Habla Dean Baquet, director del ‘New York Times’: las 10 citas que debes leer de su entrevista en ‘Der Spiegel’

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6 min readJan 24, 2015
NYT

Dean Baquet fue designado director del ‘New York Times’ en mayo del año pasado. Su ascenso fue el fruto del tumultuoso despido de Jill Abramson, de cuyos detalles hemos hablado en este análisis y en este largo reportaje que escribimos después de hablar con la protagonista en un apartamento del Upper West Side.

Abramson estará en Madrid este 12 de febrero hablando del nuevo proyecto de periodismo narrativo del que hablamos en este artículo. Su sucesor acaba de conceder una extensa entrevista al semanario alemán ‘Der Spiegel’ cuya versión en inglés podéis leer íntegra aquí.

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El mejor perfil que he leído sobre Baquet es éste que publicó Manuel Roig-Franzia en el ‘Washington Post’. Es un reportero excelente y suele tener buena prensa entre sus subordinados. Pero quienes le conocen aseguran que tiene mal genio y que fue él quien forzó el despido de su predecesora por sus recelos ante la contratación de una mujer más joven y más digital que él.

Es un momento inmejorable para escuchar a Baquet: el ‘New York Times’ acaba de desprenderse de decenas de periodistas pero su redacción sigue siendo una de las mejores del mundo y sus periodistas están innovando con iniciativas digitales como ‘The Upshot’ o ‘NYT Now’. Baquet apenas habla del despido de Abramson pero merece la pena leer su entrevista completa. Pero a continuación transcribo los fragmentos más jugosos de la entrevista, editados y traducidos al español.

1. Sobre su predecesora Jill Abramson.

“A Jill le gustaba publicar historias que hicieran un poco de ruido y yo no estoy en desacuerdo con eso. Pero en medios como el ‘New York Times’ o ‘Der Spiegel’ siempre hay una tensión entre el periodismo más serio y el ligero. Por supuesto que a veces somos demasiado serios. Pero escribimos mucho más sobre cultura popular de lo que nunca lo hemos hecho. Hacemos mucho ruido. A veces incluso demasiado”.

2. Sobre la rivalidad con ‘BuzzFeed’.

“Una web gratuita siempre va a tener más tráfico que una web de pago. Pero nosotros siempre hemos admitido que íbamos por detrás de otros medios a la hora de mostrar nuestras nuestras historias en la web. ‘BuzzFeed’ y el ‘Huffington Post’ son mucho mejores que nosotros y les envidio por ello. Pero creo que nosotros debemos seguir siendo lo que somos. Lo que no quiere decir que no debamos cambiar. Pero no quiero que seamos ‘BuzzFeed’. Si intentáramos ser como ellos, perderíamos. Nosotros asumimos que a estos nuevos rivales les iba bien porque hacían algo que nosotros optábamos no hacer. Fuimos arrogantes. Miramos por encima del hombro a esos nuevos rivales y ahora sabemos que fue un error. Ellos comprendieron antes que nosotros cómo acercar sus historias a la gente que tuviera interés por leerlas. Nosotros fuimos demasiado lentos”.

3. Sobre el valor de las redes sociales.

“Antes un reportero escribía una historia y se ponía con la siguiente. Antes la gente llegaba a nosotros y nosotros esperábamos a los lectores en nuestra página web. Ahora somos consciente de que debemos acercar nuestro contenido a nuestros lectores. Mucha gente se informa a través de Facebook o Twitter y debemos asegurarnos de que allí ven algunas de nuestras mejores historias”.

4. Sobre su perfil (inactivo) de Twitter.

“Hay muchos periodistas del ‘New York Times’ que tuitean y no me opongo. Lo que me ocurre a mí es que no tengo suficiente tiempo. Los directores no tenemos mucho que decir. Mi mundo es esta oficina, este piso, mi apartamento y conversaciones maravillosas con nuestros reporteros y nuestros corresponsales. Todos saben más que yo sobre lo que ocurre a nuestro alrededor”.

