Marcin Wichary Test
mwicharytest testing
7 min readOct 20, 2008

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Esta mañana me he levantado de mala hostia. Hale. Primero porque anoche no había quién me durmiera (en ningún sentido) y segundo porque tengo un montón de cosas que hacer y no hay manera de ponerse, oiga, qué perro que soy. Además, el otro día se conoce que para atormentarme yo a mí mim-mo, me compré un cargamento de ositos de gominola, de los alemanes, por supuesto (que dónde va a parar, están mucho mejor que los rojos esos que van en tiras) y aquí estoy zasca, zasca, zasca, osito va, osito viene, autocompadeciéndome, ay, ay, pobre de mí, ñaca-ñaca, ay, qué vida más miserable la mía, groumpf-groumpf,…

…y eso que en teoría no me van mucho los dulces, más aún después de haber probado unas gominolas de las que pican que están de muerte, pero que pican mucho, pero mucho mucho, que me hacen ver las estrellas y me se saltan los lagrimones y todo de lo ácidas que son. No son esas las largas, planas y estriadas que te dejan las muelas llenas de restos, sino unas que tienen forma de llave inglesa, y de paso, ya que estamos, que alguien me explique para qué coño hacen una gominola con forma de llave inglesa. Porque aún de vómito, vale, que ya se sabe cómo son las criaturas, ¡¿pero de llave inglesa?! Ya de paso podrían hacer unas de torno de dentista o de implante maxilofacial. Bueno, el caso es las llaves inglesas que probé son tan ácidas que parecen saladas. Por cierto, ¿habéis estado últimamente en un kiosco esperando a que atendieran a un niño pidón? Me pongo enfermo. Niño: Ponme una dentadura, dos ojos de fresa, una tibia, dos clavículas y el resto, todo en vomitonas de vampiro. Kiosquero: Dos cincuenta, nene. Y después de leer lo que llevo escrito, acabo de llegar a la conclusión de que o estoy viendo demasiadas series últimamente o me está subiendo el azúcar y ya no controlo. Entre eso y las novelas de Marian Keyes, que estoy volviéndome a tragar pa ver si me animo un poco, que voy arrastrándome por los rincones, estoy rompiendo las barreras de la metafísica a cada post. Lo sé.

Lo que yo venía aquí a contar es que mi amigo Da., el de los vídeos, es un pozo de sabiduría en lo que se refiere al meter. Así que como yo soy muy de confiar en los expertos, allá que me fui a su casa el sábado por la noche con la intención de que me asesorara sobre este y otros temas (mejor dicho, sobre otro tema: si la camisa por dentro o por fuera, quedamos en que por dentro, que me hacía el torso más mejor, más de tío bueno y atlético). Llegué a su casa a las doce de la noche, limpio y perfumado, para irnos por ahí de ligoteo, feromónicos perdidos, previo botellón, que estamos en una situación económica de lo más crítico, de hecho estamos tan tan tan mal que no tenemos pasta ni para quedarnos en casa, y no tiene nada que ver con si el pollo está caro o si los bancos de islandia están al borde de la quiebra. Bueno, que nos pusimos a hacer botellón en su casa, botellón de cerveza, whisky y ginebra, ahí es nada, a ver si nos podíamos ahorrar unos cuantos euros y, de paso, salir con el nivel de tolerancia al ridículo un poco más bajo de lo habitual.

El caso es que estaba también Ci., que no salió porque vio que el panorama que se presentaba era ténebre (de tétrico y fúnebre), supongo que pensaría que aquella iba a ser una noche de no hablar entre nosotros más que lo justo y necesario, tipo mira qué culo va para allá o cosas como coño, que no me he acordado de cambiar las sábanas, gilipollasqueestoy; mientras estábamos en aquellas de ya no queda cerveza y ese whisky que tienes es apestoso, pero trae pacá, so miserable, no te lo lleves, teníamos la tele puesta y estábamos viendo ese programa de Telecinco tan cultureta al tiempo que intelectual, La Noria, un programa nada sensacionalista, bueno, solo un apenas, en el que estaban hablando de los bebés medicamento, los niños estos que tiene la gente para poder ayudar a otro que ya tengan, así con los genes de uno apañan al otro, no sé si me explico. La cuestión es que allí estaban, entre otros, esa señora tan rara y tan rojilla, así pequeñita, que parece que lleve puesta siempre una careta de Ariel Sharon y que está en todos los saraos político-televisivos, el Sánchez Dragó, que me dejó flipado de lo tranquilo y serio que estaba, y el Padre Apeles, que supongo que tiene que ser un actor y se limita a representar el guión que le pasan en los programas, porque si no, me corto las venas. Pues imaginarsus la escena de estar achispaos, con el puntito, los tres viendo el debate ese como si fuera un partido de fúmbol, tan exaltados que empezábamos a estar, berreando y lanzando cosas al televisor.

Cuando terminó La Noria pasamos a La Sexta, pa ver el programa ese pornográfico ande sacan almejas y cirolios en pleno triqui-triqui con la excusa de ser un programa de vanguardia y tendencias, presuntamente divertido y medio gafapasta, claro que con la excusa te plantan las almejas y los cirolios en pleno triqui-triqui. Opino que podrían hacer el mismo programa y ahorrarse las ya mentadas imágenes, las de almejas y cirolios en pleno triqui-triqu y así no dejarían a la mitad de pajilleros de España sin abono a Canal Plus con el asunto ahí a medio terminar, porque claro, entre almeja y cirolio te plantan una entrevista a modo de anticlímax. Oye, ¿es verdad, ángel de amor, esa leyenda urbana del pajillero clásico viendo la porno de Canal Plus en codificao? Respuestas quiero. Bueno, que estaba yo hablando del programa de La Sexta. Digo yo que tendrían que multar al canal de Milikito (que hay que ver cómo cambian las tornas) por fomento de la manola interrupta, aunque en estos tiempos que corren de crisis, siendo que el puterío anda de capa caída (o de picha caída), la mejor forma de ahorrar, austeridad ante todo, es pasándose a la autosatisfacción del alma y el cuerpo serrano, porque entre las copas, las cenas, las entradas y los taxis, pegar un polvo te sale más caro que un alquiler y, pa eso, ya sabemos todos que mejor una hipoteca, ánde va a parar. Ya me gustaría a mí saber quién sería el mamón que se inventó el protocolo este del cortejo. Seguro que un gerifalte del FMI, para animar el consumo doméstico, el muy cabrón. Con lo fácil que sería un rápido, preciso y exacto oye, tú, amos a follá, ¿te ape?

El botellón del sábado acabó alcanzando el punto deseado: el pedo. Pero no un pedo así asqueroso, no, un pedo de los finos, así, lo justo para poder decir ahora salimos y que sea lo que el Santísimo Cristo del Dúrex Ultrafino quiera. Obviamente, tiene que ser un Cristo, que las Vírgenes son demasiado mojigatas para estos empeños. También tengo que decir que si habéis llegado hasta aquí para enteraros de cosas morbosas y calentorras, lo lleváis claro. Quien quiera enterarse de lo que allí aconteció (donde allí significa en plena guarida del lumpemproletariado), tendrá que ofrecerme algo a cambio, que me habéis salido interesadillos con eso de vender la contraseña, cabrones que sois, no voy a confiar en vosotros nunca más en la vida de Dios. Os adelantaré, eso sí, que tuve que confiar en los conocimientos de Da., que como he dicho está hecho todo un experto en cuestiones amatorio-follandiles, además de que es más honesto que yo y más partidario de un uso del lenguaje más directo y preciso, que siempre me echa en cara que soy demasiado fan de la función metalingüística, ahí, venga a dar rodeos. ¿Que no me echó una bronca en plena pista de baile porque dice que soy un inepto? Hay que joderse. Mira, porque es mi amigo, lo conozco muchísimos años y andábamos de buen rollo, que si no, le habría metido un guantazo que habría tenido que pasarse el resto de la noche buscando los piños por la pista de baile. A todo esto, me salió la noche por un ojo de la cara. Entre otras cosas porque no sé si sabéis que soy un manazas de cuidado y allá que fui a pedir una cerveza y le tiré a una tía la copa por encima, recién puesta (que por el precio no sé yo si se había pedido un bourbon de 17 años, la muy hija de puta), así que tuve que pagar mi cerveza y su copa, y a todo esto recibí solo un cigarro a modo de sé que eres un tío legal porque me has pagado y no te tengo rencor, fumémonos el Marlboro de la paz, qué malo me supo, que yo fumo Lucky Light (o clasic silver, que se dice ahora), entre eso y la mala hostia, por poco no le meto el cigarro por la nariz, pero encendido, ya podía habérmelo agradecido de otra forma.

En fin. Lo dicho, que si queréis más información tendréis que currároslo y ofrecerme algo a cambio, porque yo ya paso de daros contraseñas y mails ultra secretos mientras vosotros me chantajeáis con vender la clave al mejor postor y encima tengo que oírme que tengo yo la culpa de que hasta los trileros salgan corriendo. Hay que joderse.

Ello. Que Dios os bendiga a todos, oh, lectores desagradecidos.

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