Inocentes

Por: Luciano Martínez Machín

Patricia H. Acevedo
Nexos Multimedia
3 min readNov 30, 2022

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Fotograma película Inocencia.

El 27 de noviembre de 1871 es sin duda una de las fechas más tristes de la historia de Cuba. El fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina es recordado como uno de los crímenes más atroces de los que se ha cometido en suelo patrio. A 151 años de este terrible suceso todavía duele recordadar como el odio le arrancó la vida a un grupo de inocentes contra los que todavía no hay tan si quiera una prueba.

La historia es conocida por casi todos, desde la enseñanza primaria es algo que escuchamos cada vez que nos imparten Historia de Cuba: los estudianes que jugaban con un carrito en el cementerio, el custudio que los ve e informa a las autoridades, la acusación y encarcelamiento del grupo de primer año de medicina completo, el primer consejo de guerra, la brillante defensa de Federico Capdevila, las manifestaciones del cuerpo de voluntarios, el segundo consejo de guerra y la condena muerte para los jóvenes que allí estuvieron y para tres que fueron seleccionados al azar. Una historia que mientras más se escucha, más horrible se torna.

En el 2018 con dirección de Alejandro Gil y dirección de Amílcar Salati, nos llegó la película Inocencia . Dicho filme nos acercó con un punto de vista diferente a la historia, pues nos enseñó como Fermín Valdés Dominguez (quien muy a menudo es conocido única y exclusivamente por su amistad con Martí) llevó a cabo una búsqueda incansable para encontrar los restos de los estudiantes fusilados.

Valdés Domínguez, quien también era parte del grupo de educandos juzgados, cumpló varios meses de condena en la isla antes de que el Capitán General decidiera exiliar a los condenados . No regresaría a la isla hasta pasados cuatro años, y no pararía hasta encontrar los restos de sus compañeros y demostrar que eran inocentes.

No fue hasta 1887 que su tarea estuvo cumplida. Al enterarse de la llegada del hijo de Gonzalo de Castañón a Cuba, Fermín lo contactó de inmediato slocitándole una carta donde desmintiera que la tumba de su padre había sido profanada. La respuesta no dejó mucho que decir: el sepuclro está intacto.

Llevaba horas cavando, y 16 años de espera cuando el 9 de marzo de ese mismo año encontró los restos,a dos metros y medio de profundidad estaba el primero, y no hubo agotamiento físico que lo detuviera hasta recatar a los 8. Los levató de uno en uno y los colocó en una caja de plomo .

Mientras los restos descansaron unos años en el panteón dfe la familia de uno de los asesinados, Valdés Domínguez recaudó fondos para la contrucción de Monumento en homenaje a los estudiantes, para ello logró recoger unos 30 mil pesos (cifra nada despreciable en aquellaq época). La obra fue diseñada por el escultor José Vilalta Saavedra y fue inaugurada en 1890.

Desde entonces cada 27 de noviembre la juventud cubana realiza una marcha en homenaje a los jóvenes fusilados que va desde la colina de la Universidad de la Habana hasta la tumba donde son recordados como lo que fueron ,son y serán siempre: inocentes.

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