Noise Gate 2018 (el culo te abrocho)
Esta es una lista de 50 discos del 2018 que tenía ganas de poner en una lista. A mí me gustan mucho pero me parece una boludez decir que son “los mejores del año”, también me parece una boludez hacer una lista de “top 50” ordenándolos como si unos fuesen mejores que otros. En la posmodernidad todos los discos están buenos y no al mismo tiempo. Sí, inclusive el último de “La Banda De Carlitos”.
Ojalá que los disfruten. O no, qué se yo.
(la mayoría de los discos aparecen en esta lista, junto a otras cositas del año que me gustaron)
Jon Hopkins — Singularity
Después de tantos años de espera Jon Hopkins nos trae un digno sucesor de uno de mis discos preferidos de la historia. Electrónica orgánica, mucho foley y diseño sonoro complejo. Mitad rave de falopero mitad ambient para mirar las estrellas.
MGMT — Little Dark Age
En contra de todo pronóstico MGMT volvió con un discazo, sigue estando el sonido clásico con sus hitazos pops y sintes analógicos pero no se mantienen para nada conservadores con su sonido, que oscila desde canciones que pueden sonar en Metro a exploraciones lofi dignas de Tobacco. Un disco maduro y complejo después de 8 años de no pegar pie con bola.
Car Seat Headrest — Twin Fantasy
Es difícil componer un disco de indie rock decente en el 2018. Por suerte Will Toledo no tuvo que hacerlo, porque agarró las composiciones del primer disco de Car Seat Headrest y las re-arregló/regrabó para darle nueva vida a todos esos temazos. Disco largo y medio conceptual pero que te deja cantando estribillos a la segunda escuchada.
Against All Logic — 2012–2017
Escondido detrás del seudónimo Against All Logic Nicolas Jaar sacó uno de sus mejores discos. Todos temas bien arriba y bien houseros, el chileno más lindo de todos hace uso de su técnica de sampleo característica para mantenernos de joda durante una hora y seis minutos. Mención especial a su hermoso uso de la distorsión y su capacidad de hacer que el disco suene como el orto pero al mismo tiempo no.
U.S. Girls — In A Poem Unlimited
Podés leer la reseña completa de In A Poem Unlimited acá.
Screaming Females — All At Once
Es muy difícil llamar mi atención con un disco de rock, pero Screaming Females logró, sin experimentar mucho con los horizontes del género, sacar un disco fuerte y rockero que no suena cliché y te invita a saltar y cantar a los gritos.
Hannah Epperson — Slowdown
La canadiense Hannah Epperson trae uno de los proyectos mas interesantes del año. Art-Pop poco ortodoxo, mil influencias diferentes e instrumentación poco convencional. Slowdown es la secuela de Upsweep y por lo tanto sigue su mismo formato conceptual: cada canción del album tiene dos versiones que responden a Amelia e Iris, dos personajes ficticios con diferentes personalidades y, por lo tanto, diferentes sonidos.
Felicia Atkinson — Coyotes
La artista francesa Felicia Atkinson estuvo viviendo en el desierto de Nuevo México un tiempo para intentar por qué la “vida en el desierto” constituyó un breaking point tan importante para tantos artistas. Recluida en el desierto grabó Coyotes, un disco de ambient muy personal en el que explora el vacío del desierto y su experiencia con el mismo, todo mediante dos composiciones minimalistas y hermosas.
Janelle Monáe — Dirty Computer
Dirty Computer es, for a lack of a better word, un disco a todo culo. Janelle Monáe reapareció con un disco art pop completísimo, con colaboraciones de primer nivel y una pila de temazos actuales tanto en lo lírico como en lo sonoro. Probablemente el disco más conciliador de la lista, hasta a tu tío metalero le va a gustar.
Jean Grae, Quelle Chris — Everything’s Fine
Surfeando en la linea entre la parodía y el realismo crudo, Jean Grae y Quelle Chris colaboraron para hacer un disco de hip hop increible. La producción es compleja e interesante, con tintes old-school pero para nada conservadora, mientras que las letras políticamente cargadas alternan entre sátira irónica y crudeza oscura para expresar la visión que estos dos artistas tienen sobre la realidad actual.
Emma-Jean Thackray — Ley Lines
Inglaterra exportó mucho jazz increible en el 2018, pero uno de mis discos preferidos de la escena es el de Emma-Jean Thackray que, desde su casa, compuso, grabó todos los instrumentos, produjo y mezcló todos los temas de este disco hermoso, ideal para poner de fondo en alguna cena familiar para distraerte mientras que tu abuelo nazi te cuenta sobre cómo Darthes en realidad es un buen tipo.
