¡Hasta luego, Quino!
En sus viñetas contaba pequeñas historias que a la par de ser jocosas en el lector causaban el desasosiego por la ironía o a veces una tristeza desgarradora.
“Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará”, escribió este miércoles Daniel Divinsky, director de Ediciones de la Flor y editor del reconocido dibujante argentino.
Joaquín Salvador Lavado, autor de Mafalda, falleció este miércoles a los 88 años de edad. Se fue, pero nos dejó una gran obra humorista en la que de manera magistral combinó la ironía, la acidez y la ternura, y nos alegró la juventud a muchos de nosotros.
En los años 60, se dio a conocer en Buenos Aires con la publicación de su libro Mundo de Quino, con el que además lanzó a la fama a la irreverente “Mafalda” y sus amigos.
Los personajes de Quino, como la propia “Mafalda”, eran personas normales con vidas comunes y corrientes. Niños, amas de casa, empleados de oficinas, todos ellos víctimas del absurdo, el autoritarismo y limitaciones personales. En sus viñetas contaba pequeñas historias que a la par de ser jocosas en el lector causaban el desasosiego por la ironía o a veces una tristeza desgarradora.
¡Hasta luego, Quino!, decimos todos recordando como con su trabajo alegró la juventud de muchos de nosotros, pero también nos invitó a la reflexión a través de su crítica social.