¿Qué deberíamos aprender de los cocineros?

Creo que hoy es indudable, si queremos saber mas sobre creatividad, procesos de trabajo, innovación, etc. tener muy en cuenta lo que están haciendo los cocineros. Un colectivo profesional que ha sabido innovar manteniendo la base de la tradición. Diseñadores y muchos otros perfiles profesionales podemos sacar buenas enseñanzas de su “explosión”.

Llevo tiempo muy interesado en el sector gastronómico. No como cliente de restaurantes guía michelín, que para eso no da la economía, sino intentando aprender sobre su forma de crecer profesionalmente. Evidentemente uno de los máximos referentes es Ferrán Adriá que tiene un proyecto que me parece especialmente valioso: su proceso de “racionalizar el proceso creativo”. Una exposición, AUDITANDO EL PROCESO CREATIVO que desafortunadamente no he visto pero que intenta explicar cual es el proceso. Es muy recomendable leer el informe sobre Escuelas Creativas porque vamos a seguir aprendiendo durante toda nuestra vida profesional.

Creo que es aplicable a otras profesiones. Una de las muchas técnicas que usa es crear una serie de listado para crear conexiones improbables: imaginad una serie de columnas, una con procesos (hervido, cocción a baja temperatura, desecado, salazón…) otra con ingredientes (salmonete, papaya, alchachofas…) y una tercera con sentimientos y sensaciones (sorpresa, emoción…) al buscar relaciones entre unas y otras se abre un mundo de posibilidades de exploración.

Acabo de comprar las cartas de IDEO y juegan con el mismo sistema. ¿Por qué no adaptar y aprovechar sistemas de trabajo que ya funcionan en otras profesiones? y sin duda la gastronomía es una de las más interesantes.

QUÉ HACEMOS MAL

Creo que estamos dentro de un sector que hace bastantes cosas mal. Una de las más importantes es la falta de autocrítica. Siempre culpamos a otros: clientes, instituciones públicas, competencia “desleal”, plataformas de outsourcing. Pero nunca escucho algo fundamental: la AUTOCRÍTICA. Quizás hay cosas que tenemos que mejorar para que las cosas en nuestro sector vayan mejor. Una de las más importantes es el pensamiento colectivo, mejorar la profesión per sé más allá de individualidades. Pero hay mucho más, este post es solo mi opinión y como digo siempre: al estar solo tengo que tener las ideas claras pero siempre estoy abierto a escuchar otras formas de pensar y por supuesto con la posibilidad de cambiar de opinión. Algo que por otro lado me encanta porque me demuestra que he avanzado y soy un poquitín más sabio. Así que se abre el debate.

QUÉ CAMBIAR

Son muchas las cosas que deberíamos intentar cambiar: las condiciones laborales, la formación, las relaciones con los clientes, las asociaciones y los premios, pero sobre todo la visión egocéntrica que creo que hay en la profesión. Por eso he usado al sector gastronómico porque aún siendo un colectivo muy dado al EGO y la INDIVIDUALIDAD creo que han sabido muy bien sumar en lo colectivo para lograr posicionar el sector en el mapa internacional. Algo que sin duda necesitamos para sobrevivir.

CÓMO CAMBIARLO

1.- No hablar mal del sector

Era un secreto a voces que dos de los más influyentes cocineros vascos no se hablaban pero de manera inteligente nunca había desplantes en público ni declaraciones en contra del otro. Creo que es una postura muy inteligente

El criticado pierde… el que critica también

En diseño las críticas nunca son constructivas no hay más que mirar los comentarios en behance (nunca he encontrado ninguno que aporte valor, solo adulación y spam). También es cierto que los resultados de un proyecto de diseño son muy difíciles de valorar. Todo es relativo sin tener acceso al contexto (presupuestos, tiempos, información, usuarios…). No puedo entender como criticamos un proyecto de branding sin conocer las circunstancias. Si todos hemos tenido proyectos que han perdido valor en manos de las continuas revisiones… o simplemente porque el presupuesto no da para más y hay que entregarlo antes de dejarlo redondo.

