¿Qué nos enseña el COVID-19 para avanzar hacia un mundo #sinbasura?

Sinba
New Ventures Group
Published in
5 min readAug 18, 2020

por Pipo Reiser, Director de Alianzas de Sinba

El COVID-19 llegó para enseñarnos muchas cosas. Rescatando los aprendizajes, encontramos en la crisis una oportunidad para transformarnos, para crecer.

Una de las lecciones que nos queda es que somos frágiles, de que si bien hoy estamos físicamente separados, dependemos completamente el uno del otro para no enfermarnos, para alimentarnos, para casi todo, en realidad.

Otra lección es que tenemos que ser nosotros el ejemplo del comportamiento que queremos ver en los demás. No podemos exigirle al otro portar mascarilla, cumplir protocolos, cuidarse, si nosotros no estamos dispuestos a hacerlo, o no lo hacemos. Estas lecciones las hemos aprendido muchos de forma dolorosa, ya que incluso nuestra existencia o la de nuestros seres queridos en alguna medida depende hoy de que todos entendamos esta lección.

Hoy sabemos que estas lecciones y aprendizajes son aplicables también para otros desafíos, en los que es casi igual de urgente un cambio drástico, radical, profundo. Uno de ellos es cómo nos relacionamos, como sociedad, con “la basura”, aquella palabra que resume los miles de objetos y materiales que, por alguna razón, dejan de tener valor para nosotros y tienen que ser “eliminados.”

Pero, la basura no es más que una idea que urge repensar. Es un paradigma que causa que hoy sigamos llenando nuestro planeta de residuos que contaminan ecosistemas y a menudo incluso afectan nuestra salud, a pesar de que casi todos ellos pueden tener valor si llevados hacia el proceso correcto.

Ese otro puede otro humano, pero también una organización u otro ser, una lombriz, un cerdo, una mascota, un hongo, un microorganismo, un ecosistema. Así, los restos de comida se convierten en alimento sostenible para cerdos o los residuos del café pasado se convierten en sustrato para hongos ostra, fuentes de proteína deliciosas. Así, la caja de cartón en la cual llegó tu delivery se convierte en una oportunidad de generar un ingreso para alguien más, y luego en materia prima para una industria.

Visto de esta forma, realmente nada sobra.

Mirando más allá de los materiales, para que exista ese flujo de nutrientes y recursos, ese movimiento de materiales está inevitablemente ligado a las personas que forman parte de este proceso, que desechan, que clasifican, que entregan, que recogen, que seleccionan, que colaboran, que participan. Y aquí tenemos una noticia de último minuto: esos, somos todos. Cada uno de nosotros, cada día de nuestras vidas, genera residuos. Es por esto que nos vimos obligados a agregar una segunda parte a nuestro lema, ya que, inexorablemente para este cambio nos necesitamos a todos.

Por eso en esta misión, nadie sobra.

En ese sentido, la economía circular es también una economía que nos une, una oportunidad de colaboración, de solidaridad. Entonces, si unimos el desafío de la gestión de residuos a la coyuntura actual, que obliga y aclama grandes cambios, ¿qué lecciones podemos rescatar de esta crisis/oportunidad para el sector del reciclaje y los residuos sólidos?

En primer lugar, ha quedado ratificado que se trata de un sector totalmente vulnerable, en varios frentes. Comenzamos aquí por lo que llamamos recicladores, recolectores de material reciclable cuyo ingreso es diario y que viven del material que puedan recuperar. Si bien la “recolección de residuos sólidos” fue reconocida como un servicio esencial, realmente solo se consideró como tal los servicios que “disponen” (descargan) los residuos en rellenos sanitarios (vertederos), como aquellos que predominan en los servicios municipales, y que lo poco de reciclaje que tienen, es porque también en estos la informalidad es rampante y muchos materiales se “pierden” en el camino o son recogidos en los mismos rellenos sanitarios, ilegalmente.

Resulta curioso que este sistema contaminante sea “esencial”, pero que al mismo tiempo los recicladores se hayan visto obligados a suspender actividades. Esto ocurre en gran medida porque su oficio en gran medida no es reconocido por la sociedad, no lo vemos como un servicio, sino como un “favor”.

Es hora de reconocer el gran servicio que los recicladores prestan a la sociedad, asegurando una compensación adecuada y condiciones de trabajo seguras, para que podamos decir que para la próxima pandemia, son “esenciales”. Para esto, será necesaria una discusión seria sobre la formalización del sector, un sector en el que intenciones y ejemplos existen, pero donde aún impera lo informal. Hoy, cuando tantas personas han perdido su empleo, ¿se imaginan cuántos empleos se podrían crear en este sector si pasamos del 4% de materiales reaprovechados (promedio actual) a un 80% (el potencial total), de manera formal?

Una segunda lección es que los residuos también representan un factor de riesgo potencial para el contagio COVID-19. Es, finalmente un intercambio de materiales, y esta realidad nos obliga a hacernos consciente de un acto (botar la “basura”) el cual por mucho tiempo hemos preferido no mirar, no cuestionar.

Hoy dejar nuestras bolsas con material biocontaminado en las calles, es un peligro para los demás, y especialmente para quienes recogen las bolsas, y así una oportunidad darnos cuenta y sentir en casa la importancia de manejar nuestros residuos con intención, cuidado, con responsabilidad. Esto implica conocer y reconocer a todas las personas y procesos que ocurren luego de que sacamos nuestros residuos de nuestro hogar.

Todo esto nos lleva a una conclusión importante: el COVID-19 nos revela de que tenemos la responsabilidad compartida de elevar el estándar en cómo manejamos nuestros residuos. Ese nuevo estándar tiene que ser solidario, colaborativo, y sobre todo sostenible para todas las partes involucradas, empezando por el planeta.

Todos podemos hacer algo, donde estemos, hoy. Si en algo desde Sinba podemos ayudar para impulsar ese camino, por favor contáctennos. Un mundo #sinbasura lo construimos juntos.

Para más información visita nuestra página web en www.sinba.pe y en nuestras redes en Facebook e Instagram en @sinbaperu.

 by the author.

--

--