La otra esquina

O. Onetti
Mosaico De Letras
Published in
2 min readJan 17, 2019
Desdoblamiento”, por Gustavo en DeviantArt.

Le gustaba decir para sí misma que esa era la mejor noche de su vida. Y es que, después de meditarlo tanto, al fin se atrevió, hizo lo que debía, según pensaba, con esa infame de su mujer. Aliviada, sintiendo una extraña calma, se acomodó bajo el roble y pensó un instante. ¿Qué debía decir a los demás? Mentir podría ser una solución, pero no encontraba la manera coherente de explicar que ella había huido por la vergüenza de sus errores. Sonrió. Pensó que de todos modos no era tan complicado hacerse la indiferente cuando le cuestionaran por la mujer, y nadie se imaginaría que había terminado el cuerpo bajo el mismo roble donde ahora se encontraba. Satisfecha, caminó hasta su habitación; tomó el ejemplar, leyó unos versos de Rimbaud y sirvió del coñac aquel que tanto le gustaba. La tarde era espectacular, las nubes y el sol se combinaban emitiendo una luz sanguinolenta sobre las azoteas con tinacos negros, el ligero viento apenas mecía las hojas de los ficus llenos de plaga y el ruido del taller mecánico de al lado, los trabajadores se apresuraban bajo la ventana a la salida. Y ahí, desde el espejo colocado sobre la pared, la mujer le devolvía la mirada con una sonrisa burlona que le hacía volver los ojos a la otra esquina.

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