No me parece respetable, desde el punto de vista profesional, valorar un trabajo sin ponerse en la piel del compañero y mucho menos hacer sangre. Lo he visto en múltiples ocasiones: páginas especializadas, escarnio público en eventos… creo que es un tema de respeto. Demos feedback si es posible y sino es mejor no provocar el efecto Streisand si consideramos que un proyecto no es lo suficiente mente bueno.

OJO que yo soy el primero que critico los concurso de diseño de carteles… pero no miro el resultado de hecho lo haría aunque el resultado fuese fantástico como en los últimos trabajos institucionales de Valencia o el proyecto de carteles de San Isidro en Madrid. Si el proceso está viciado y no es justo eso no valida el resultado.

Evidentemente los cocineros no son ángeles y hay rivalidades incluso odios en el sector. La competencia es durísima y es ya un sector el de la alta cocina donde es casi imposible hacerse un hueco. No supe lo duro que es hasta que lees noticias sobre suicidios de chefs con estrallas michelín debido a la presión o simplemente ves el sacrificio que supone, para gente como Jesús Almagro, presentarse a un concurso internacional. Un documental muy recomendable:

En cocina si el sabor es malo todo lo demás da igual. Un diseño puede ser estéticamente poco atractivo pero ser muy buen diseño y por supuesto también al contrario. Algo que entre fácil por el ojo, incluso impacte pero que sea un muy mal diseño.

En cocina, al nivel que se ha llegado, ya no solo sirve el sabor pero creo que es más “racionalizable” valorar un plato que un proyecto de diseño. En este último las circunstancias son claves y condicionan el resultado. Muchos grandes proyectos de innovación luego no se pueden implementar. Podríamos por ejemplo reestructurar toda la experiencia de uso de la sanidad pública pero ¿de que sirve si no hay presupuesto o técnicamente no es realizable? ¿es un mal proyecto? yo creo que si. Mejor si introducimos pequeños cambios pero que sean fáciles de llevar a cabo. En esto podríamos aprender mucho del sector técnico y sus metodologías de trabajo, pero mejor lo dejo para otro dia.

Como comentaba, aunque probablemente lo esté idealizando, el sector de la gastronomía se cuida bastante de tirar piedras sobre su propio tejado. Saben que las críticas o destapar miserias lo único que hará es ir en contra del sector. Cuando han habido críticas razonadas como las condiciones de las críticas al sistema de “becarios” en las grandes cocinas no han habido notas discordantes sino un sentimiento corporativo (y peligroso como el de los médicos) de justificarlo. Conozco bien las prácticas que se realizan porque en su dia intenté entrar en la escuela de hostelería. Para ponerlo en contexto tras la reconversión industrial me planteaba mi futuro y el único sector fácilmente empleable era la cocina. Solicité entrar en la escuela de cocina de Leioa pero eramos muchos y fui rechazado, para no perder un año entre en Ciencias de Información indudablemente una decisión de riesgo que finalmente no salió tan mal. Ya en aquella época lejada los cocineros empezaban, sobre todo los vascos, a ser muy famosos y a hacer algo en lo que son unos maestros, compensar la mala gestión de sus negocios con ingresos paralelos (productos, asesoría, formación, televisión… incluso cds interactivos) uno de ellos tenía en el sótano del restaurante unas serie de literas donde dormían hacinados las decenas de cocineros (no estudiantes sino personas con estudios terminados que venían de todo el mundo) para descansar tras las largas jornadas de trabajo. Listos son un rato así que pensaron si la gente es capaz de venir a trabajar gratis desde lugares como Japón o Australia… ¿por qué no ir un paso más allá y cobrarles? y así lo hicieron con el surgimiento de programas de residencia en restaurantes de prestigio que NO eran rentables. ¿Cómo vas a ser rentable si tienes que pagar a 50 profesionales para dar de comer a 50 personas?. Es algo muy triste pero NADIE en el sector ha denunciado esas prácticas ni siquiera ha aprovechado para posicionarse en el extremo opuesto. Me he ido del tema pero creo que son cosas que hay que tratar y es una tendencia peligrosa que es demasiado habitual. Lo mismo han hecho grandes creativos cobrando por trabajar. El síntoma al que quería llegar es que es un ECOSISTEMA CERRADO si no pasas por el aro es difícl entrar en sectores como: la alta gastronomía, la publicidad, las grandes empresas y por supuesto el diseño. Los programadores no tenían esta limitación y la proliferación de bootcamps elitistas (no en cuanto a capacidades sino a precios y acceso a puestos en startups molonas) lleva el mismo camino. Esa es otra de las razones de aprender de lo malo de otras profesiones: NO PERMITIR CAER EN LAS MISMAS TRAMPAS