5. Sobre la tensión entre la web y el papel.

“Siempre he pensado que el lema ‘digital first’ era una noción simplista y ni siquiera estoy seguro de lo que significa. Debería ser ‘stories first’: las historias primero. Mire lo que ocurrió con la historia de París. La cubrimos durante todo el día sin guardarnos nada. Todo lo que sabíamos lo íbamos publicando en nuestra web. Según se aproxima el cierre de la edición de papel, uno debe hacer dos cosas. La primera es pulir esas historias porque el papel es menos benévolo con los errores. La segunda cosa que uno haría en un mundo ideal es elegir una cosa que parezca fresca y relevante para la gente que lee el periódico a la mañana siguiente”.

6. Sobre el tamaño de su plantilla.

“Necesitamos una plantilla como la que tenemos ahora. Cometeríamos un error si la redujéramos. Pero no creo que todos nuestros ingresos vendrán en el futuro de las suscripciones digitales. Necesitamos varias fuentes de ingresos durante un tiempo. Lo que me pone más nervioso es que construimos esta redacción con un margen realmente alto de beneficios que se ha erosionado mucho en los últimos años. Me inquieta que no tengamos en el futuro unos márgenes que nos permitan tener un crecimiento robusto”.

7. Sobre su fracaso con Snowden.

“No publicar esa historia nos hizo mucho daño. En primer lugar porque alguien con una gran historia que contar no pensó que el ‘New York Times’ era el lugar para publicarla y eso duele. Y luego también porque nos birlaron la historia más grande sobre seguridad nacional que se ha publicado en muchos años”.

8. Sobre las presiones del Gobierno.

“Mucha gente tiene esta imagen en la cabeza de una prensa timorata a la que el Gobierno llama para que no publique algo y no lo publica. Eso no es así. En un 70% o un 80% de los casos, el Gobierno intenta que no publiquemos una historia argumentando que pone en peligro la vida de una persona. Nosotros evaluamos cada caso, lo debatimos y la mayoría de las veces publicamos la historia igual”.

9. Sobre las viñetas de ‘Charlie Hebdo’.

“Fue una decisión muy difícil. Mi reacción inicial fue mostrar solidaridad con los periodistas que fueron asesinados y al principio estaba decidido a publicar las viñetas. Pero entonces me paré un momento y lo pensé mejor. Pensé que debía dejar a un lado la tragedia y mirar los dibujos. Así que me senté en la habitación y miré varios de ellos. Ese tipo de humor es un insulto gratuito. No lo digo como una crítica pero no se ajusta a los estándares del ‘New York Times’.No me pareció que mostrar las viñetas ayudara a la gente a comprender lo que ocurría. Creo que hay formas de defender el derecho a publicar sin violar tus estándares. Me encanta mostrar mi solidaridad pero ésa es mi segunda o tercera tarea más importante.

Mi tarea más importante es servir a los lectores del ‘New York Times’ y una parte importante de ellos se siente ofendida por la sátira sobre Mahoma. Ese lector no pertenece al ISIS. Es un hombre que vive en Brooklyn y es musulmán y tiene una familia y eso le parece insultante. Nosotros cometeríamos un gran error si nos olvidáramos de esos lectores. Un ejercicio que hice fue mirar las viñetas dirigidas contra otras religiones y me di cuenta de que tampoco las habría publicado. Si no hubiera publicado una contra Jesús, ¿por qué publicar éstas?

Decir ‘Je suis Charlie’ es una posición del consejo editorial, no mía. Mi trabajo es cubrir a tope una historia. Un medio debe ser valiente cubriendo bien una historia. Asegurándose de que tiene reporteros informando sobre el ISIS o que tiene un corresponsal en Bagdad. El periodista que llevo dentro apoya a los dibujantes. Pero como director creo que mi trabajo es averiguar lo que ocurrió y cubrirlo a fondo y pienso que eso es más importante que un dibujo simbólico en primera página”.

10. Sobre el fracaso de los medios tras el 11S.

“Los grandes medios fallamos a los ciudadanos después del 11S. No fuimos lo suficientemente agresivos a la hora de hacer preguntas sobre la guerra contra el terrorismo o sobre la decisión de invadir Irak”.

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Ideas de innovación periodística. Lo mejor está por venir. Por @mariaramirezNY y @eduardosuarez