colombianos que vieron la luz después de la sexta década del siglo pasado, la guerra fue un elemento más de la vida ordinaria. En Colombia, el conflicto encontró su raíz en la fundación misma del país a partir de la lucha política entre los dos bandos partidistas de los siglos XIX y XX: el grupo liberal, por un lado, y por el otro tanto, el conjunto conservador. A esto, se suman otros factores, como la distribución y el control de las tierras, y la relación con el narcotráfico. Gracias a esta suma, obtenemos un resultado complejo, y nos encontramos con múltiples actores que muestran a un país cuya población está acostumbrada a relacionarse con la violencia heredada de la impotencia ante la resolución de los problemas, y la rabia. Escritores, por ello, tomaron la pluma y alzaron la voz para hablar de dicha situación para el mundo.
Esta semana, quiero hablarles de un episodio de la historia colombiana contada por un escritor mexicano importante para las letras internacionales. Inspirado por el asesinato del guerrillero Carlos Pizarro Leongómez, Carlos Fuentes escribió una novela titulada Aquiles o el guerrillero y el asesino (2016), que fue publicada de manera póstuma tras su muerte en el año 2012, gracias a una colaboración entre el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el sello de Editorial Alfaguara, obra que fue presentada el pasado 26 de noviembre en la Expo Guadalajara en actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su edición número 30. Y es que Carlos Fuentes fue un narrador y ensayista mexicano, consagrado como uno de los escritores más importantes del país. Representante del “boom” hispanoamericano de la década de los sesenta, realizó una narrativa experimentalista, y fue evidente la influencia de autores como James Joyce y William Faulkner (debido a la pluralidad de voces, la fragmentación temporal o el monólogo interior), y exponente de un estilo novedoso que exhibe su dominio de la prosa a través de variados registros del habla común. Fue galardonado con el Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Cervantes en 1987, y el Príncipe de Asturias en 1994; fue nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua y Doctor Honoris causa por varias universidades, entre ellas Harvard, Cambridge y la UNAM.
En el homenaje que se le rindió al autor en la FIL, se recordó el apoyo que brindó año con año a la Feria desde su primera edición, y se señaló que Fuentes mantuvo siempre un vínculo con el acontecer colombiano, lo que quedó evidenciado en el libro que fue presentado tras una investigación de dos décadas. “La FIL se congratula por ser el marco de la publicación y que lo haga su compañera de vida Silvia Lemus y Julio Ortega con su trabajo editorial es de mucha valía”, destacó el presidente del evento. Se dijo, además, que “el escritor está presente en la FIL Guadalajara como lo hizo por muchos años y sigue actuando en esta ocasión a través de su obra póstuma trabajada por Julio Ortega, quien le da al texto un prólogo de introducción al lector”.
Vista como “un acontecimiento editorial, literario y cultural” por el titular del FCE, José Carreño Carlón ha señalado que con este trabajo se cierra el ciclo de Carlos Fuentes como novelista, iniciado con la publicación de “La región más transparente” en el año de 1958. La obra cuenta el asesinato de Carlos Pizarro Leongómez, acaecido en 1990, y que invita al lector -por medio de un tono ensayístico- a reflexionar la situación de la violencia en el país sudamericano, la expansión del narcotráfico en la región y sus posteriores estragos. Pizarro era figura importante del movimiento guerrillero, del grupo M-19, y cayó en medio de una balacera a manos de un joven sicario justo en el momento en que el líder revolucionario había comenzado un proceso de paz en el país, como el que ocurre en estos tiempos. El asesino habría ultimado a Pizarro Leongómez durante un vuelo de Bogotá a Barranquilla, y posteriormente fue abatido por los cuidadores de la víctima; más adelante, se descubre que en el interior de uno de sus zapatos se encontraba una nota, en la que pedía el pago de dos mil dólares para su madre; jamás se supo si el crimen obedeció a órdenes del narco, la guerrilla, o el poder político de la época influenció de alguna manera para que el joven decidiera tomar su arma y jalar el gatillo.
Es posible vislumbrar que Carlos Fuentes intentó construir una historia en la que la realidad toma vida a través de la ficción, donde los recuerdos, la prosa ensayística y las conversaciones con personajes colombianos reales, un trabajo de 20 años según se señala. Carreño Carlón del FCE dice “el resultado es una novela de riqueza extraordinaria en estampas de la realidad colombiana, y de la historia colombiana, con tantos paralelismos con la realidad y la historia de nuestros países. Y de una riqueza, también, en referencias literarias, intertextualidades, citas y alusiones a escritores latinoamericanos”. Y resalta, “es el testamento literario de Carlos Fuentes, el gran narrador mexicano del siglo XX… y nadie puede decir (que) estamos ante un libro del Fondo o ante un libro de Alfaguara. Es un híbrido voluntario, es un anfibio buscado”, es la historia del “Aquiles colombiano de la guerrilla”.
Puedes conseguir el libro aquí.
