Etimológicamente, ¿cuál es el origen del “huachicoleo”?
Queda demostrado que siempre que el hombre tenga necesidad de nombrar las cosas recurrirá a lo más cercano, a lo que de una idea de lo que está pasando aunque a veces no quede tan claro.
Durante las últimas semanas, el término más sonado en medios de comunicación es precisamente aquel que remite al hurto de combustible. Esa palabra, “huachicol” ([ wa t∫i ‘kol ], según la transcripción fonética), hace pensar ya a muchos en las largas filas, esas que han tenido que hacer para obtener un poco de combustible que haga caminar a los vehículos y contribuya al desarrollo normal de la vida cotidiana.
Pero la palabra no surgió de un día para otro, claramente.
Lo cierto es que siempre se recurre al uso de algún término para nombrar las cosas o situaciones que conocemos -o creemos conocer- justamente para poder referirnos a ellas, y cuando no es así, utilizamos términos que sean lo más cercanos posible a esa… digamos “realidad”. Por eso, sin darnos cuenta, una palabra extraña como “huachicol” empezó a usarse un día, según la Academia Mexicana de la Lengua, para hacer alusión a la “bebida adulterada con alcohol, principalmente de caña”. Además, se emplea para hablar de aquella “especie de pértiga que lleva en un extremo una canastilla, utilizada para bajar fruta, como manzanas, peras, guayabas, del árbol”.
“Huachicol” más el sufijo “-ero” (que refiere a oficio o profesión) indica que “huachicolero” es aquel que baja fruta del árbol con la herramienta de la canastilla, pero también se emplea para dirigirse al trabajo de quien se dedica al robo de gasolina de los ductos que la conducen, justo como hace con las bebidas alcohólicas.
Yo había escuchado el uso de la palabra “huachicol” para el producto que era vendido en las cantinas, y haciendo un pequeño resumen, es fácil determinar que si mezclamos el hecho de alcohol (líquido) y el de bajar la fruta del árbol, el término “huachicolero” en la actualidad está basado en el hecho de tomar algo, y que ese algo debe ser líquido y por tanto, sí remite y no es sólo una cuestión de moda el llamar “huachicoleo” al hecho de robar la gasolina y comerciarla de manera ilegal. Y nuevamente, queda demostrado que siempre que el hombre tenga necesidad de nombrar las cosas recurrirá a lo más cercano, a lo que de una idea de lo que está pasando aunque a veces no quede tan claro.