Hace unos años Santi Santamaría (que en paz descanse) alzó la voz contra la cocina-química el alarde en los procesos, esferificaciones, etc. Desató una guerra que no ayudó, ya que el público objetivo de esos restaurantes son turistas gastronómicos que coordinan sus viajes para comer en dichos restaurantes pero si es peligroso que no existan debates ni autocrítica.

Creo que ha llegado el momento de hacer autocrítica del sector del diseño, que se necesita, que va mal, que hay que mejorar… Desde mi punto de vista son varios puntos:

  • Modernización de la profesión. El Diseño Gráfico es una disciplina muerta. Hay que apostar por la escalabilidad, las metodologías, la transparencia, documentar los proyectos, compartir y sobre todo apostar por crecer de forma colectiva.
  • La formación es cara y cerrada. La nueva política universitaria ha dejado fuera a grandes profesionales y provoca que los profesores tengan que centrarse más en su proceso ca
  • Hemos dejado a los clientes de lado. Estoy harto de escuchar términos despectivos sobre los clientes: que no entienden, que me han cambiado el diseño… en realidad creo que la culpa es nuestra. Se hace labor pedagógida a nivel individual pero no acciones colectivas. Creo que habría que formar en la importancia del diseño a los estudiantes de económicas, empresariales, ingenierías… y sobre todo MBAs. Cuando algunas asignaturas son sobre ahorro de costes y como usar wordpres o tuixt (lo escribo mal adrede) es porque no hemos sido capaces de explicar, los cocineros esto lo han hecho fenomenal, las necesidades, ventajas y posibilidades de integrar una filosofía del Diseño en las empresas. Hablaba en el pasado BlancFest con Josep María Mir y nos recordaba como antes los premios LAUS eran mejores porque se subía a recoger el premio mano a mano con el cliente, creo que es un gran ejemplo y algo sintomático de la profesión. Las culpas son del cliente, los éxitos del diseñador. Mi admirado Mike Monteiro tiene un libro que todos deberíamos leer y reflexionar sobre él You are my favourite client y a partir de ahí tomar conciencia y actuar.
  • Pérdida de calidad. Ser viejo en la profesión no tiene muchas ventajas… quizás la única sea la visión global y el conocimiento histórico. Nostalgia cero pero si creo que a nivel global se ha producido una pérdida real de calidad en los trabajos. La tecnología ha ayudado a crear nuevos escenarios, mejorar la producción pero en cuanto a la calidad hay un ejemplo claro y es la reducción de los plazos. La prisa siempre es enemiga de la calidad. Podría resumir un gran diseño como una suma (mayor que sus partes) de CONCEPTO + OFICIO + TIEMPO y este último está muy ligado al presupuesto. Si puedo dedicar tiempo a pensar, encargar ingredientes de calidad (copy, fotografía, ilustración, investigación…) es evidente que el producto será mejor. Los trabajos que vemos premiados y con repercusión tienen estos ingredientes grandes profesionales que han encontraro una razón en su trabajo y cuentan con el suficiente DINERO/TIEMPO para añadir elementos de calidad y madurar el producto, pero en el dia a dia de muchas empresas se ha optado, simplemente para poder subsistir, por los productos precocinados: plantillas, fuentes gratuítas, fotos de stock, etc y para apuntalar más esa pérdida de calidad las prisas, producir por delante de pensar y eliminar pasos en el proceso ¿donde están ahora los correctores?.

