¿Cómo fue creada Manteca?
Chano Pozo llevó su estilo marginal a los más exigentes teatros del mundo. Este negro guapo revolucionó el jazz y cambió la historia musical de Cuba y de Estados Unidos
«En 1947 Chano habló con Dizzy Gillespie y le dijo: “Tengo una idea para una melodía”. Chano era bastante ingenioso — cuenta Dizzy — . No sabía hablar inglés, tarareaba, canturreaba la línea de base, la melodía — la idea es lo importante — Ya tenía pensado lo que debía hacer el contrabajo, cómo iba a arrancar y a entrar después los saxos, tarareaba los cambios. Tenía un riff. Y también lo de los trombones, agitaba los dedos de la mano derecha y golpeaba el suelo con el pie para indicar la dinámica del sonido de las trompetas. Sabía perfectamente todas las figuras que quería», cuenta el periodista Rafael Lam.
Chano impuso su estilo propio, tenía en la cabeza la “clave cubana”, había que seguirlo, cambió algunos acentos en la tumbadora. Dizzy que era músico le aplicó la armonía y arreglaron el resto con un puente musical, estructurado por el talento de Walter Gilbert Fuller, apoyado por otro no menos talentoso que Chico O´Farrill, quienes adaptaron el nuevo patrón de Chano para hacerlo más sencillo, nítido y viable.
Manteca se grabó el 30 de diciembre de 1947, en la RCA Victor, pero es en 1948 cuando estalla su popularidad mundial y se convierte en un himno del jazz latino (cubano).
Chano llevó la música arrabalera, marginal, menospreciada al salón, a los más exigentes teatros como el Carnegie Hall, Town Hall. En el Apollo — reveló Al McKibbon — “creí que la platea alta se iba a caer con todo y bisagra… ¡porque Chano realmente estuvo espectacular!”. Igual podemos decir de los mejores escenarios de países europeos.
Con la conga amarrada al hombro, Chano tocaba, bailaba y entonaba melodías en lucumí — una lengua yoruba — y abakuá, de sociedades secretas, de solares de mala muerte. Los tambores y cantos de Chano en yoruba lucumí, se pueden escuchar en las grabaciones. Fue un excelente percusionista y compositor.
Sin Chano, la música en los Estados Unidos hubiera sido otra cosa. Cambió el mundo musical, adaptó sus tradiciones de siglos a la música más avanzada de su tiempo, Chano es un inmortal.
Chano Pozo, la leyenda negra
Ileana Rodríguez, realizadora de Chano Pozo, la leyenda negra, obra ganadora del premio Cubadisco 2007 en la categoría de documental, dijo al diario Juventud Rebelde.
«Es cierto que la historia de la muerte de Luciano Pozo González — Chano — tenía todos los ingredientes para que llegara hasta nuestros días, sin embargo, eso es lo que más ha trascendido, cuando por su aportes a la música cubana y universal se ganó un sitio de privilegio».
«No son pocos los mitos que se han tejido alrededor de este hombre que compuso muchas obras que, por cierto, no todas eran rumba. Cuando partió hacia Nueva York ya Chano había fundado el Conjunto Azul — en cuya nómina estaba su hermano Félix Chapotín — , septeto insignia de la RHC Cadena Azul y del Cabaret Nacional; había sido el primer bailarín del primer espectáculo de Tropicana; había compartido escenario con su amiga Rita Montaner… es decir, que ya era conocido, lo que quizá por ser negro y pertenecer al “ambiente” no lo tenía todo a su favor».
«Chano no fue solo el músico que logró la combinación perfecta con Dizzy Gillespie; el hombre que entró las tumbadoras definitivamente al mundo del jazz. Gracias a él, se revolucionó el bebop y apareció el cubop, que era lo que interpretaban él y Gillespie, cuyo testimonio explica que Manteca, su obra cumbre, salió mientras Chano le dictaba la música que llevaba por dentro. Y es que era autodidacta, mas como se había criado en el barrio de Cayo Hueso, había aprendido perfectamente bien los toques de tambores y la rumba en los solares de La Habana».
Fuentes: