Gordos: la película (no el blog)

Marcin Wichary Test
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4 min readMar 4, 2010

A mis guiris les pongo una o dos películas españolas al año por aquello de que siempre es bueno meterse en la cultura ibérica y tal (siempre que la película no sea muy ibérica, concepto que se les escapa a los extranjeros, por no hablar de la valencianía, que entonces ya, apaga y vámonos… bueno, en realidad es que la valencianía tiene de cultural lo que yo de matemático).

Al grupo de mañana, que son unos guiris estupendos y maravillosos, los voy a presentar al DELE SUPERIOR (lo pongo así, en mayúsculas, porque el examen lo merece), así que ya poseen el nivel necesario como para ponérsela sin vaselina… a lo bruto, e. d., sin preparación previa, explicación de los personajes y tal. Además, no les puedo poner La comunidad, flim para guiris donde las haya, lo diré hasta el final de mis días, porque ya la vieron el año pasado. Así que me puse a barajar opciones y me quedé con:

  • Princesas, de Fernando León de Aranoa,
  • Belle époque, de Trueba,
  • Mortadelo y Filemón, de Fesser, o
  • Gordos, de Daniel Sánchez Arévalo.

Cualquiera de estas películas es suficientemente buena como para dejar el pabellón bien alto. Alguno pensará que las hay mejores que estas (tampoco es plan de poner El pisito o Los tarantos) o que las habrá más adecuadas por lo de la cultura y la historia españolas y tal (se me ocurre Ay, Carmela). Seguramente. Pero también creo que meterse en nuestra cultura no significa que tengan que ver flimes (de flin, sinónimo de pinícula) de las que uno de cada cien españoles aprecia o ha visto. Es como si un profesor de inglés diera a leer a Joyce en vez de a M. Keyes (vale, un profesor de inglés en Irlanda).

A mí estas cosas me hacen tanta gracia como que a la muchachada de nuestros institutos públicos les den a leer a Galdós, a Martín Santos o al mismísimo Berceo. Que vale, serán todo lo relevantes, maravillosos y estupendísimos para la historia literaria española / hispánica, pero por favor, eso es infumable para un adolescente. ¿Que quieres aficionarte a leer? Pues toma cuarta y mitad de Berceo, kilo y medio de épica francesa del siglo XII y cuando hayas terminado con eso, entonces te paso algo así, más ligerito, ¿qué se yo?, un Código de Hammurabi, un algo de Góngora… ¡no!, ya lo tengo, un buen Quijote, y así te desempalagas un poco, ¿eh, majete?

Claro, y luego pretendemos que los jóvenes no se lancen a la droga y al reguetón. Lo que me extraña es que tengamos un índice de drogainómanos tan bajo en mi generación. La Generación BUP.

Yo no me aficioné a leer con Berceo. Me lo tuve que tragar a la tierna edad de 14 años y creo que todavía voy arrastrando el asunto. ¿Pero quién fue el zoquete que decidió que Los milagros de Nuestra Señora era una lectura apta para adolescentes? Será todo lo filólogo que tú quieras, pero, desde luego, y a mi entender, de pedagogía entendía lo mismo que yo de física cuántica. Hm… igual de física cuántica sé yo más.

Los Tres Investigadores

Yo le cogí el gustillo a leer con otras cosas: con Sandokan, con La Historia Interminable, con uno de un fantasma que leí cuando tendría unos nueve años, que me encantó, pero cuyo título no recuerdo (y su autor menos todavía), con María Gripe, con los Tres Investigadores y con Mortadelo y Filemón. Sí, con Mortadelo y Filemón. Y con los tebeos de Don Miki, de los que todavía conservo un buen montón. Y con Jaimito, el de la Editorial Valenciana, (algún día igual explico por qué, los que me conocéis ya sabéis la historia) o a Pumby. El primer libro (verdaderamente mío) que recuerdo ahora mismo creo que me lo trajeron los Reyes y simulaba una casa embrujada, abrías las páginas y te salía una raña, tirabas de una cinta de cartón y salía un esqueleto del armario y cosas así. Para los suspicaces diré que yo era más bien jovencito. Vamos, recién destetado. Y que leí a Salgari después.

Pues con esto, lo mismo. Películas de fácil ver, (relativamente) recientes y de las que pueden discutir con casi cualquiera. Y si luego se aficionan a ver cine español, miel sobre hojuelas, oye. Ya tendrán tiempo de ver Viridiana.

Al final les voy a poner Gordos. Por aclamación. Suya. Annuntium vobis gaudium magnum: Habemus Pelliculam! Y tal.

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