Y creo que hay muchos otros puntos que habría que debatir a nivel colectivo y sobre todo DISEÑAR acciones para mejorar el gap existente.

2.- Poner en valor lo que haces

Siempre fui excéptico en el valor de la alta gastronomía hasta que un dia vi un documental sobre el trabajo de Aduriz y me abrió los ojos para saber que quizás no soy consumidor de su trabajo pero si máximo respeto. Cuando alguien dice que “el cocinero más importante del restaurante es el que cocina para sus compañeros” hay que callarse y pensar. Muy recomendable.

En el sector del diseño se han hecho cosas. Creo que aprendo más sobre diseño viendo Chef’s table que Abstract pero también que hay mucho camino para mostrar el trabajo del dia a dia, los porqués, el valor y lo que valen las cosas en entornos más locales. Hay gente trabajando en ello como Xavi Calvo con sus artículos y en su dia la productora debolex con su fantástico proyecto ORAIN muy recomendable.

Hace falta mucha más gente compartiendo y divulgando no para los diseñadores sino para el resto de la gente. Nuestro público NO SON NUESTROS COLEGAS/COMPETENCIA sino los clientes y la gente que va a consumir sus productos y servicios.

3.- Saber Reinventarse

Es evidente que el margen de beneficio de una empresa de servicios en general y de un estudio de diseño en particular es muy pequeño por eso una de las cosas que podríamos aprender de los cocineros es a como reinventarse. Llegó un punto en que se dieron cuenta que abrir más restaurantes no escalaba, los gastos son enormes y el aumento, cuando lo hay, de beneficios no compensa. El principal gasto de este tipo de restaurantes es la materia prima. En nuestro caso debería ser el capital humano, pero no se valora como se debería.

Hay un libro muy recomendable, REINVENTORES, que habla de negocio y de como han diversificado sus ingresos que deberíamos leer escrito por Marta Fernández Guaño donde explica fantásticamente los modelos de negocios y muchos de ellos son extrapolables a nuestro sector. Si no teneis tiempo en su dia fue una de las obras que compartimos en un proyecto, creo que muy interesante, llamado el Montag Club un club de lectura compartida de libros técnicos.

Por otro lado creo sinceramente que los estudios de diseño tradicionales tienen carencias, sobre todo estructurales y de metodología que no los hacen escalables y problemáticos a la hora de acometer proyectos con cierta envergadura. Ya lo he dicho muchas veces pero el enfoque tradicional del Diseño Gráfico es un cadaver andante o integramos procesos de investigación y gestión de proyectos avanzadas y también de pensamiento estratégico y de negocio.

4.- Compartir conocimiento

El éxito de la cocina vasca y su salto de calidad creo humildemente que no se debió a la tradición, la calidad de las materias primas o a elementos externos como la influencia francesa sino sobre todo a la visión de gente como Juan Mari Arzak que siendo un pionero en vez de guardarse su conocimiento solo para él tuvo la capacidad de ser permeable. Pongo un ejemplo. Cuando lanzó su puding de cabracho fueron muchos los cocineros que aprendieron y lo incluyeron en sus cartas… incluso en sus menús, este ejemplo ilustra bien como compartir hace que crezca el nivel a tu alrededor y eso beneficia a todos los estamentos desde el restaurante con un menú degustación de 200 euros, al que hace cocina tradicional de calidad por 45 y al modesto menú del dia de 12 euros que puede hacer guiños de calidad como este y también trabajar satisfecho de su labor. Éste último es el baremo real de calidad de un sector. La cocina vasca es tan buena porque puedes comer en algunos de los mejores restaurantes del mundo pero sobre todo por lo bien que puedes comer casi en cualquier sitio independientemente de lo modesta que sea su propuesta. En diseño debería ser igual, el eslabón más débil es el que marca el nivel de una ciudad. Si viajas por Amsterdam, Berlín, Graz, etc verás y respirarás diseño, no es un tema de presupuesto es un tema de cultura y de masa crítica. Eso lamentablemente no ocurre en Bilbao a pesar de ser una ciudad del Diseño por la UNESCO la percepción no es la misma desde el punto de vista gráfico, digital, etc. Tengo mis teorías sobre los porqués y como evitarlo pero vamos a seguir avanzando.