SABA — Care For Me
Podés leer la reseña de Care For Me completa acá.
Grouper — Grid Of Points
Ideal para el corchazo de fin de año, temitas ambient hermosos e intimos que giran en torno al piano y la voz de Liz Harris. Es increible cómo con dos elementos tan comunes Grouper obtiene un sonido tan único y característico.
Tirzah — Devotion
Tirzah sacó su primer LP en este año donde finalmente pudo explorar a fondo su sonido característico. Producido por Mica Levi, Devotion es un disco de pop/r&b oscuro y minimalista. Un punto medio entre Lorde en Pure Heroine y Yaeji en EP2, pero con un twist desprolijo y espontáneo.
Pusha T — Daytona
Producido íntegramente por Kanye West, Daytona es el ultimo (y mejor) disco de Pusha T. Compacto pero con sustancia, 7 tracks en 21 minutos. No sobra nada, todos los temas está bien.
GAS — Rausch
Una vez más GAS llega a mi lista anual, esta vez con Rausch, 2 horas de ambient oscuro y narcótico lleno de texturas complejas y esas percusiones techno lejanas clásicas de Voigt.
Oneohtrix Point Never — Age Of
Según Spotify, escuché a OPN muchas decenas de horas este año. Age Of es el último disco de Lopatín en el que, como es habitual, cambia totalmente su sonido pero mantiene su esencia clásica. La base canciones pop deconstruidas combinadas con sonidos barrocos, música lírica y autotune. Una ensalada de influencias anacrónicas que, de alguna manera, terminaron siendo el disco más accesible de OPN hasta la fecha.
Skee Mask — Compro
Compro es un disco confuso, porque claramente suena a la época dorada de la música electrónica (en especial todo lo referido a Warp Records) pero lo hace de una manera que no recae en la nostalgia barata. Tenés Amen Breaks, techno, ambient, lo que quieras.
Sophie — OIL OF EVERY PEARL’S UN-INSIDE
Podría hablar 10 años de corrido sobre por qué Sophie es lo más importante que le pasó a la música pop en los últimos 15 años. Hace tiempo que vengo advirtiéndoles a todos que ella era el futuro y con este disco me dio la razón. Experimentación, pop, intimismo, plástico, ruido, si tuviese que elegir un disco para que defina las bases de la música del futuro, sería este.
Beach House — 7
Beach House es de una camada de bandas que hace 8 años eran una novedad, pero hoy suenan outdated. No obstante a ellos no les pasa esto, parecería que su sonido, por más que no cambió significativamente, maduró mucho. 7 es un disco de dream pop completísimo y hermoso.
Parquet Courts — Wide Awake!
Al igual que pasó con Beach House, Parquet Courts es una banda que está lejos ya de su época dorada, pero lejos de cruzar los brazos decidieron sacar en 2018 su mejor (y mas divertido) disco. Garage Rock para pogear en pedo en el patio.
Sons Of Kemet — Your Queen Is A Reptile
Otra joyita del jazz británico. Your Queen Is A Reptile no solo es un disco perfecto desde lo musical, si no que también es hermoso desde lo conceptual. Cada track honra en su título a una “reina” feminista de la historia, mientras que a la vez el título funciona como crítica hacia el concepto de la monarquía. Todos temazos, mucha oportunidad para tirar pasos y colaboraciones hermosas tanto con músicos como poetas. Discazo con todas las letras.
Jack White — Boarding House Reach
Jack White le dio la espalda a los cabezas de tacho que le pedían el rock conformista/outdated de siempre y sacó un disco complejo, lleno de experimentación y exploración ya sea en composición como en técnicas de producción. Para que le pongas a tu tío metalero y que te mire confundido.
Rival Consoles — Persona
Persona es un gran soundtrack para flashear que tu vida cotidiana es una película de Fincher. Rival Consoles le da vida a sintetizadores, generando texturas muy orgánicas que te hacen sentir que hay vida detrás de cada uno de los sonidos del disco. Ideal para escuchar manejando de noche en al ruta.
Leon Vynehall — Nothing Is Still
Nothing Is Still está en la intersección entre la música clásica moderna, el ambient y la música electrónica. Una vez más Leon Vynehall demuestra su capacidad de contar historias a través de sonido y nos relata la historia de sus abuelos a través de composiciones abstractas (y un toque pretenciosas tbh)
Death Grips — Year Of The Snitch
En uno de sus discos más confusos y difíciles, Death Grips aparece con un puñado inconsistente de canciones muy diversas y complejas que convierten Year Of The Snitch en una joya para los más experimentados y una tortura para los inexpertos.
