Libertad vs autoridad

Reinaldo G. Pinto
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3 min readAug 29, 2014

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Los esfuerzos para limitar el poder

Desde los inicios de la civilización occidental, la lucha por la Libertad ha sido el rasgo más dominante en la pugna entre algunos individuos y sus gobernantes. Con excepción en algunas ciudades democráticas de Grecia, los gobernantes aparecían en un plano antagónico al pueblo debido a la naturaleza de su autoridad, emanada de la conquista o sucesión. El poder de estas clases se consideraba necesario para usar contra sus enemigos externos en defensa de los miembros más débiles de la comunidad, pero tal poder se entendía igualmente peligroso contra sus súbditos.

Así se empezó a entender por libertad y su defensa, la acción de poner límites al poder de los gobernantes.

Primero se lucho por el reconocimiento de libertades políticas, con el tiempo se exigió que el consentimiento de veladores de los intereses del pueblo fuese condición necesaria para la actuación de los gobernantes. En Europa las clases gobernantes adoptaron por presión al primer modo de restricción pero no fue tan fácil que adoptaran el segundo. Por lo que su búsqueda se convirtió en el objetivo de quienes perseguían la Libertad. Entonces la humanidad se conformó con sentirse más o menos garantizada contra la tiranía de su dueño.

Aunque debió transcurrir algún tiempo, la Libertad — inherente a las necesidades esenciales de los individuos — una vez satisfecha es cuestión de tiempo para necesitarle más. La humanidad dejó de considerar natural que sus gobernantes tuviesen intereses opuestos a los suyos.

Se llegó entonces a que los gobernantes fuesen electos y revocables a voluntad del pueblo para que no se volviera a actuar en perjuicio de sus gobernados. Se desestimaron entonces los esfuerzos para limitar el poder. ¿Por qué proteger a las naciones en contra de su propia voluntad? Lo que se necesitaba era que los intereses de los gobernantes se identificasen con el pueblo. Esto nos trae a aplicar lamentablemente en nuestros tiempos, aquella reflexión que hacía en 1859 Stuart Mill en su ensayo sobre la Libertad:

El éxito pone de relieve defectos y debilidades que el fracaso hubiera ocultado… El pueblo que ejerce el poder no es siempre el mismo pueblo sobre el que se ejerce, y el gobierno de sí mismo, del que se habla, no es el gobierno de cada uno por sí mismo, sino de cada uno por los demás. La voluntad del pueblo quiere decir, en realidad, la voluntad de la parte más numerosa y activa del pueblo, de la mayoría, o de aquellos que consiguieron hacerse con tal mayoría. De esta forma el pueblo puede desear oprimir a una parte de sí mismo, y contra él son tan útiles las precauciones como contra cualquier otro abuso de poder.”

La lucha por la Libertad ante la autoridad y los esfuerzos para limitar el poder, han de ser permanentes mientras que las sociedades requieran de una autoridad para coexistir. Un menor grado de autoridad favorecerá siempre la Libertad y realización de los individuos [tweet this].

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