Episodio 4: Val Kilmer y la fiesta a la que nunca fuimos
Cannes 2016 y flashbacks anexos
Una vez sí fui a Cannes. Hace mucho tiempo. Fue cuando nos sacábamos fotos y las poníamos en Myspace como parte de nuestra estrategia de Social Media. Usaba una Jas Jar de Imate que parecía de James Bond pero funcionaba como un teléfono de lata devorando roaming y wifi caro. Fui mediante dos becas, una de Intercambio de Artistas y Técnicos de la Cultura Argentina y otra FPC a estudiar al Film Program Cannes, un programa de Producción ejecutiva que se desarrollaba en conjunto con el Festival y el Marché y era mentoreada por profesores de NYU.
Fue toda una experiencia sobre el mundo de la producción y el Jet Set.
Cannes es un mercado único, que se alimenta del prestigio y del glamour y dónde ser un creador independiente te da la experiencia de un pez fuera del agua. Así, sin realidad virtual.
Asfixiante y con perlas. Un lugar bellísimo diseñado para el combo de cocktail, yate y Hollywood a la francesa.
Cosas que aprendés: El status que da la vestimenta, las reuniones de trabajo en dónde ir a tomarte algo con alguien puede arruinarte el presupuesto. Los que se quedan en Camping, los que nos quedamos en Universidades, los que caminamos mil cuadras en zapatillas y nos ponemos los tacos altos 1 cuadra antes de entrar al mercado. Las fiestas. Los cocktails. Los personajes. Los pitch. Los abogados. El dress code y una playa en la que nadie nada. Juan les Pins y Mónaco. Todo en un mix sazonado por gente demasiado bien vestida para un pueblo de playa.
Los personajes que ves en todas las fiestas y todos los cocktails de todos los festivales del mundo y no sabés a qué se dedican en realidad. ¿Quién puede viajar tanto sin cerrar tratos? No lo se. Pero este post no se trata de la flora y fauna festivalera. Se trata del hoy.
Hoy empezó Cannes. Y todo lo que pasa podés leerlo en Hollywood Reporter aquí . Se habla de Dior, de Woody Allen, de Sony Pictures y de presidentes. Se habla de un sector del cine que está absolutamente manejado por grandes empresas, Majors y dónde buscar algo más independiente es un trabajo que requiere mucha más atención. Es así. Reglas del Mercado.
También hay un lineup de cine argentino que incluye títulos en las secciones UN CERTAIN REGARD,CINÉFONDATION, QUINZAINE DES RÉALISATEURS, L´ATELIER CINÉFONDATION y SHORT FILM CORNER. También podría haber un proyecto argentino en Cannes NEXT, pero aquí estamos. De esto, se trata ¿no?
Mañana sería nuestro pitch y pensamos que mañana igual tiene que ser nuestro pitch. Les contaremos nuestro proyecto. En sandalias o en pijama. Con abrigo del cono sur y con ordenador prestado porque el Macbook Pro está en reparación y quién sabe cuando entrarán los repuestos al país. No vamos a hablar de la aduana. Vamos a hablar de cómo estar y no estar en un lugar. Esa es una de las grandes visiones de la realidad virtual e internet. Cómo estar en dos lugares al mismo tiempo. Hablaremos de VR y de creación anclada en presente y futuro. ¿Es esto una amenaza para el cine? ¿Nos están vendiendo espejitos de colores marca Oculus? ¿Importa la tecnología e importa qué herramientas usás para construir tu discurso? ¿Qué es lo que importa?
Nosotros construímos herramientas y las herramientas en su loop eterno nos construyen a nosotros. Nosotros contamos las historias y las historias, cómo boomerangs nos construyen a nosotros. Todo importa, e inclusive, importa como experimentamos ese loop eterno de ida y vuelta que va apilando pixels en la realidad.
Hoy estamos hablando de Cannes. Antes, las historias se contaban en la plaza del pueblo o el juglar entretenía a los nobles. Hoy nuestra plaza viajante es internet y nuestra tarea es ver cómo construímos de nuevo, del festival, una fiesta. Pequeña tarea tenemos.
Flashback
En esa única oportunidad que pasé en Cannes, conocí a la que sería una de mis mejores amigas. Una fabulosa norteamericana, egresada de Yale, emigrada de NY y trabajadora del Hollywood Indie. Ella puso a prueba la teoría de Kevin Bacon, y siempre tenía un amigo de un amigo de un amigo que conocía a alguien que nos permitía entrar a alguna de esas fiestas increíbles o aburridas en las que suceden cosas en Cannes al estilo Las Vegas.
Ese año ella, era amiga íntima del representante de Val Kilmer, y nos avisaron que Val daría una fiesta privada en Cannes. En esa época, Kilmer no brillaba, pero que más da. Crecí con Mavericks y la oportunidad de estar a medio metro de Iceman lo era todo. No me importaba haber compartido sofá con el actor del Hobbit y haber hablado media hora con él sin saber quién era, me importaba Iceman.
La cuestión es que logramos que el representante le pasase nuestros nombres directo al teléfono de Val Kilmer que nos ponía en la lista de la fiesta. Eramos VIP.
Val sabía mi nombre.
Hablé por teléfono público desde Cannes al Oeste de Buenos Aires para decirle a mi familia que hoy conocería a Mr. Kilmer.
Pero a la fiesta, finalmente, nunca llegamos, porque era una fiesta tan secreta y nosotras tan outsiders que nadie en Cannes nos supo indicar dónde era. Ni el agente de Ventas de su película, que gritaba How do you know VAL is here? Who are you?, ni el representante, que luego de hacernos el favor de ser VIP, no respondía su teléfono inmerso en su quinceaba copa de champagne.
Y así nos quedamos caminando toda la noche por la Croisette buscando a Val Kilmer y un lugar donde vendiesen algo barato para comer luego de las 10 pm.
Baklava y Cuba Libre. En tacones y encaje negro. Eso nos alimentó la noche. Gracias Gustavo, pero no.
Mañana la fiesta no sucede en Cannes. Mañana la fiesta es aquí. Val sabe mi nombre, Cannes sabe mi nombre, pero aburrido estaría el Juglar si sólo le contase historias al rey.
Somos los medios. Es la internet, estúpido! Bienvenidos a #nofuiacannes
Seguí todo el diario de No viaje en Facebook y el resto de las redes sociales como SeirenFilms. Compilado en #nofuiacannes
Escribime a MLaura@seirenfilms.com y hablemos del cine que se hace sin yates.
M.Laura Ruggiero. Productora Transmedia. StoryHacker.