Kiefer — Happysad
Kiefer es lo-fi hip hop de un universo en el cual el sampling está prohibido. La mezcla entre piano jazz y beat de hip hop es como las papas con cheddar, funcionan siempre.
Kids See Ghost — Kids See Ghosts
Kids See Ghost es la colaboración entre Kid Cudi y Kanye West. Si Daytona era un disco que sorprendía porque no sobraba nada, a Kids See Ghosts hay que sumarle que tampoco falta nada. Los temas son todos increibles, la producción es impecable y tanto Kid Cudi como Kanye West parecerían estar en su mejor momento en cuanto a ejecución.
Sinjin Hawke, Zora Jones — Vicious Circles
Sinjin Hawke y Zora Jones son dos de una camada de artistas que están explorando nuevos horizontes en la música bailable. En está colaboración ambos estilos se juntan para crear una serie de tracks con un tono épico y tribal muy marcado que juega con ritmos como el grime, el juke y el footwork. Al principio te descoloca un toque pero después hay baile asegurado.
Let’s Eat Grandma — I’m All Ears
El duo de pibitas británicas “Let’s Eat Grandma” dan un paso enorme en su carrera y pasan de ser las niñas simpáticas a ser un peso fuerte dentro del pop contemporáneo. Mucho temazo, un disco maduro y ambicioso de synth pop.
Denzel Curry — TA1300
TA1300 es el último disco de Denzel Curry, quien parece haberse pasado al club de los artistas de hip hop que saben generar un disco de hits sin perder profundidad y sustancia. Probablemente uno de los discos que más escuché en el año.
Daugthers — You Wont Get What You Want
Este fue un año en el que muchos géneros que parecían medio muertos encontraron la manera de renovarse, y creo que ningún disco demuestra mejor esto que el último de Daughters. Partiendo de la base firme del noise rock, este disco parecería arrancar una maquinaria que parecía obsoleta, logrando un sonido renovador y atrapante utilizando los elementos clásicos del género.
Anna Von Hausswolff — Dead Magic
Anna Von Hausswolff es, por más que bastante digerible, una artista de nicho. Su música suena a una mezcla entre Dead Can Dance, Swans, el OST de una película de Carpenter y Cocteau Twins. Voces angelicales arriba de colchones de sintetizadores oscuros, patrones que se repiten y una sensación constante de que estás en un castillo oscuro y antiguo. Disco para escuchar con las luces apagadas prestándole mucha atención.
IDLES — Joy As An Act Of Resistance
Idles es post punk con más punk que post. En su último disco vuelven con un nivel mayor de profundidad pero sin sacrificar la energía característica de la banda. El panorama político y social actual pide punk, pero el punk es muy poco punk por su conformismo, a menos que venga de la mano de Idles.
Sudan Archives — Sink
Mezclando R&B con música electrónica experimental, Sudan Archives tocó, cantó y produjo en este EP que suena como ningún otro y logró que el violín sea un instrumento cool de nuevo.
Noname — Room 25
Room 25 es el segundo disco de Fatimah Nyeema Warner, una artista de neo-soul que bien podría estar a la par de grandes como Erykah Badu o Lauryn Hill. En este disco Noname rapea y canta sobre bases muy jazzeras, a veces sola y otra veces acompañada por otros artistas muy talentosos (Saba te amo)
Jpegmafia — Veteran
Jpegmafia viene a llenar el espacio que Death Grips dejó después de alejarse del hip hop para adentrarse en esa música falopa y hace ahora. Veteran es uno de los discos más extraños y originales que nos dio el hip hop en los últimos años, digital, glitchoso y arriesgado.
Autechre — NTS Sessions (1–4)
A veces siento que Autechre es el D&D de la música electrónica. Las pocas personas que lo consumen efectivamente invierten mucho tiempo en eso, por lo que para los ojos del resto de la gente parecen unos enfermos. Las NTS Sessions son 4 discos de dos horas cada uno que Autechre lanzó en vivo en su residencia de NTS en abril del 2018. Los discos son claramente un desafío (miento si digo que los últimos dos los escuché más de una vez y estoy lejos de poder digerir gran parte del proyecto) pero a la vez tienen algo de adictivo. La manera de apilar, evolucionar y desarrollar beats y texturas es muy interesante y te atrapa una vez que superas el miedo. Es increible como después de tantos años Autechre sigue podiendo soprender con cosas como esta.
