Una Comarca en el centro de América
Es en medio de toda esta pandemia que no he dejado de pensar en el día en que vuelva a poner un pie en nuestra Comarca. Justo como aquella fría mañana junto a algunos familiares, en que el objetivo primordial era vivir el día como un auténtico hobbit, celebrando la naturaleza, rodeados del ambiente festivo y pacífico que caracteriza a Hobbiton, y con “Concerning Hobbits” como soundtrack por supuesto.
Momento… ¿nuestra Comarca, has dicho? Sí, nuestra. Bueno, mía, mía, directamente no (aunque qué diera porque fuese así), pero sí de un emprendedor en nuestro país que se tomó la afanosa y meticulosa tarea de construirse una propia para compartirla con el mundo.
Hace mucho que quería contarles un poco de este pequeño y en-constante-construcción edén, resguardado a miles de kilómetros de Nueva Zelanda, pero decidí hacerlo especialmente hoy por ser el Día del Hobbit. Si son fans del maestro Tolkien y El Señor de los Anillos, definitivamente deben anotar este destino como imperdible en su lista de cosas tolkiendil por hacer.
En la aldea El Hato a 2,500 msnm y a sólo veinte minutos del centro de Antigua Guatemala — poco más de una hora de Ciudad de Guatemala — , se encuentra este encantador y mágico Hobbiton guatemalteco: Hobbitenango. Nombre compuesto por el término “hobbit” y por el sufijo “tenango”— como los nombres de algunos pueblos en nuestro país — que en náhuatl significa “lugar de” , significando así “lugar de hobbits”.
Hobbitenango es un pequeño pueblo ecológico y autosostenible al que se puede llegar en cualquier tipo de automóvil, en Uber o en el servicio de transporte propio del lugar. También se puede jugar a ser el mismo Bilbo Bolsón un rato y subir las últimas centenas de metros del cerro con la ayuda de un bastón de palo que encuentres por ahí. ¿El premio a tan agotadora misión? Apreciar la magnífica vista en donde los paisajes volcánicos de este país son los protagonistas.
¿Del clima qué les puedo decir? Pues que es el mejor de todos. Dependiendo de la época del año, puede ser desde templado y delicioso donde se está bajo un sol que no quema, adentrarse en los senderos del bosque nuboso sin necesitar más que unos buenos zapatos y un suéter ligero, hasta un frío soportable al calor de las fogatas de las áreas destinadas para acampar.
Aparte de los acogedores agujeros hobbits en los que se pueden hospedar, este lugar cuenta con un mirador, una taberna donde se ofrece cerveza artesanal y cocteles con licores nacionales, el restaurante recién remodelado este año, el Green Dragon Inn of The Shire, con un menú que se reinventa en cada temporada. También están las distintas áreas de juegos, torneos y actividades al aire libre como tiro con arco, lanzamiento de hachas, montar a caballo, avistamiento de aves y lluvias de estrellas, así como un vivero. Ya sea de día o de noche, el lugar promete aventuras que son toda una experiencia que vale la pena vivir antes de que Gandalf nos haga una visita infortunada...
¿Lo mejor? Las distintas casitas hobbits (como les llaman aquí) están acondicionadas y decoradas como un auténtico agujero hobbit con aires rústicos locales y en donde cada detalle se ha cuidado para crear el ambiente lo más parecido posible a como se describe en los mismos libros. La emoción es tanta que de verdad te llegas a sentir dentro de la Tierra Media.
Pero pasemos a la parte importante, una de mis cosas favoritas: la comida. ¡Un deleite para todo hobbit comelón! Todo cultivado y preparado en la localidad, donde los platillos inspirados en la literatura tolkiendil están fusionados con gastronomía de diferentes partes del mundo y el toque regional guatemalteco. Si se planifica la visita para un fin de semana o feriado hay un buffet all u can eat dispuesto para los hobbits que se respetan y desayunan tres veces.
No puedo dejar de mencionar la carta del Menú de la Comarca, que al tomarla te traslada inmediatamente a una mesa del mismo Póney Pisador. Platillos como La Cola de Dragón, Canasta de Oro, El Troll o Flan de la Comarca abren el apetito para degustar una experiencia culinaria tan completa que el mismo Tolkien aprobaría con una señal de su pipa.
Podría hablarles todo el día sobre este fantástico lugar del que es fácil enamorarse a primera vista, pero es mejor vivirlo uno mismo. Así que espero que leer un poco sobre nuestro Hobbitenango les haya llenado de suficientes esperanzas e ilusión sobre una vida con virus controlado, y que tan pronto como se pueda, se convierta éste su próximo destino turístico.
Les estaremos esperando para emprender esta aventura juntos, pequeños hobbitses…
