Es un momento histórico interesante para estar en México

Manuel Morato
México 2.0
Published in
8 min readApr 11, 2016
No tenía esperanza en mi país. ( -______- )

Yo alguna vez fui un mexicano que no tenía nada de fe ni esperanza en su país. Pensaba que en México se producían solamente cosas y cultura de segunda categoría; que todo lo bonito y de calidad estaba en Estados Unidos y Europa. Pensaba que para tener éxito en la vida, tenía que irme a vivir fuera, al primer mundo, donde mi talento sí sería valorado y donde sí tendría una plataforma para crear cosas de la más alta calidad.

Realmente así pensaba y por eso, a la primera oportunidad que tuve, me fui a vivir a Estados Unidos y empecé a desarrollarme profesionalmente por allá. Por hacer esto, recibí elogios y aplausos de mis amigos mexicanos de Facebook, quienes pensaron que yo ya estaba en camino al éxito, solamente por haberme ido de México y por haberme establecido en un país desarrollado.

Es irónico, quizá hasta gracioso, pero la lección más grande que aprendí viviendo fuera de México fue justamente lo chingón, especial y único que es México.

Además, estando fuera, pensaba muy seguido en cómo regresar a México a empujar culturas y maneras de pensar que podrían ayudarnos a empezar a construir las soluciones a nuestros grandes problemas como nación y sociedades mexicanas. Me planteé preguntas como:

¿Cómo hacer para que en México surjan más proyectos y empresas que compitan dignamente a nivel internacional? ¿Cómo lograr que la sociedad mexicana se abra más, comparta más y colabore más? ¿Cómo promover en México culturas abiertas que abracen nuevos paradigmas de aprovechar la tecnología para resolver viejos problemas? ¿Cómo lograr que la realidad de México corresponda a su potencial tan grande de talento, hambre, ganas y creatividad humana?

Todo esto me preguntaba estando fuera de México, pero al mismo tiempo que lo pensaba, muy en fondo también lo creía lejano; quizá hasta casi imposible.

La Ciudad de México me mostró una nueva realidad mexicana

La CDMX.

Fue entonces cuando regresé a México en el amanecer del año 2013 y me establecí por primera vez en la Ciudad de México como su residente por tiempo indefinido. De botepronto, la Capital Mexicana me rompió rápidamente algunas creencias que yo tenía sobre México:

  • Me mostró una metrópoli diversa en la cual existe amplia variedad de perfiles y culturas, así como de maneras de pensar y de concebir el mundo. Es una ciudad cosmopolita y vibrante, y en ese sentido comparable con los Londres y Nueva Yorks del mundo. Yo pensaba que eso no existía en México (nota: yo soy de Hermosillo, Sonora).
  • Conocí en ella a una sociedad chilanga o capitalina (como prefieras llamarle), que si bien conoce las complicaciones de vivir en esta megalópolis (su tráfico, su olor, su cacósfera, su densidad, etc.), también es perceptible a simple vista el amor que le tienen a su Ciudad, un amor honesto que nace de su fascinación y admiración por la misma.
  • Conocí también en ella a una clase creativa de gente joven y gente no-tan-joven que está buscando cambiar el status quo y que se está encargando de construir un nuevo orden de cómo funcionan las cosas en la ciudad y en el país. Son artistas, emprendedores, intelectuales y gente de otras profesiones que han identificado aquí una oportunidad para iniciar proyectos de trascendencia (cada quién desde su propia trinchera), ya que marcarán un antes y un después en la realidad mexicana. Yo pensaba que eso tampoco existía en México.

Esto no sólo está pasando en la CDMX

Esto está pasando en otros rincones del país, también.

Todo esto fue lo yo aprendí al vivir la experiencia de estar en la Capital Mexicana. No obstante, he podido percibir que este dinamismo mexicano se está sintiendo también en otras ciudades fuera de la CDMX. Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Puebla y Mérida son tan sólo algunas de las otras ciudades que se están conectando con su identidad local y la están también aprovechando para crear proyectos de la más alta calidad en su particular contexto mexicano.

Algo está pasando en México. Todo este movimiento de cosas pasando en México en las artes (música [bandas como Little Jesus o Nortec Collective a quienes escucho mientras escribo estas palabras], cine [Iñárritu y Lubezki acumulando Óscares], literatura [esto ya lleva más rato pasando], artes plásticas, etc.), en la gastronomía (cerveza artesanal [ejemplos Calavera o Minerva], vinos mexicanos [especialmente los del Valle de Guadalupe], alta cocina mexicana [la propuesta en la CDMX le vuela la cabeza a cualquier paladar exigente], etc.), en los negocios (nuevas tecnologías [nuevas empresas como Conekta o 3DRobotics atendiendo necesidades locales/regionales], multinacionales llegando al país [Google, Twitter, Facebook, etc.], nuevas marcas compitiendo a nivel internacional, etc.), en los deportes (la cultura corredora urbana, el trail running, etc.) y otros aspectos culturales mexicanos actuales, me lleva a estar cada vez más seguro que México se está convirtiendo en un lugar en el que vale mucho la pena estar en este tiempo por todas las nuevas oportunidades que en su interior están surgiendo.

