‘La Lógica del Escorpión’, la revisión de 52 años de carrera de Charly García
El 11 de septiembre, el artista argentino Charly García lanzó su álbum de estudio número 14, La Lógica del Escorpión.
El 11 de septiembre de 2024, fuera de conmemorar el aniversario 51 del bombardeo al Palacio de La Moneda para dar inicio a la dictadura militar en Chile, Charly García, quien llamó dinosaurios a los de la Junta Militar de Argentina en 1983, lanzó su décimo cuarto álbum de estudio en solitario: La Lógica del Escorpión. Después de siete años, uno de los mayores exponentes del rock argentino y latinoamericano publicó un proyecto que presenta una mirada hacia atrás a sus 52 años de carrera musical.
13 canciones, entre inéditas y reversiones, componen el nuevo proyecto de Charly García con melodías de diferentes extensiones: el más corto con 1:40 y el más largo con 4:08. Él, músico multiinstrumentista, grabó cada uno de los instrumentos que componen La Lógica del Escorpión, destacando más las guitarras que el mismo piano — el predilecto de García —. El proyecto duró cuatro años en gestar para presentar diferentes homenajes a referentes y a sí mismo, con ‘easter eggs’ para sus oyentes.
David Lebón, quien en su tiempo fue guitarrista en Serú Girán y pasó por Pescado Rabioso, colaboró con García en dos canciones. Por otro lado, Fito Páez, quien tocó los teclados en la etapa solista de Charly, cantó junto a él una de las melodías del álbum. Sin embargo, la mayor sorpresa es encontrar el sonido de las cuerdas vocales de Luis Alberto Spinetta, cuya resucitación musical es constante desde su muerte en 2012.
La lista de reproducción del Escorpión
La primera canción apela al lado más rebelde del músico del bigote bicolor, quien se pasó gran parte de su primera etapa musical infiltrando canciones contra la dictadura en el repertorio de Argentina, y da inicio a La Lógica del Escorpión. En Rómpela, Charly García, con 72 años, canta con una voz rasposa y ahogada, casi inentendible, que sostiene su afán por el caos.
El mismo músico que en 2004 cantó su famosa canción Seminaré, de su etapa con Serú Girán, bajo la lluvia a viva voz en el Quilmes Rock; 20 años después, apenas puede sostener una nota. Sin embargo, la esencia de Charly García, como de Demoliendo Hoteles, se transmite en 1:44 minutos.
Yo Ya Sé, Te Recuerdo Invierno y Autofemicidio recuerdan a un Charly García a finales de la década de 1990 e inicios de los 2000: el Charly que se perdió en sí mismo y Los Dinosaurios, uno de sus temas emblemas de su álbum Clic Modernos (1983), se volvía poco a poco una crónica de su desaparición hasta que resucitó en 2017 con su penúltimo disco Random, proyecto en la que su voz comenzó a mostrarse apagada.
La vejez y los resultados de una vida sumida en excesos, de lanzarse de un noveno piso y decaerse en un abismo que culminaba en Asesíname, parte del álbum Rock and Roll y Yo (2003), los cobró en los dos últimos proyectos de uno de los padres del rock latinoamericano. La Lógica del Escorpión, nombre dado de la fábula El sapo y el escorpión — tanto al disco como a la canción—, se expresa con mucho sentido: Charly García metaforiza musicalmente su vida de sombras, como el insecto que le picó y envenenó en los últimos 40 años de carrera.
Con David Lebón, Charly cruzó el río Mississippi y retornó al blues que evolucionó a rock con El Club de los 27, en honor al grupo que fue parte Robert Johnson, el blusero primigenio que vendió su alma a Satán para tocar la guitarra con el azul profundo de sus canciones y murió a los 27 años.
Además, Lebón colaboró en La Medicina N° 9 , que trae de vuelta un sonido que rememora a los discos Las Grasas de las Capitales (1979) y Peperina (1981) de Serú Girán, con un cierre que repite “Number Nine, number nine”, homenajeando a Revolution 9 del álbum blanco de The Beatles. Charly en todo el disco no deja de homenajearse a si mismo y a la banda de Liverpool.
Como si no fuese suficiente, García rinde tributo a uno de la dupla Lennon-McCartney. Charly incluye en La Lógica del Escorpión su versión de Watching the Wheels, canción publicada en un sencillo con el mismo nombre de forma póstuma al asesinato de John Lennon, el 8 de diciembre de 1980, con una melodía más distorsionada y sombría, a diferencia de la vibra utópica similar a Imagine que tiene la versión de Lennon.
La Lógica del Escorpión, un autohomenaje
El track que da el nombre al álbum, La Lógica del Escorpión, se hace con la base instrumental de Veinte Trajes Verdes, parte del álbum Peperina de Serú Girán. Desde esa canción se puede entender este proyecto sobre todo como un autohomenaje de Charly a sus 52 años de carrera musical.
Incluso, García hizo honor a sus inicios al reversionar Juan Represión, canción de Pequeñas Anécdotas sobre las Instituciones (1974) de Sui Generis, el tercer ábum de la primera banda que creó junto a Nito Mestre. En una tonada protesta donde, al típico del estilo de este grupo, la voz melódica predomina, las cuerdas vocales de Charly no llegan a los tonos de hace 50 años. La canción y el músico, de una forma alegórica, envejecieron de la misma manera.
En Estrellas al Caer, Charly solo viaja 30 años atrás y utiliza el ritmo de Chipi-Chipi de El Hijo de la Lágrima (1994), el séptimo álbum de su carrera de solista, y cuya versión del MTV Unplugged (1995) rompió la cabeza de sus fanáticos al incluir las frases de una Barbie que habla.
La Lógica del Escorpión demuestra que no es ni cerca uno de los mejores álbumes dentro de la carrera de Charly García. Es un popurrí de sonidos, de autosamples y autocopias, un acto muy de Charly: ¿A quién plagiar si él es el máximo representa del rock latino?
Sin embargo, y ahí el tema más destacable, el disco de un músico en su momento más desgastado, siendo pionero y de un genio descomunal, puede ser mejor producto que cualquier música creada en el ámbito latino en este momento. Muy similar a Bob Dylan: viejo, desgastado, pero un talento regio. Charly García, demostró que, al igual que un sismo, con sus peores productos puede paralizar toda la industria musical.