¡Mi gran alegría y sorpresa descubriendo mi FC yendo de lo normal a lo excelente!

Alejandro Ariza Z.
Reflexiones de Alejandro Ariza Z.

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¡Hoy es un día que quizá nunca se me va a olvidar, además de ser día 18! Hasta se me arremolinan las idas para compartirte. Concretamente, acabo de descubrir cómo ha mejorado mi frecuencia cardíaca yendo de lo normal a lo excelente y sin hacer absolutamente nada de ejercicio, sino comprobando la contundente evidencia del beneficio que tiene tomar los suplementos que estoy tomando.

Podría extenderme mucho en esta nota por todo lo que estoy pesando ahora y más como médico, pero intentaré ser breve. Hace mucho tiempo —quizá más de seis años — se me ocurrió tomarme mi frecuencia cardiaca en reposo. La frecuencia cardiaca es el número de latidos del corazón durante un minuto. Recuerdo perfecto que era de 88 y en otra ocasión de 81. Aunque estaba en rango “normal” — lo normal es de 60 a 100 — no dejó de llamarme la atención (uso esas palabras para no decir “preocuparme”) la evidencia de cómo mi corazón me decía que por mi vida tan sedentaria y con obesidad de aquel entonces necesitaba esforzarse más para bombear sangre a todo mi cuerpo, ya que no es un corazón “entrenado”. El corazón es un músculo, y como tal, a mayor entrenamiento, más fuerte se hace, de tal manera que estando en reposo, por el entrenamiento, necesita menos pulsaciones para arrojar la sangre al cuerpo ya que lo hace con su muy natural fuerza aumentada por el ejercicio. Por eso los atletas suelen tener una frecuencia cardiaca baja, ya que su corazón (su músculo) se ha hecho tan fuerte por el entrenamiento que con pocos bombeos impulsa la sangre necesaria. Sin embargo, la gente que llevamos una vida sedentaria tenemos el músculo del corazón nada entrenado y así necesita latir más frecuentemente para impulsar la sangre.

Además del ejercicio existen muchos factores que modifican la frecuencia cardiaca: el sexo, la postura, la digestión, la edad, el tipo de vida, etc. Sin embargo, el tema aquí es que me preocupaba entender, como médico, que a mayor frecuencia cardiaca en reposo peor el estado de salud en general. La explicación más breve es esta: cada latido del corazón está “golpeando” las arterias de todo el cuerpo. A mayor golpeteo (mayor frecuencia cardíaca), más daño (como desgaste) a lo largo de los años. Y el cuadro se vislumbra peor cuando con la edad, la mala alimentación y los malos hábitos, las arterias se endurecen. Todo en conjunto aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular que podría ser tragedia por lo súbito que suelen presentarse, desde derrames hasta infartos. En esencia, a mayor frecuencia cardiaca en reposo se ha visto que la expectativa de vida disminuye, uno puede morir a edades más tempranas, y tiene su lógica. Hemos golpeado tanto las arterias del cuerpo que a base de pequeños golpes pero tan frecuentes acortamos nuestra vida. Así, tontamente desde hace tiempo, hice lo que cualquier persona inconsciente suele hacer para no preocuparse: dejar de ver. Me dejé de tomar la frecuencia cardiaca y mejor puse mi atención en cualquier otra cosa; además quién va a estar revisándose la frecuencia cardiaca cada rato. O sea, me apliqué el famoso mecanismo de defensa de la evasión. Sí, por increíble que parezca, como humano, tengo mis debilidades llevadas al colmo incluso siendo médico y siendo quien soy.