Al mismo tiempo, percibo cómo extranjeros se mudan a México, se enamoran de él y florecen y progresan en su contexto actual. Percibo cómo se habla de México en Estados Unidos: un lugar fascinante que vale la pena visitar, un lugar donde vale la pena conocer gente, un lugar donde vale la pena explorar nuevos proyectos y negocios. Así es, amigos míos gringos diciendo eso en redes sociales. Percibo también cómo es visto México en el resto de América Latina: como un líder regional, como una tierra de oportunidad y como un país lleno de casos excepcionales de gente que vale la pena imitar.

Algo está pasando en México que lo está convirtiendo en un lugar sumamente interesante para estar en este tiempo.

Un México lleno de retos monumentales

Retos del tamaño de montañas por conquistar.

Sería irresponsable de mi parte escribir y compartir este texto sin antes mencionar que estoy consciente de que, así como existe este lado luminoso y optimista de las cosas en México, también hay una contraparte difícil, indignante y llena de problemas sociales y estructurales. Cierto, en nuestro país continúa habiendo más de 60 millones de pobres, una trágica desigualdad económica, una realidad educativa de lo más decepcionante, una cultura machista nefasta de abuso y acoso a la mujer, y una cultura corrupta de poco esfuerzo y de alarmante impunidad que aún reina en una buena parte de nuestra sociedad, por mencionar solamente algunos de nuestros numerosos, graves y abominables problemas.

Justamente ayer platicaba con una amiga chilanga, y platicábamos sobre un punto importante. Cuando existe una lista tan grande de problemas que aquejan a esta ciudad y a este país, lo que hace la diferencia en la percepción de esa lista radica en el contexto que rodea a los mismos. Una cosa es cuando existen esos problemas, pero no hay esperanza de mejora a su alrededor y entonces reina un aire de resignación. Pero otra muy diferente es cuando tenemos esos problemas, pero contamos cada vez más con las armas y herramientas para poder resolverlos, con toda la trascendencia y satisfacción que eso encierra. Entonces esa lista de problemas de pronto se vuelve una lista de posibilidades y oportunidades.

Creo que esa es justamente la diferencia entre el México de ahorita y el México de hace 10–15 años. Inicié este post describiéndoles cómo yo no tenía nada de esperanza en México. Me sentía resignado a que siempre seríamos un país de segunda categoría, jodido y corrupto. Pero hoy me siento diferente. Hoy, por todo ese movimiento y dinamismo mexicano que les describí antes, me siento lleno de esperanza. Creo que se avecinan momentos históricos para México, momentos históricos en los cuales nuestra generación va a empujar cambios importantes y positivos que nos harán crecer a todos como país y como sociedad.

En el México de hoy hay ya células de gente creativa que está haciendo lo que le toca para construir proyectos que son dignos de sus ambiciones personales y profesionales. Y lo mejor de todo es que están decidiendo hacerlo en el contexto mexicano. Todo lo que hagan, por consecuencia, acabará salpicando a otros mexicanos, no solamente de dinero y oportunidades, sino también de una creencia y entendimiento de que en México sí se pueden crear cosas de calidad y sí se puede tener éxito de la manera en la que se puede tener éxito en Estados Unidos y Europa.

Creo firmemente, y lo he compartido con gente cercana antes, que en este momento de la historia de México, para quienes queremos construir nuevas cosas y nuevas soluciones a fascinantes problemas, es realmente interesante vivir en el contexto actual de este país.

Hay problemas realmente importantes por resolver y al mismo tiempo están cada vez más a nuestra disposición las herramientas para poder hacerlo. Obviamente esta tarea no va a ser NADA fácil, pero en ese reto está la posibilidad de un camino personal y profesional lleno de crecimiento, satisfacción y muchas recompensas de vida.

Los gringos y los europeos tendrán sus sociedades de primer mundo donde gran parte de su gente vive bien y puede comprar cosas, pero en México tenemos un territorio virgen lleno de posibilidades por construir nuevas cosas que beneficien a nuestra sociedad y a nuestra gente, a las y los otros mexicanos.

Y justamente para eso nace México 2.0

Nos esperan nuevos amaneceres. :)

Por todo lo descrito arriba, nace esta colección de ideas y pensamientos sobre el nuevo México que ya estamos, sin darnos cuenta, construyendo. Por eso esta publicación se llama México 2.0, porque estamos a punto de sacar a producción una nueva versión de nuestro país y de la cultura que reina en el mismo. Es una nueva cultura donde las cosas sí se pueden hacer y lograr en el contexto mexicano y donde sí existen oportunidades de una gran trascendencia personal y de éxito y realización profesional.

En esta colección estaré publicando artículos que tienen que ver con este país que sí merecemos como mexicanos y del cual sí nos sentimos genuinamente orgullosos. Lo estamos construyendo. Nos va a tomar varias décadas más, pero lo más decisivo y lo que marca la diferencia más importante de todo esto, es que ahora trabajamos sabiendo que sí es posible lograrlo y que nuestro esfuerzo sí puede traducirse a resultados reales y tangibles que podremos disfrutar en unos años a nuestro alrededor.

Creo que la constante será que cada vez veremos a más mexicanos y mexicanas brillando por su talento a nivel internacional y lo lograrán desde tierras mexicanas, sin tener que irse a vivir al extranjero para lograrlo. :)

Si te interesa colaborar con esta colección, escríbeme un correo a m@devf.mx y platicamos sobre cómo puedes participar en contribuir al México 2.0.

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