Rosalía — El Mal Querer
Seguramente ya escuchaste hablar de El Mal Querer, es el primer disco de Rosalía, donde se mezcla el flamenco con la música contemporánea. Tanto las composiciones, como las voces, la producción, la letra, el universo conceptual y visual alrededor del disco es increible. Me es imposible ser concreto al hablar de EMQ así que solo voy a decir esto: escuchalo.
Khruangbin — Con Todo El Mundo
Khruangbin es una banda rara. Por una lado suena como la playlist de un esquizofrénico, con dub, funk, blues, jazz y miles de géneros más conviviendo armoniosamente. Por otro lado es una banda muy fácil de escuchar e ideal para dejar de fondo. Es un disco cuya complejidad varía depende la cantidad de atención que le prestes y es un comodín para quedar bien en una conversación con amigos músicos o melómanos.
Odd Nosdam — Like When You Ain’t
Like When You Ain’t es un disco instrumental de hip hop que mira hacia una época del género a la que no muchos le dan bola hoy. En vez de ir al hip hop Soulquarian como todos, Odd Nosdam va al sonido podrido de la primera ola. Lleno de Amen Breaks, scratching y distorsión de vinilo, LWYA es un disco que parte de la vibra de Public Enemy pero le da un approach un poco más podrido y experimental.
Alessandro Cortini, Lawrence English — Immediate Horizon
Muy por debajo del radar, Alessandro Cortini y Lawrence English sacaron uno de mis discos de ambient favoritos del año. Con lo que creo que es una mezcla entre loops de cinta y sintetizadores, Ale y Law generan unas texturas abrazadoras y emotivas que convierten al disco en un paseo por algún lugar abandonado. Detalle: La segunda mitad de IH3 tiene uno de los drones más desconcertantes y atrapantes que escuché en el género.
VA — We Out Here
Ya que hablé tanto de que en Reino Unido hay mucha gente joven usando el jazz como motor para explorar nuevos sonidos, me parece que We Out Here tiene que estar en esta lista. Este compilado reune 9 tracks de diferentes bandas de la escena, sirve como catálogo para explorar más, pero también es un disco muy divertido de escuchar así solo.
Snail Mail — Lush
Snail Mail es el proyecto solista de Lindsey Jordan y Lush es su álbum debut. Este es un disco que sigue un esquema clásico de canciones lindas sobre la angustia de ser adolescente, pero aún así puede destacarse por la madurez de sus composiciones y su efectividad a la hora de expresar aquello por lo que pasa la artista.
Aphex Twin — Collapse
Richard no defrauda. En su más reciente lanzamiento Aphex Twin demuestra que, aunque nunca va a abandonar su sonido analógico clásico, sus composiciones siempre van a mirar al futuro y jamás se van a conformar.
Smerz — Have Fun
El dúo Noruego Smerz impacta con un EP en el que el R&B se cruza con sonidos industriales, drones oscuros y claustrofobia. Por más que el EP no es perfecto, Smerz entra a la lista porque es un artista al que hay que seguir de cerca por su concepto renovador y su sonido futurista.
Tierra Whack — Whack World
Probablemente uno de los proyectos más interesantes y ambiciosos del año. Whack World es un disco visual de 15 temas que dura 15 minutos. Con una duración limitada de un minuto por tema Tierra Whack demuestra su talento inigualable para tirar hooks, rapear, cantar y dejarte constantemente enganchado. Es importante escucharlo mirando el video para tener la experiencia completa.
Martyn — Voids
Siempre con un pie en el UK Bass, Martyn trae una serie de 10 tracks llenos de bajos tajantes y ritmos sincopados, pero que a la vez son intercalados por melodías ambientales y pads claustrofóbicos con una delicadeza digna de Burial. Claramente es un disco pensado para las raves, pero se banca una escucha de living.
Earl Sweatshirt — Some Rap Songs
Con bases cada vez más abstractas y glitcheras, dignas de Madlib o Flying Lotus, Earl Sweatshirt aparece con un disco comprimido que lo consagró entre todas las comunidades de ñoños que le prestamos demasiada atención a la música que escuchamos. Con la misma duración que un capítulo de Seinfeld, Some Rap Songs es una colección de tracks que juegan con el límite entre el hip hop y la música experimental, posicionando al ex-joven prodigio como una de las caras mas importantes en el género.
Tommy Cash — ¥€$
La cara del sonido post-soviético sacó el disco más raro de su carrera. Entre influencias de hard bass, funky brasilero y trap, Tommy Cash nos sumerge en su universo trash y soviético con un disco muy manija pero a la vez muy divertido y original.