TI: impacto organizacional y tendencias

Priscilla James
multiplicatalent

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Daniel Gil tiene más de 20 años de experiencia en banca, servicios financieros, telecomunicaciones, tecnología, electrónica y retail. Se ha desempeñado como consultor externo, ayudando a pymes a desarrollar modelos de negocio y crear sistemas de planificación y gestión. También ha creado varias startups en los sectores de servicios, tecnología y salud.

Actualmente es director de Operaciones, Servicios y Seguridad en Unicaja Banco. Se considera un “knowmad convencido”, y a través de la gestión, la planificación y la creación de equipos, desarrolla modelos de negocio y procesos para acercar a las organizaciones a sus objetivos estratégicos, maximizando ingresos y optimizando costos.

Conversó con nosotros sobre los nuevos retos en el área de IT para las empresas.

El nuevo papel de TI

Daniel comenzó por contar cómo ha sido la transición de su departamento: de ser un área de soporte a ser parte esencial de los procesos de transformación. “Yo creo que se ha convertido en un auténtico ecosistema, que tiene muchas ramas. Desde la parte digital, infraestructura, seguridad, o soporte con datos. Ramificaciones que hacen que sea un área ya no solo transversal, sino estratégica”.

Por lo tanto, considera que es necesario que el área de TI realice cambios y evolucione para desarrollarse en este nuevo entorno y pueda adaptarse al nuevo rol que ahora le toca jugar. “Se requiere un conocimiento mayor del negocio. Tiene que estar cada vez más integrado y tiene que ser cada vez más sensible hacia lo que es el propio negocio”.

Lo anterior, mencionó Daniel, obliga hoy a que TI sea un área proactiva, “que ponga encima de la mesa soluciones a lo que el mercado demanda y a la estrategia de la compañía. Y que, además, tiene que cuidar siempre la eficiencia, es decir, intentar toda esta evolución, y uno de los puntos importantes es que se pueda hacer más con menos”.

A la velocidad de la tecnología

Se trata, dijo, de un cambio total en la forma de entender, actuar y trabajar en IT, así como en la forma de acompañar a la propia estrategia de las organizaciones.

Y en ese proceso, el principal desafío que identifica Daniel tiene que ver con la incertidumbre: “Vivimos en un entorno que cambia continuamente y muy rápido. Eso, si hablamos desde el punto de vista de la tecnología, es un gran desafío. Tienes que adaptar, de una forma muy rápida, la tecnología a como va cambiando el mercado”.

De acuerdo con él, la aparición de tecnologías que van dejando obsoletas a otras que eran un estándar es un reto. Sin embargo, “también está lleno de oportunidades que aprovechar”.

El impacto de una nueva y más grande TI

Al reflexionar sobre la huella que este cambio de rol y la importancia del área están generando en las organizaciones, Daniel observa tres principales consecuencias:

  1. “Una es facilitar toda la transformación digital y esos canales no presenciales para hacer negocios — que han sido necesarios porque el cliente es el primero que los demanda, poder interactuar con las organizaciones de forma no presencial — ”.
  2. En un segundo nivel está la tarea de “dotar también a la parte de negocio de herramientas para poder competir en el mercado. Al final todos los productos tienen un soporte tecnológico muy importante detrás”.
  3. “Y el tercero, que resaltaría en toda esta apertura de no presencialidad o de canales digitales y esa apertura al mundo, porque también es interconexión con muchos ámbitos diferentes dentro de la organización, esa capa de garantizar la seguridad, que sabemos que ahora es una de las grandes preocupaciones en todos los sectores. En la medida que estás más abierto al mundo exterior, tienes más interconexiones con terceros, tus clientes interactúan contigo a través de canales digitales. Es un gran riesgo que se ha abierto y que tenemos la responsabilidad de garantizar y estar siempre al día para protegernos contra posibles amenazas”.

Logros significativos

Daniel ubica dentro de sus logros todo el soporte al desarrollo de capacidades digitales que permiten a una organización desarrollar esos canales no presenciales y hacerlo manteniendo la eficiencia de los costes.

“Es decir, hacer mucho más y tener más tecnología desplegada con sentido, que de verdad aporte valor al negocio, no tenerla porque sí, que es algo en lo que es fácil caer con la aparición de nuevas tecnologías. Tener toda esa potencia sin que los costes se incrementen o incluso más optimizados que en el pasado”, explicó.