5.- Hacer cosas por placer

Cuando estaba en la universidad tuve la oportunidad de conocer a mucha gente interesante. Uno de ellos, hijo del Ararteko de la época, me contaba como los grandes cocineros vascos se reunían entre semana en la casa de su vecino un famoso y televisivo cocinero, para hablar del sector, de negocio, de oportunidades… y lo hacían siempre delante de un plato de huevos fritos con patatas para que la conversación no se dispersase y concentrarse en lo importante compartir visión y buscar nuevos caladeros profesionales. Quizás sea mi percepción y no quiero generalizar pero en el sector del diseño veo una falta de amor por la profesión que no va más allá de los encargos de cliente. Entiendo que sin cliente no hay proyecto, pero no puedo quejarme de no tener proyectos interesantes cuando puedo tener al mejor cliente del mundo YO MISMO e incluso tratar de una de las lagunas más importantes, desde mi punto de vista de la profesión, CREAR PRODUCTO.

Si es fácil ver a un cocinero en un txoko para reunirse con sus amigos, a programadores en un hackaton en un fin de semana… ¿por que es tan raro ver a diseñadores juntarse para hacer cosas que les apasionen? ya sea diseñar un cartel o cambiar el mundo (no es perfecto pero aquí hay opciones). No tengo respuesta, lo que si tengo claro es que es algo que seguiremos haciendo en nuestro estudio HHH con el que tenga cosas que aportar.

6.- Pensar en el bien común

Como he dicho siempre, que un cocinero pueda cobrar 200 euros por un menú es bueno para el resto y que en mi ciudad existan estudios de primer nivel que puedan hacer proyectos internacionales y competir con los mejor es también bueno para mi. Lo tengo claro ¿os habeis preguntado alguna vez porque en un centro comercial hay televisiones de miles de euros que probablemente casi nadie compre? pues eso permite relativizar los costes. Esa es una de las razones por querer empresas/profesionales top en mi ciudad me va a permitir justificar mejor mis presupuestos a los clientes pero también funciona como un acicate para no dormirnos, innovar, investigar nuevos mercados y tecnologías y mantener el hambre.

En restauración hay un ejemplo claro, un bar solo en una zona deshabitada lo tiene mucho más difícil para subsistir que si está rodeado de otros y entre ellos crean una escena. El éxito de unos ayudará a los demás y es posible que hasta sirvan unos de cantera para los más punteros. La competencia, si es sana y honesta, no es solo buena para los consumidores sino también para el resto de empresas del sector. Si pudiese escribir una carta a los Reyes Magos del Diseño además de una buena escuela (no oficial) de Diseño pediría sobre todo un estudio referente en Bilbao, alguien que pueda competir a nivel internacional por la calidad de su trabajo pero también por su capacidad procuctiva, pero todo eso no sirve de nada si no es permeable, si todo se queda dentro de sus puertas y el resto de alumnos, profesores, clientes… no se benefica, como hizo Arzak, de esos conocimientos. Se que es mucho pedir pero creo que es algo fundamental que impide el despegue del Diseño en el País Vasco.

7.- Conocer el Producto

Yo no sabía lo que era un guisante lágrima ni lo que cuesta un kilo, pero esa es la base de la alta cocina, el mejor producto posible, si es de proximidad mejor y con una colaboración estrecha entre creados y productor. Hay un elemento clave y es que no se puede innovar desde cero y que nadie puede crear sin apoyarse en el hombre de los demás.

En la universidad me dieron clase de CREATIVIDAD, y una de las cosas que se me quedaron grabadas a pesar de lo poco que iba a clase fue: “si tienes una merluza de calidad no necesitas mucho más, poco de aceite en la plancha y una piza de sal. En cambio si no está en su mejor momento entonces tendrás que inventarte procesos, salsas… para disimular sus defectos” en creatividad, diseño y cocina es lo mismo. Si tengo buenos ingredientes (un buen fotógrafo, ilustraciones con personalidad, un copy que comunique y sobre todo seduzca) no necesitaré nada más APARTE DE UN CONCEPTO SÓLIDO. Con esa idea de base que quiero comunicar y una buena fotografía, por ejemplo, ya tendré resuelto el trabajo.

