Cocinámela a fuego lento

Marcia López
8 min readDec 20, 2016

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Un amigo me recordó recientemente que yo misma no entendí el mensaje que compartí en la última publicación para este boliche digital maravilloso, porque, como digna representante del síndrome del impostor… no sabía qué escribir. Sí, Nelson, te hablo a vos. Ténganme un poco de paciencia por favor, porque aconsejar es demasiado fácil pero a la hora de poner en práctica los propios… y a eso sumale que cuando una deja de escribir por mucho tiempo, no hay esquema que la ayude a poner en forma tan rápidamente a nadie.

Hecha esta introducción, aclaración, como le quieras llamar. A lo nuestro.

El gordito que se respeta habla siempre de lo que más le gusta: la comida, en todas sus presentaciones, tamaños, texturas, colores y sabores, y por esas vueltas de la vida, hoy me la gano… hablándoles a otros de comida. Y es ahí donde, osadamente creo que puedo aportar algo a la humanidad (?)

Para no ser tan dispersa, ni pretender ponerme a la altura de Diego Coquillat, en este apartado voy a tratar de enfocarme en:

  • Algunos de los aprendizajes con los que quedé tras participar de un seminario del rubro;
  • Aclarar porqué algunas acciones de marketing son viables para ciertos rubros, y que definitivamente, en el área gastronómica no funcionan, como por ejemplo, influenciadores.
  • Y qué tanto podés fiarte de las reseñas que dejan los clientes sobre sus respectivas experiencias en negocios gastronómicos.

La cocina como creación estratégica

Hace cuestión de un par de meses, participé de un seminario de Marketing & Branding Gastronómico que hizo explotar mi cabeza porque quería todo, quería hacer todo, pero me estaba olvidando de algo demasiado importante: la estrategia y la ejecución. Es ahí donde percibo que se encuentra la verdadera misión que me encomendaron recientemente, y es nada más y nada menos que hacer que mis BeBos (bebés boliches que atiendo) se diferencien del resto, de por sí ya lo hacen, pero si no se encuentra la forma correcta de comunicar eso, es tiempo perdido.

Los expertos en esa oportunidad nos hablaron de los mandamientos para el desarrollo exitoso de un emprendimiento gastronómico, entre ellos:

  1. La actitud emprendedora: las ganas de crecer, la idea inicial, las motivaciones para emprender en gastronomía, y conocer el terreno, es decir, saber dónde uno se está metiendo, y sobre eso último, hay que entender
  2. El Gastro World: el mundo gastronómico tiene ese no sé qué que produce que todos se quieran meter en la movida, que todos se sumen a la mesa con opciones tan variadas como los colores del arcoiris, principalmente movidos por el sueño del negocio propio, la independencia económica y la oportunidad de dejar de nadar en deudas… las razones sobran, el hecho es que no siempre se tiene la película completa y uno no toma en cuenta que es un mercado hiper competitivo, no coordinado y sobretodo, con una marcada entropía negativa. Y, ya con esa lectura más completa del contexto se puede
  3. Encontrar una oportunidad: haciendo aquello que los otros no lo están logrando, como por ejemplo, la primera heladería que te deja ver cómo tunean frente a vos tus paletas de helado con todo lo que te puedas imaginar, y con toda razón ostentan la bandera de tuneadores de palitos. O no sé, vamos a un ejemplo más cercano, como el primer foodtruck de asado, a quienes ya les eché ojo y está entre mis pendientes no permitir que finalice el 2016 sin haberlos conocido, porque ¡cortan con cuchara el asado! ¿Entendés mi nivel de ansiedad de conocerlos?

En ese sentido, también cabe mencionar un restaurante que tuvo los suficientes huevos como para desarrollar un menú con eso, huevos, muchos, demasiados.

Y sobre los foodtrucks, me pregunté si…

4. ¿Era una moda o tendencia?, hay que tener suficiente experiencia en el campo como para visualizar algo y determinar si pasará o permanecerá en el mercado, es decir, llegó para quedarse.

Te puedo hablar largo y tendido de los 15 puntos restantes que tanto Martín Blanco como Damián del Visso o Dam White, como afectuosamente fueron apodados por los organizadores, pero me quedo con sus avisos parroquiales y su forma muy particular de compartirlos, porque:

Elaborado por Martín Blanco y Damián del Visso para el seminario de MKT & Branding Gastronómico

Te dejo la presentación completa para que tengas y te entretengas, porque te prometí hablarte del plato principal y del postre, que apenas vamos por la entrada.

Te dejo el link de la presentación de estos dos monstruos del branding gastronómico ➡ http://bit.ly/2hnBGWg

Cero que me influya

Hay que dejar algo bien en claro: para algunas marcas funcionan y muy bien los influenciadores, pero como todo suena más cool en inglés, dejémonos como influencers.

Es cierto, para algunas cuestiones bastante específicas, ellos pueden ser tus mejores aliados, pero hay que saber distinguirlos. En ese sentido, un portal digital los discriminó, a mi criterio muy bien, y comparto tal cual.

Mirá, ellos pueden llegar a ser

Celebrities. Famosos (actores, deportistas, artistas…) son simplemente prescriptores por su perfil, y aprovechan esa gran comunidad en redes sociales para ser el altavoz de una determinada marca o acción puntual.

