Zørråshus vin kjørrælse (Puticlub de ocasión)

Marcin Wichary Test
mwicharytest testing
6 min readJun 10, 2010

Hoy me he vuelto a desvelar. Puto HINSOMNEO. Para intentar dormir he entrado en una página de inmobiliarias, me he puesto a mirar casas en Dinamarca, por enésima vez, y ya no ha habido dios que pudiera hacerme dormir. Soy gilipollas. [NB: Empecé a escribir esto anteayer, aunque esta noche, por fin, he podido dormir como un bebé.]

Estoy intensamente cabreado. Es que no puedo entender que en una ciudad mediana de Dinamarca, el precio del metro cuadrado de las viviendas esté a la mitad que en la periferia de Valencia; vale, en Dinamarca el concepto «mediano» no es el mismo que aquí, para ellos significa 20.000 habitantes. Para mí, 20.000 personas es un villorrio abandonado y miserable y para eso prefiero irme a Mongolia, que por lo menos saldré en el National Geographic y en Españoles por el Mundo por el mismo precio o menos.

Conozco algo Dinamarca y es un país… es un país…, Dinamarca es un país, aunque en realidad, Dinamarca es Copenhague y una vasta extensión de absolutamente nada en forma de pradera ofensivamente verde hasta donde te alcanza la vista y con una probabilidad entre cinco de que si te encuentras con una piara de cerdos rabiosos no te encuentre ni tu santa madre y acabes desollado y convertido en choricitos. Es que no te encuentra nadie. A excepción, claro está, de las vacas. Porque estadísticamente, uno de cada tres daneses es una vaca. Y eso es una verdad científica. Los dos tercios restantes son humanos y arenques, como todo el mundo sabe.

A mí no me importaría un pelo vivir en ese villorrio de mierda . Así, a bote pronto lo digo (desde el cariño y la gratitud hacia el pueblo danés). Las fotos de los pisos son impresionantes y las de las granjas a 70.000 euros, también. Eso sí, me perturba un poco que las fotos de las casas en el centro centrísimo (pero centro centro) muestren unas calles anchas y solitarias, donde no se ve ni una rata, porque yo soy más de asfalto que un chicle chafado. Pero es que las que están en las «afueras» (porque sí, las ciudades danesas también disponen de afueras, aunque los adentros parezcan la Desolación de Smaug) tienen unos terrenos de esos que aquí darían para construir un centro comercial, un campo de golf (¡Gollum!) y dos urbanizaciones de lujo. Hay que reconocer, eso sí, que son terrenos óptimos para las abducciones. Porque los marcianos, que son muy listos, tienen la costumbre de abducir a la gente (o abduccionizar a lo que son las personas en sí mismas) en medio del campo, no en Times Square. Pillines.

Y otra cosa.

Si estás así que tienes ganas de alejarte un poco del estrés y tal, es el lugar perfecto: en la Dinamarca rural encuentras la paz. Pronúnciese con voz grave, con las palmas extendidas y las manos separadas a la altura de los ojos: LA PAAAZ. LA PAAAZ. Vamos, que como andes un poco flojo de la cosa del ánimo se te comen los gusanos. Y lo mejor es que hay tanta tranquilidad, tanto silencio y tanta PAAAZ que puedes oír hasta a una hormiga con carraspera.

De todo esto he sacado conclusiones importantísimas:

  1. En Dinamarca hay unas casas chulísimas.
  2. En Dinamarca hay unas casas baratísimas.
  3. Todo lo anterior excluye Copenhague, es decir, la parte civilizada del país, donde para comprarte un piso tienes que hipotecarte hasta los ovarios.
  4. En Dinamarca hablan raro y yo no entiendo ni un pijo.

Porque claro, mirar pisos en danés en la página de las inmobiliarias españolas es bastante difícil, como es lógico. Páginas en inglés: inexistentes. Páginas en alemán: escasísimas. Así que no tuve más remedio que mirar en las inmobiliarias danesas. Como era de esperar, todo en danés (obvio, lo raro hubiera sido que estuvieran en beréber). «Bah, Frikitiva, esto lo tienes superao, que el danés debe de ser como con el holandés, un alemán mal hablado…», gran error. GRÅN ERRØR. «¿¡PÆRØ ÆSTØ KÆ ÆS?! Høstiå, Frikkitivå, kæ nø æntiændæs unn phijø.»

Para buscar en webs de inmobiliarias danesas hay que conocer el secreto arcano del BOLIG. No sé qué coño significará BOLIG, pero todas las inmobiliarias tienen un BOLIG: Dan Bolig, NyBolig… Tras cienes y cienes de pisos sigo sin tener ni puta idea de qué coño significa BOLIG. Atribuyámosle el sentido de «casa y similares». Método científico ante todo.

