La menstruación existe y el Estado no lo sabe

Valeria Lisciani
Democracia en Red

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Desde hace unos años nos preguntamos: ¿Cuánto sale menstruar? ¿Por qué los productos de gestión menstrual se catalogan como cosméticos? ¿Es realmente una suma significativa la que recauda el Estado por el cobro de IVA de estos productos? ¿Qué pasaría si se dejara de gravar este impuesto para este tipo de productos?

Entonces tuvimos una idea: vamos a preguntarle al Estado. Así fue que desde Causas Comunes, junto a Economía Femini(s)ta, realizamos un pedido de acceso a la información pública.

Sin embargo, luego de varios pedidos de prórroga de los plazos estipulados por ley, llegó la respuesta oficial. Para nuestra -no- sorpresa, nos encontramos con un Estado no sólo ausente, sino directamente ignorante de la problemática.

Ante nuestro: “Indique cuánto recaudó el Estado Nacional en concepto de IVA asociado al consumo de elementos de gestión menstrual (toallitas descartables o reutilizables, tampones, copas menstruales, esponjas marinas, ropa interior absorbente, entre otros)”, la respuesta emitida desde la AFIP, fue: “no contamos con esa información”.

Otras preguntas sin respuesta fueron: “¿Qué porcentaje de la población usa los diversos elementos existentes? ¿Hay datos de ausentismo escolar debido a la menstruación?” Más preocupante es que ante: “¿Cuánto saldría anualmente la provisión gratuita de elementos de gestión menstrual en los siguientes establecimientos: Educativos nacionales, centros de salud nacionales y establecimientos penitenciarios nacionales?” nos respondieran que “no es posible estimar el costo anual de la provisión gratuita de elementos de gestión menstrual en los establecimientos detallados”.

¿Acaso quiénes nos gobiernan no se enteran que aproximadamente 10 millones de personas menstrúan en nuestro país?

Lejos de apagar nuestras inquietudes, las respuestas, o la falta de ellas, nos trajeron nuevos interrogantes: ¿Por qué no es posible responder a las preguntas que hicimos? ¿Es que el Estado no tiene idea del costo de estos productos? ¿Es que el Estado desconoce el porcentaje de personas menstruantes que asisten o que pertenecen a estos establecimientos?

¿Dónde está el registro sobre cuántas personas menstruantes asisten a establecimientos educativos nacionales? ¿cuántas están en establecimientos penitenciarios? ¿cuántas no pueden adquirir los productos de gestión menstrual y deben recluirse en su hogar?

Por otra parte, sabiendo que la falta de productos de gestión menstrual es una causa de deserción escolar*, ¿cómo es que el Estado no tiene ningún registro al respecto? ¿Cómo es que las cifras con las que contamos actualmente tienen que ser proporcionadas por organizaciones de la sociedad civil como Economía Femini(s)ta, o incluso por empresas multinacionales?

La no respuesta también es una respuesta, y esto dice mucho sobre el poco interés y el desconocimiento que se tiene con respecto a esta temática.

Dentro del laberinto de preguntas sin respuestas que hicimos en el pedido de acceso, me quiero detener en el último ítem: “Indique si existen registros de casos atendidos por el complejo de hospitales dependientes del Estado Nacional por utilización inadecuada de elementos para la gestión menstrual. En caso de existir, provea la información correspondiente, de la forma más detallada posible.” Ante esto, y para aportar cierta variedad de NOs, decidieron adjuntar varios PDFs de hospitales con respuestas de dos tipos: no cuentan con información, o no registran casos.

Según cuentan algunas ginecólogas, las personas menstruantes consultan bastante seguido por infecciones pero suele ser difícil determinar la causa exacta de este problema, es decir, podría ser a causa del mal uso de un producto de gestión menstrual, pero no es posible determinarlo con seguridad. Es por eso que exigimos que la menstruación deje de ser un tabú y que se comience a comunicar de manera correcta la forma de utilizar estos productos, desde la educación primaria y secundaria, hasta las consultas con las y los profesionales de la salud.

Hasta que el Estado no se ocupe de este tema, entendiéndolo como una problemática que afecta a todas las personas menstruantes, no se podrán implementar políticas públicas adecuadas. Necesitamos que se genere más conocimiento en torno a esta problemática para se constituya una buena base de información, y así nuestrxs funcionaries y legisladores puedan estar mucho más capacitados para abordar este tema y encontrar soluciones adecuadas.

*Según un informe de Economia Femini(s)ta, se pierden entre el 10% y el 20% de los días de clase por falta de acceso a productos para la gestión menstrual.

Always también hizo un relevamiento sobre esta problemática y estimó que una de cada cinco chicas ha faltado al colegio por no poder comprar productos de gestión menstrual.

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