Pinturas del Atrio Cuadrado del Palacio Ducal de Venecia, Tintoretto
En 1577 Tintoretto recibe el encargo de pintar cuatro cuadros de carácter mitológico por los proveedores de la sal, destinados a decorar las paredes del Atrio Cuadrado del Palacio Ducal de Venecia, estancia que hacía las funciones de una sala de espera para personalidades que aguardaban ser recibidas por senadores y miembros del colegio.
Las pinturas al óleo sobre lienzo que el artista veneciano realiza entre 1577 y 1578 son: “ La Paz, la Concordia y Minerva alejando a Marte”, “ Las tres Gracias y Mercurio”, “ Las bodas de Baco y Ariadna en presencia de Venus” y “ La fragua de Vulcano “.
En conjunto, el programa iconográfico está vinculado a la exaltación política que glorifica el concepto de la unión y la concordia de la Serenísima República Veneciana. También se les ha supuesto un significado cosmológico relacionado con las cuatro estaciones del año y los cuatro elementos, representados en el techo de la sala que las alberga.
Sabemos que las pinturas ya se encontraban concluidas en julio de 1579, cuando hay constancia de que los artistas Palma el Joven y Pablo Veronés valoran la calidad del conjunto para establecer la cuantía que Tintoretto debía percibir por ellas.
En “La Paz, la Concordia y Minerva alejando a Marte” aparecen representadas estas deidades de forma vigorosa y monumental sobre un paisaje abocetado, unidas entre sí por cada uno de sus gestos. Mientras las dos figuras alegóricas de la Paz y la Concordia festejan un acontecimiento, Minerva mantiene alejado a Marte, quien quiere alcanzarlas.
El significado iconológico que se ha dado a esta escena nos habla sobre cómo Minerva, la diosa de la sabiduría, aleja al dios de la guerra para no interferir en la paz y concordia del estado veneciano.
En una composición que recuerda a un friso griego, Tintoretto representa a las tres Gracias en posición paralela y en diagonal, unidas entre sí por sus gestos. La que se encuentra a la izquierda, apoya su mano sobre un dado, la central sostiene el mirto y la que está a la derecha, una rosa, símbolos consagrados al perpetuo amor. Se encuentran acompañadas de Mercurio, que simboliza la razón.
La escena está adornada con elementos de la naturaleza, como plantas y brotes de flores, por lo que su significado alegórico también podría estar relacionado con la estación de la primavera y el elemento del aire.
En esta pintura podemos ver a Ariadna encontrada en la playa por Baco en presencia de un ángel. Al igual que en el resto de las escenas de esta serie, Tintoretto interconecta las figuras de la escena con el encuentro de sus manos que se produce en el centro de la composición.
Desde el punto de vista iconográfico, el artista representa gracias a la mitología las nupcias simbólicas de Venecia con el Mar Adriático, que cada año se renovaban con múltiples festividades el día de la Ascensión por toda la ciudad. Así mismo, la corona de Pámpanos del Dios, hace referencia a la estación otoñal, y la playa al agua.
En La fragua de Vulcano, Tintoretto representa a cuatro figuras masculinas trabajando dentro de lo que parece una cueva desde cuya cavidad se iluminan los cuerpos semidesnudos de los protagonistas, enfatizando el carácter escultórico de su anatomía.
Por último, este cuarto cuadro de la serie para el Palacio Ducal representa el elemento fuego, complementando el programa iconográfico de la estancia.
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