Bueno. Después me aparecen en los buscadores las siguientes opciones, a elegir:

  • VILLA: Esto está claro, en alemán es igual, «casita más o menos maja con jardincillo.»
  • RÆKKEHUS: Sigo de suerte, «hus» será «Haus» y «række», «Reihe», ergo «rækkehus» será «Reihenhaus», o sea el «chalé adhesivo» de toda la vida.
  • EJERLEJLIGHED: Va de coña. Intenta pronunciarlo. A mí me da la risa.
  • VILLALEJLIGHED: Se me abrió la luz. Si «villalejlighed» es «casita que se parece a una VILLA pero dividida en pisos», «ejerlejlighed» es «un algo que se parece a una EJER pero dividida en pisos», de lo que deduje a) que «lejlighed» es en inglés «like» (sí, hay alguna regla por ahí que dice que una velar puede convertirse en una palatal por el artículo veintitrés, no me lo invento, es una ley fonológica de muchas lenguas indoeuropeas) y b) que sigo sin tener ni puta idea de qué es un EJER, ergo estoy como al principio.
  • ANDELSBOLIG: Nos encontramos con el BOLIG, que debe de tratarse de algo tipo «propiedad inmobiliaria» o asín como he dicho antes y ANDELS me pensuve yo que sería como en alemán «Handel», o sea, «comercio, comercial» y similares, de lo que se deduce que ANDELSBOLIG es un local comercial, lo cual no deja de ser problemático porque para qué quieres tú un local comercial en pleno centro, un ático en la sexta planta sin ascensor, a no ser que quieras montarte un puticlub, que no es el caso.
  • BOLIGPROJEKTER: Promociones inmobiliarias en proyecto, sin duda alguna.
  • FRITIDSHUS: En alemán «Freizeit(s)haus», vamos, casita de fin de semana. Clarísimo: «fri» debe de ser «frei» (castellano «libre») y «tid», como en holandés «tijd», o sea «Zeit», «tiempo».
  • Luego vienen los terrenos y tal que no me interesan.

Así que para aclarar las dudas tuve que enviar un correo a una conocida que sabe danés. Y sabe danés porque es danesa. Tres picosegundos después de darle al botón de enviar, llama la danesa. Para preservar su intimidad la llamaremos «danesa», no Viktoria Friderikke Grundofjøtenn, no sea que localicéis su casa en Brøggenborg (chulísima, por cierto, está en el número 35 de la Høndelsvey) y vayáis a partirle las piernas.

  • FRIKITIVA: ¿Qué es un EJERJELEJED?
  • DANESA: ¿Lø qué?
  • FRIKITIVA: Sí, mujer, un EJERJELEJEDJEHUS.
  • DANESA: Mirå, nø te entiendø.
  • FRIKITIVA: Chica, qué especialita que eres, joder un EJERJELEJEDJEFRIJEJEDREJEDHUS, caramba, que pareces tonta.
  • DANESA: ¡Åh, våle!, quieres decir un EJERJELEJEDJEFRIJEJEDREJEDHUS.
  • FRIKITIVA: ¿¡Y qué coño te estoy diciendo!?
  • DANESA: No te pongas así, que has pronunciado fatal la velar raspada sonora trinante y no te entendía.
  • FRIKITIVA: ¡Zorra!, ¿eso lo entiendes?
  • DANESA: ¿Qué?
  • FRIKITIVA: ¡Zørrå!
  • DANESA: Å lå mierdørrelsehedjederedse your møder føkkaburrå vin huset kjørd kømmeme er køñø.
  • FRIKITIVA: Gracias.
  • DANESA: De nada.
  • FRIKITIVA: Bueno, ¿qué significa esa palabra? ¿Se puede comprar?
  • DANESA: Bueno, pues un ejerjelejedjefrijejedrejedhus es un piso en un terreno expropiado cuyas medidas no deben exceder BLA BLA BLA BLA BLA BLA…

Diecinueve minutos de BLA BLA BLA después.

  • DANESA: … de la ratio del IVA subsumido en los terrenos de atribución mercantil de los ayuntamientos y las zonas urbanas, obviamente. Así, en resumen eso es todo.
  • FRIKITIVA: …
  • DANESA: ¿Sigues ahí?
  • FRIKITIVA: Sí, sí, uy, mil gracias, me has sido de muchísima utilidad. Hale, JONBRJØTENN esté contigo.
  • DANESA: Y con tu espíritu.

Esta conversación absurda me sirvió para concluir que jamás de los jamases hay que mirar en las weses ni EJERJELEJEDJEFRJEJEDREJEDHUS ni ANDELSBOLIG, no sea que me embarguen y termine con el iva subsumido por montera y deportado a Groenlandia. Y encima con el puticlub expropiado.

Que JONBRJØTENN os VENDIJA.

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