Asunción, Tiziano
La pintura fue realizada por Tiziano para el retablo de la Asunción, ubicado en el altar mayor de la Iglesia de Santa María Gloriosa dei Frari en Venecia. Fue colocada en el monumental edículo de mármol gótico en mayo de 1518 con una solemne ceremonia.
En la escena de la Asunción de la Virgen, el maestro cadorino realiza una composición sin precedentes en la pintura religiosa, desde el punto de vista iconográfico y estilístico. Dentro de la misma escena, combina dos momentos en el mismo espacio temporal con la subida de la María al paraíso donde es coronada como Reina del Cielo en la parte superior, frente a la agitación de los apóstoles en la inferior. Como línea divisoria crea una cortina de nubes con agitados ángeles.
Junto al uso inaudito y original del color, con vivos resplandores y contrastes de sombras, se aparta de las tradicionales referencias fúnebres a la muerte y el llanto, tan ligadas a la representación del entierro de la Virgen, más acorde con la producción de artistas como Bellini y Vivarini.
Como resultado, un retablo tizianesco donde afloran influencias de Miguel Ángel y Rafael, grandioso y de extraordinaria unidad, capaz de combinar las directrices teológicas relativas al dogma de la Inmaculada Concepción y la celebración de la sociedad veneciana, tras superar una crisis iniciada en 1598 con la Liga de Cambrai, y que concluye con el Tratado de Noyon en 1516, fecha del encargo del cuadro.
Su revolucionaria novedad compositiva pronto pasaría a ser un modelo de referencia desde artistas coetáneos a Tiziano, que ha perdurado hasta nuestros días.
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