Desde el punto de vista de operaciones, destacó la parte de automatización de procesos. “Ir sustituyendo estos procesos manuales, que sean realizados con mayor rapidez, con un menor coste, con mayor eficiencia, menor riesgo”.

Tendencias en TI

Mirando al futuro del área, para Daniel, no importa de qué sector productivo se trate, pues la tecnología está afectándolos a todos.

Sin embargo, agregó, “hay ámbitos de la tecnología que son los que están llevando un mayor peso porque, quizá, son los que mayor desarrollo están teniendo, de acuerdo a dónde estaba enfocada la tecnología hasta ahora, que es toda la parte de gestión de datos y trabajar con esos datos para conseguir valor y ponerlos a disposición de negocio. Toda la parte de trabajo predictivo para poder anticiparte a los acontecimientos que vienen en el futuro, toda la parte de automatización y seguridad, en todos los sectores al final aplica”.

“Pero hay un cambio relevante que, para mí, es universal: que la gente, fuera del ámbito de tecnología, va a tener que saber algo de tecnología. Es decir, no un conocimiento experto, pero va a tener que tener un conocimiento mínimo de tecnología por la implicación que tiene y la capilaridad que va consiguiendo en todos los sectores y todos los departamentos dentro de cualquier organización (…) Quien se quede fuera de ese carro y no tenga ese conocimiento mínimo sí corre peligro a nivel profesional en el futuro, y ese para mí sí es un cambio relevante de la tecnología fuera del ámbito de TI”, señaló.

Por otro lado, particularmente en la parte financiera y de banking, una de las tendencias que considera Daniel que tendrá un gran impacto en el futuro es la inteligencia artificial, “porque te permite llegar a unas capacidades muy diferentes. Igual que toda la parte de computación cuántica, nos va a abrir unos escenarios que al día de hoy, creo, ni siquiera los podemos ni imaginar. Es algo por descubrir, porque ahora estamos raspando la superficie, estamos viendo lo que se puede hacer, pero la aplicación al mundo real de esas tecnologías todavía está lejos”.

La capacidad de procesamiento que puede existir con esas tecnologías, prevé Daniel, nos puede abrir mundos desconocidos. “También, indudablemente, toda la parte de blockchain, por la desintermediación que produce, al final tienes un sistema que elimina intermediarios y que te garantiza fiabilidad en las transacciones y, al final, te cambia también el escenario”.

De cualquier modo, dijo, el desarrollo sucederá a través de la aplicación de esas tecnologías a casos reales.

El futuro de los perfiles en TI

En cuanto al talento humano, Daniel espera también algunos cambios:

“Por un lado, la programación tradicional que conocemos, la tendencia es debilitarse. Hay una irrupción importante con la llegada de lenguajes naturales, todo el tema de automatización que hablábamos antes, pues esos perfiles más orientados a código tradicional, creo que deben renovarse, porque la tendencia es decreciente en la demanda de ese tipo de perfiles”.

“Al final tienes cada vez lenguajes en los que cuesta menos programar a nivel de código y en los que coge mucho más peso una habilidad que es entender para qué se hacen las cosas, es decir, tener esa visión de negocio, la capacidad de construir soluciones innovadoras en vez de simplemente pasar a código algo que ya está predefinido. Esa aportación de valor es hacia donde se debería enfocar la orientación de los perfiles”.

Así que, en general, del mismo modo que observa que toda la gente en otros ámbitos va a tener que aprender algo de TI, “pues toda la gente de IT tiene que tener esa capacidad de entender el negocio, entender por qué se hacen las herramientas que se hacen, o por qué se utilizan, y tener esa capacidad de visión transversal para la aplicación final, es decir, esto qué sentido tiene, qué valor aporta y cómo puedo ofrecer soluciones que contribuyan a incrementar ese valor”.

Aclaró que eso no significa que las habilidades técnicas pierdan valor. “Las habilidades técnicas son indispensables y son necesarias, pero hay que añadirles algunas que, quizá, no estaban tan presentes en los ámbitos técnicos en el pasado. Esas soft skills que te permiten enfocar los problemas o te permiten llevar una negociación o tener una visión más amplia, más allá del puro tema técnico. Lo que hay es que incorporar nuevas habilidades, sin quitar las habilidades core”, concluyó.

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