Seis años

On Air Ediciones
Notas y notas
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3 min readAug 13, 2017

Este es el apunte de: Comienzo a ser consciente que mi vida durante los últimos seis años ha sido mi mujer, mi chicha y mis hijas. Nada más ha sucedido en mi vida.

Tras un año y seis meses, comienzo a comprobrar que el mundo se detuvo con ella, en el momento que comenzamos a vivir su enfermedad. En ese momento todo se detuvo desde ese punto de tristeza que es ver como la persona que amas estás tocada por la enfermedad.

Por contra, construimos una vida juntos más fuerte y resistente. Con el único fin de vivir todo lo que teníamos de vida, sacar las mejores partidas a cada segundo de lo que era nuestro disfrute en pareja.

La enfermedad no nos dejaba pero nosotros a ella si, pero ante todo por la volunta de de ella, de ser, estar y vivir con fuerza cada segundo. Pero todo no podía ser, ella además de sentir y vivir la vida, ayudó a vivir la vida a otros, a su madre, cada fin de semana, con la enfermedad acuestas pero ella ayudaba a su anciana madre para que sus hermanos descansaran. Sin especial señal, sin llamar la atención su enfermedad era suya y con discreción la llevaba.

En nuestra casa ella nunca cambio su vida, ella siempre estuvo con sus hijas para acompañar en las tareas escolares para relajar la tensión de la vida diaria.

Hoy es 13 de agosto, hoy hace año y medio estaba viva, en su último día de vida, en un hospital de una ciudad con medios para ayudarla. Una semana de estar encerrado en una habitación de hospital, como otras tantas veces había sido, quedaba un día, 24 horas de ver como su respitación agitada, y cada vez menos agitada, iba apagándose.

Era marzo, un marzo que resultó ser frío, seco y muy triste. Cogidos de la mano, como único punto de unión con su interior, con la esperanza que aquello nunca terminara que la vida no se fuera y fue nuestra eternidad.

No fue así, una noche de sueño, cansancio y agotamiento, pero el día llegó, frío, con amezada de lluvía. Regresé de tomar un café, y me quedaban poco más de veinte minutos de estar con ella. Sentado, cogido de la mano, con la esperanza enlazada en el corazón, buscando en mi cabeza un lugar donde dar sentido a lo que vivía…9:23 minutos de una mañana fría, con nieve en el cielo, en un lugar donde nunca nieva, una mañana de marzo, un día 14, decidió la vida dejar que ella partiera para estar en descanso tras una batalla larga y dura. Es díficil salir de esta vida sin sufrir, la entrada y la salida están repletas de dolor y sufrimiento.

Sentado a su lado, con la mano cogida, comprobé que ya partía. Ahora, sentado en otro lugar, pienso que fueron seis años que todo se detuvo, que la vida se quedó atrapada en esos seis años. Nada más sucedió, vivir junto a ella es la vida, es la eternidad.

Recuerdo una frase de una película:

.- No hay día que no recuerde a tu padre, y de eso hace diez años

Cuando la oí me pareció mucho, hoy cuando vivo yo mis 18 meses sin ella, entiendo esa frase, cada día, no, en cada día la recuerdo miles de veces, su recuerdo, su compañía, era mi única riqueza, por eso la escogí como compañera, por ello luche por estar con ella, por eso la amé tanto, sin saber que la amaba tanto.

Hoy 13 de agosto te sigo queriendo con la locura de cuando comenzé a cortejarte y éramos unos jóvenes llenos de ilusiones.

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