Líderes de opinión. Es uno de los influencers más comunes. Son aquellas personas que son voceadores de por sí, sin que la marca se lo pida, le gusta y por eso la recomienda entre sus seguidores. Es el mejor boca a boca que puedes tener, no te cuesta dinero y promociona tu marca.

Comunicadores. Son los tan conocidos bloggers de un cierto número de seguidores en redes sociales, y que poco a poco han ido posicionándose en la red como expertos en su sector. Tiene una opinión de mucho peso, pero no son líderes de opinión, se les contrata para la acción.

Exploradores. Son aquellos influencers que buscan las últimas tendencias en Internet y si se encuentran con una marca que les interesa, comparten directamente su opinión sobre ella en redes sociales.

Consumidores. Son unos influencers más especiales. Buscan probar productos o servicios nuevos. Dan su opinión tanto positiva como negativa, y la comparten en redes sociales junto a un vídeo, imágenes, etc.

Reporteros. Son los que siempre están informando a su comunidad de todas las novedades de una marca.

Cabe aclarar, tal como expresa el artículo, que no todos los influencers encajan con nuestra marca y por ende, con nuestra estrategia online: insistí, rogué, pedí todos los por favores del mundísimo para que los poténshal cástumerz hablaran de mis marcas y que, por lo que más quisieran, ¡visitaran los locales!, pero luego recordé las sabias palabras de Milciades en un medio digital local, y los motivos coherentemente fundamentados de la muerte crónica del influencer.

Bueno, ya está, ¿dejas de ejecutar solo porque una persona te convenció?, me preguntarás, y te respondo con algo que el mes pasado llamó poderosamente mi atención y me llevó al punto de la indignación: personas que bajo el mote de influenciadores llevan la caradurez a otro nivel, quienes no pudieron obtener mejor descripción que la realizada por Clarín, atendé las primeras líneas: Hace menos de cuatro meses que estos dos pibes se propusieron vivir sin gastar un peso. Y eso, según las ambiciones de cada uno, puede ser lo mismo que ganar muchísima plata.

Me interesó su caso porque, como bien expresó en su momento un blog del país vecino especializado en gastronomía, es cuestión de hacer cálculos y concluir que no podés comer 400 veces afuera en apenas 90 días. El promedio sería de algo así como 4 comidas y media por día.

Me da miedo depositar todas mis fichas en personas que llegan al extremo, que practican con total descaro el arte del pecheo, quienes me prometen presencia de marca y engagement siderales, pero cuando entrás y mirás su carta de presentación, es decir, sus redes, si sos un poco veterano en el marketing digital, te vas a dar cuenta que no realizan una conversión ideal como para darle el arma de la empresa a un par de aprovechados. Y no solo un arma, sino algo mucho más poderoso: una voz.

Mirá na. Así na no por favor te pido.

Y sobre la o las voces que a una le toca escuchar…

La molesta dictadura de las reseñas

Cuando llevás cuentas gastronómicas, revisás todas las plataformas en las que se pueda llegar a hablar de vos, y no basarte en solamente una opinión a la hora de elegir dónde cenar o qué lugar recomendar a tus amigos.

Existe una dictadura fuerte y latente basada en las opiniones y experiencias de otros. No puedo dejar de compartir un artículo que hace un par de meses encontré en Yorokobu: de arriesgarse, de zambullirse a la aventura de sabores más allá de las críticas que hace dos o más años una sola persona publicó porque no le agradó un pequeño factor que afectó la totalidad de la experiencia, o porque no leemos, y si leemos no leemos todo, tendemos a magnificar ese punto negativo sin analizar si el contenido es reciente o no, normalmente no suelen serlo, como cuando se compartió una noticia vieja del concierto de Calamaro en Paraguay y se armó una turba digital tremenda… para después percatarse que la noticia no era del año en curso. A lo que quiero llegar es que está bueno poner en duda cada comentario, ese es el principal beneficio que como cliente final tenemos y

No deberíamos tomar por válidas las críticas sobre un restaurante o un bar o una cafetería. Es guiarse por paladares y olfatos de gente que no conocemos sobre cosas que desaparecieron. ¿Qué pruebas respaldan a los críticos de comida y bebida? No podemos rebatir los platos que pidieron años atrás. Desaparecieron.

Tener como guía estas críticas supone aceptar un juicio que, por otra parte, puede ser malintencionado o hecho con prejuicio o desconocimiento.

No saben cuán gratificante para mí — hablando ya como cliente, no como una persona que presta servicios a un grupo empresarial — buscar nuevos lugares, o ir de vuelta a otro local en el que probablemente la primera vez tuve una mala experiencia, pero como gordita’i que se respeta le da otra oportunidad para que se reivindique con mi paladar. O cuando pululan en los grupos de whatsapp fotos pornográficas de la cena de anoche del amigo de la hermana de la novia del abuelo, que te invitan a decir yo quiero, ¡tengo que conocer ese lugar!

Al final:

  • Entre la opinión del influencer y de un amigo que le gusta tanto la comida como a mí, me quedo con la que me dio mi amigo, porque es más cercana, verdadera, y lo principal, nadie le paga por hacerlo.

Mientras tantos, vos, yo, todos, permanezcamos así:

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Marcia López

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