Hace un año aproximadamente conocí unos suplementos naturales que prometían mejorar la presión arterial y hasta disminuir la frecuencia cardíaca, demostrado por estudios de un laboratorio alemán independiente a los fabricantes, suplementos para cuidar naturalmente la salud cardiovascular y, como muchas cosas, ¡no existían en México!, solo los vi en Estados Unidos con la clásica subsecuente frustración. Su fórmula se me hacía lo que le sigue de extraordinaria por lo mucho que los estudié. Me extendería demasiado aquí entrando al detalle pero cualquiera ya puede investigar en línea las más recientes y serias investigaciones que han salido acerca del enorme beneficio de ciertos polifenoles, específicamente los encontrados en la semilla de la uva, el resveratrol combinado con magnesio, bromelina y quercetina para la salud cardiovascular que hoy son incluso muchísimo mejor que lo que hace años un célebre cardiólogo, el Dr. John Folk, recomendó como prevención de infartos tomando una aspirina diaria. Hoy eso ya no se recomienda, ni la aspirina “protect”; vamos, el mismísimo Dr. Folk, quien fue el primero en el mundo que recomendó la aspirina, afirma que no se le compara en prevención y beneficios a las mucho mejores sustancias, y para colmo naturales, que se han encontrado en la semilla y la cáscara de la uva aunadas a otras que las potencian. El tema, si lo investigas, es extenso y apasionante. Pues bien, mi emoción se incrementó cuando apenas hace tres meses… ¡llegaron a México ya esos suplementos! Fui inmensamente feliz y los empecé a tomar de inmediato… y en estos tres meses… ¡no me había tomado mi frecuencia cardiaca sino hasta hace un momento! Bueno, no me la había tomado desde hace años. No sé porqué ni cómo, pero hace unos minutos me encontraba estudiando unas conferencias cuando de repente me llevé mis dedos al cuello y quise tomarme mi frecuencia cardiaca así de la nada. De inmediato recordé la cifra que tenía memorizada por arriba de 81 hace años. Hasta tomé mi iPhone para cronometrar un minuto exacto. Hoy, ahora, a mis 46 años de edad, conté mis latidos en un minuto y… ¡¡¡fueron tan solo 61!!! Bueno, si me he tomado la frecuencia cardíaca más de 15 veces ahora mismo son pocas, sentado, acostado, inclinado, 64, 61, 63, y oscilando por ahí mis latidos por minuto, una y otra vez me la tomé porque no lo podía creer. Sin hacer absolutamente nada de ejercicio — nunca me ha gustado — mi frecuencia cardíaca ha disminuido demasiado. Si le tenía fe a mis suplementos… ¡¡¡hoy vivo latiendo la evidencia!!! ¿Por qué es tanta mi alegría? Desde hace tiempo supe de un estudio danés que siguió el ritmo cardiaco en reposo de más de 2,700 hombres durante 16 años y se concluyó que era un indicador de mortalidad independientemente del estado físico y otros factores de riesgo cardiovasculares importantes. Magnus Thorsten Jensen, el autor principal del estudio, indicó que si se escogieran a dos personas saludables que estuvieran en las mismas condiciones físicas y tuvieran la misma edad, misma presión arterial y así sucesivamente, la persona con la frecuencia cardiaca más alta sería la que tendría una esperanza de vida más corta. En medicina se cree que si logramos disminuir un latido nuestra frecuencia cardíaca, podríamos tener un año más de vida. ¡O sea, —si Dios quiere — ando viviendo 20 años mas! ¡¡¡Por eso es tan valioso disminuir nuestra frecuencia cardíaca y por eso estoy tan feliz!!! Y claro que vale la pena hacer ejercicio para ello, pero qué impresión que la naturaleza aporte algo que ayude tanto a disminuirla aun sin hacer ejercicio. ¡Dios! Estoy feliz. Como te dije, lo “normal” de la frecuencia cardiaca en reposo oscila de 60 a 100, pero según el American College Sports Medicine, el rango de lo normal va de lo inadecuado hasta lo excelente, pasando por lo normal y lo bueno. Mira esta tabla:

¡Por eso mi alegría! Una cosa es tenerle fe a unos suplementos y más basado en lo que uno ha estudiado — más que nada por eso los tomo, porque sé lo que hay en ellos y lo que hacen en el metabolismo—, que atestiguar con el tremebundo rigor de la evidencia que lo que prometían lo hacen. La naturaleza es bondadosa y poderosa. ¡Te lo tenía que platicar! Incluso ahora estoy muchísimo más orgulloso de haber grabado unas video-conferencias donde explico a detalle de esos suplementos. De verdad, de corazón, por favor… ¡tómatelos! Ya están disponibles en México.

Con la gran emoción de así abrir la posibilidad de poder aumentar el tiempo de nuestra vida, por lo que hoy te he explicado aquí, quiero compartirte la información pero cumpliendo con una ley espiritual en donde solo por merecimiento lo sepas: si lo preguntas. Con mucho gusto puedes enviarme tus datos haciendo clic aquí: “Quiero saber de los mejores suplementos”.

Siempre que uno se cuida y ve resultados tan contundentes, es gran fuente de…

¡Emoción por existir!

-Alejandro Ariza.

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Alejandro Ariza Z.
Reflexiones de Alejandro Ariza Z.

Conferenciante inspiracional y motivador, escritor, médico, empresario.