Editorial: desmintiendo mitos sobre los extranjeros
El boom de los inmigrantes en Chile durante los últimos años ha traído consigo un montón de críticas, mitos y suposiciones sobre el comportamiento de los extranjeros en nuestros país.
Es por eso que como medio, hemos decidido abarcar toda la información posible sobre la inmigración en nuestro país, con datos duros, mostrando historias y la realidad de la xenofobia en Chile, y como siempre hablando sobre ambas caras de la moneda.
Pero ahora, es momento de desmentir o acertar algunos mitos tradicionales que se han instaurado en la sociedad chilena con respecto a los inmigrantes. Los cuales sirven para empezar la navegación en nuestra web.
Cantidad: ¡Son muchos!
La verdad, no son tantos. Según cifras del Censo del año 2012, sólo un 2,05 de la población chilena corresponde a inmigrantes. Algo así como 350 mil personas. Aunque, según el Anuario Estadístico Nacional Migración en Chile 2005–2014 la cifra es cercana a los 411 mil.
Para tener en consideración, la cifra de los países desarrollados está en torno a un 10% de residentes inmigrantes. Es más, según la fuente citada en el párrafo anterior, por cada dos extranjeros que ingresan al país, salen dos chilenos, lo que nos vuelve un país de inmigrantes.
¿Cual es el problema entonces? Para el sociólogo de la Universidad de Chile, Manuel Antonio Garretón, el problema que tiene la sociedad chilena es el explosivo aumento de extranjeros que ha existido durante esta década, esto ha traído consigo un montón de prejuicios sobre ellos: “El chileno no estaba acostumbrado a caminar y ver tanto haitiano, colombiano o peruano junto, sin duda, le trajo problema. Pero son prejuicios que en un futuro deberían cesar”.
¡El extranjero trae consigo delincuencia!
¡Falso! Bueno, un poco falso. Y es que según datos entregados por carabineros, los extranjeros realizan sólo el 1,2% de los delitos, a nivel a nacional. El año 2015 fueron detenidos 5.400 extranjeros por delitos de hurto, robo y drogas.
La cifra es muy baja, si bien, no se puede decir que no existe delincuencia por parte de los inmigrantes, no es un número elevado como para exagerar tanto la situación.
Le están quitando el trabajo a los chilenos
Falso, de hecho, los extranjeros vienen a ocupar puestos de trabajos en los que los chilenos ya no se quieren desempeñar. Según el Censo del año 2012, la población chilena está en pleno envejecimiento, esto ha provocado que varios trabajos queden a disposición del inmigrante.
Según Rodrigo González, técnico de Andesco (empresa constructora), la construcción está pagando mejor que nunca, y hay muchos puestos de trabajos vacantes aún, todo esto debido a que el chileno es flojo:
“Los maestros chilenos, van cambiando y no pueden estar más de dos meses en un trabajo, faltan sin avisar, exigen adelantos, no quieren hacer la pega, etc. Están en constante renovación, por lo que siempre existirá trabajo en esta área. Los extranjeros que están aquí llevan años en el trabajo, y nunca han tenido problemas”.
Aunque si bien, hay que recalcar que un extranjero cobra muchos menos que un chileno por laborar. Tal como indicó nuestra fuente, los compatriotas no están muy a gusto con este tipo de trabajos, y es por eso hay los extranjeros lo dejan todo por tener algún tipo de oportunidad en nuestro país
Los inmigrantes que llegan son de bajo nivel educacional
Último punto para desmentir, y qué mejor que con datos duros. El 30% de los extranjeros en Chile corresponde a peruanos. Según información de la OCDE sobre la inmigración peruana en Chile, El 77% tiene 10 o más años de estudios en diferentes áreas, una buena comparación, ya que sólo el 60% de la población chilena logra esa cifra.
Y bueno, sólo el 44% de los peruanos residentes en nuestro país tiene título universitario o técnico, cifra que a pesar de ser menos de la mitad, no está nada de mal, para lo que se espera.
Como conclusión hay formas y formas de referirse y afrontar el fenómeno de la inmigración, hemos demostrado ser un país lleno de prejuicios ante la llegada de extranjeros. Si bien existe la delincuencia, si bien existe un problema porque los inmigrantes bajan los sueldos, es momento de acostumbrarse y velar por la buena convivencia, más que crear cizaña, resentimiento y odio entre países. La inmigración vino para quedarse.
