Realidad y deformación de la realidad en la motivación

Vic Blázquez
Motiv
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4 min readJan 21, 2018

Este es un texto meramente científico sobre avances en motivación que yo encuentro importantes.

Una de las cosas que siempre me ha dado miedo es intoxicar mi cabeza con realidades falsas. Hoy voy a contar mi teoría de las realidades y su importancia a la hora de aprender, motivarte o conseguir lo que quieres.

Teoria de las realidades

El mundo está lleno de libros sobre todas las temáticas posibles. ¿Por qué unos funcionan y otros no? ¿Qué hace que algunos libros sean vendehumo y otros sean adorados a lo largo de los años?

La respuesta es que unos se ajustan a la realidad en la que vivimos y otros se ajustan a realidades alternativas.

En la realidad que vivimos unas magdalenas se pueden hacer con harina, aceite, leche, huevos y azucar. Sí, hay recetas sin huevo, sin leche, sin azucar, cambiando la harina de trigo por espelta y un sin fin de posibilidades. Quedémonos con esta realidad. Harina, aceite, leche, huevos y azucar.

Dos observadores se encuentran en la misma cocina junto con una afable abuela que se pone a hacer las magdalenas. Y ambos tienen que escribir en sus libretas cómo se hacen. Después ambos darán ese papel a otras personas para que repliquen la receta.

Y aquí, en este punto, es cuando la teoría de las realidades empieza a trabajar. El segundo sujeto no sabe de cocina, así que al ver usar harina a la abuela escribe en su libreta levadura, al usar aceite escribe vinagre, al usar leche escribe horchata, al usar huevos pone huevos de serpiente y en vez de azucar escribe sal. En su realidad alternativa con levadura, vinagre, horchata, serpiente y sal se hacen magdalenas.

Cuando alguien lea esa receta, si tampoco sabe sobre cocina y no puede juzgar sobre ello, seguirá a pies juntillas las explicaciones. Y la realidad en la que vive no le dará el resultado de la realidad alternativa. En su realidad con esos ingredientes no se consiguen magdalenas.

Ahora imaginemos que en vez de con una receta de cocina fueran notas musicales. Si se apuntan mal esas notas la canción será otra. O imagina un libro donde te recomiendan seguir unos pasos para ser exitoso y que el autor dice que son los de las mejores personas del mundo. Como ese autor haya olvidado un ingrediente, haya confundido algún otro, haya algunos que le falten y haya otros que se invente el resultado final será totalmente otro.

“Viviendo” en realidades alternativas

Aquí es cuando entramos en un tema delicado. No podemos viajar a otras realidades. Con horchata y levadura no salen magdalenas. Con malos consejos de un libro, un vídeo o un lo que sea no tenemos éxito. Por muy bien que quede en el papel. Y aunque durante un tiempo “vivas” en esa realidad.

Si volvemos a nuestra receta. Durante el tiempo que estás cocinando los ingredientes estás en una realidad alternativa. Mezclas tu levadura, tu horchata, tu vinagre, tus huevos de serpiente y tu sal. Crees que es lo adecuado. Y nada te hará ver que no es así hasta que las saques del horno. O lo que es peor aun. Puede que nunca sepas que está mal.

Sigues la receta. Sacas eso. Y ese eso te crees que son magdalenas. Nunca has visto unas magdalenas antes, nunca has sabido como hacerlas, quien vio como se hacían te dijo cómo había que hacerlas y por fin las tienes hechas. Y las pruebas y están horrorosas. ¿Esto son magdalenas? No quieres más magdalenas en tu vida.

Por culpa de un observador externo, que interpretó mal la realidad estás “viviendo” en una realidad alternativa. Una realidad alternativa donde crees que las magdalenas se hacen de una manera y donde crees que las magdalenas saben de una manera. Y si no observas con tus propios ojos o pruebas con tu propia boca una magdalena real “vivirás” siempre en una realidad alternativa.

Cambia la magdalena con el éxito. Es más difícil vivir con alguien exitoso para comprobar si los ingredientes son esos o si el resultado final es ese o si el día a día es como te dicen o si hay que sufrir o no sufrir como te afirman. Puede que por culpa de un observador que escribió o dijo algo, al replicar la receta, no te guste el resultado, o no te guste el proceso y digas que eso no es para ti. Y ante la imposibilidad de comprobarlo por ti mismo nunca conozcas la realidad en la que vives.

Buenos observadores y buena observación

Solo hay dos soluciones a la teoría de las realidades: tener buenos observadores o desarrollar una buena observación. Solo sabiendo y siendo capaz de elegir a quienes observan bien la realidad podrá irte bien en áreas donde no tienes conocimiento o donde no puedes observar por ti mismo.

Kahneman (Thinking, Fast and Slow, 2011) habla de los dos sistemas del cerebro, de la intuición y de la buena y mala toma de decisiones. En ese trabajo se hacen recomendaciones y se realizan advertencias sobre cómo elegir bien. Sería otra disertación diferente la de analizar un buen sistema de elección para tener observadores fiables. Que quizás realizo en el futuro y que podría resumir como que cuanto más comercial es un observador peor observación realiza. La realidad no responde a marketing.

En cuanto a una buena observación es necesario poder ir más allá del propio observado. ¿Eso es harina o levadura? El observado puede responder harina pero hay todo tipo de harinas. ¿Es harina de trigo? ¿De avena? ¿De arroz? ¿Qué marca? ¿Cuantos gramos hacen falta? ¿Cuánto es un puñado?

Esa impertinencia de la pregunta constante es obligatoria en la buena observación. La impertinencia puede ser directa, preguntando y molestando, o indirecta, mirando y pasando desapercibido. Sea como sea es necesario. Ya que a mayor complejidad más necesario es el detalle.

La marca de la harina de trigo quizás no determina el resultado, ya que no es una receta compleja. La consecución exacta de notas de una canción sí que determina el resultado. Y si no se entrena la buena observación con tareas sencillas, será más difícil realizarla con tareas complejas provocando un mal resultado final.

Gijón, 2018
VicBlaz

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