Cómo autocrítica creo que se hace poco incapié en la formación como diseñador en conocer ese producto y sobre todo en crear esas relaciones con esos hortelanos (el tipo de sistemas, el fabricante de papel, el taller de cerámica, etc) no creo que se pueda ser un buen diseñador web sin tener una conocimiento de como funcionan los servidores. No digo formación en sistemas, pero en una ocasión tuve un viaje que podríamos titular “5 horas con Mario” a un subflash en Albacete en que aprendí un montón sobre como escalan, como se vende el espacio, problemas, virtualización, etc. A la hora de diseñar un proyecto digital hay que hacerlo en base al rendimiento y también teniendo en cuenta un tema que me tiene enganchado que es la sostenibilidad en proyectos digitales… algo como la accesibilidad muy ligado al BUEN DISEÑO no como objetivos sino como consecuencia.

Por eso si quieres ser un buen diseñador conoce el producto al máximo. Si un chef madruga para ir al mercado e incluso a veces va a pescar a nosotros se nos debería faciliatar hablar con los que hacen que las cosas funcionen: imprentas, sistemas, etc y mancharnos las manos.

8.- Ser conscientes de que es un Oficio no un Arte

Una de las cosas más importantes de un cocinero es ser resolutivo, poder trabajar rápido y con presión. Algo que deberíamos aprender los diseñadores es el concepto de Mise en place que es algo imprescindible en una cocina. Consiste básicamente en la preparación, con mimo y profesionalidad, de los elementos que van a formar parte del producto que serviremos a nuestros clientes. A primera hora de la mañana se recibe del proveedor de confianza el pescado, las verduras, se preparan las salsas, se revisan los inventarios… y es normalmente una partida específica, diferente a los que preparan los platos, los que se encargan de ello. Sin esta base el éxito es imposible.

Hay que ser resolutivo y rentable todos los dias… genial de vez en cuando

En Diseño esto no se hace de esta manera… no se preparan los ingredientes con los que se trabaja: se maqueta sin fotos, con recuadros para incluirlos después, sin los textos definitivos, etc. Esta es la parte de oficio que a mi me gusta. El cuidado del producto en todas sus fases y el poner en valor todos los estadios del proceso.

Es imposible hacer un gran diseño trabajando con texto ficticio

Un buen Diseñador al igual que un buen cocinero es alguien CONSISTENTE el que en su peor dia ha hecho un trabajo de calidad no el que un dia hizo algo BRILLANTE. Por eso quizás la parte de la gastronomía que más me recuerda al diseño es la repostería. Porque es un oficio, casi una ciencia, donde es muy importante las medidas, el método, respetar los tiempos. Eso ayuda a la consistencia repetir el trabajo bien hecho sin depender de la inspiración.

Decía Javier Cañada la búsqueda de lo divino a través de la geometría… pero teneis que verlo. IMPRESCINDIBLE

Tampoco dejeis de ver el capítulo sobre Jordi Roca en Chef’s Table. Hay un espacio para la genialidad pero hay que dominar primero la base.

9.- tiempo de I+D

Hay que intentar no hacer siempre lo mismo. Los cocineros lo tienen claro y planean cerrar o dedicar un dia a investigación. En Diseño deberíamos dedicar aunque fuese el viernes por la tarde un rato a I+D hablar con compañeros de profesión, ver casos de estudio, probar nuevas técnicas o simplemente trabajar por placer en algo que no tiene un objetivo específico. Muchos de los grandes profesionales han acabado ganando dinero con lo que les apasionaba pues es el momento de volver a introducir la pasión en el trabajo diario.

10.- Bajarse al barro

Álex Atala tiene una trayectoria vital apasionante. Los diseñadores deberíamos aprender a mancharnos… aunque hagamos webs: aprender a hacer papel puede ser un gran aprendizaje, macharnos en una imprenta o serigrafiar unos carteles. La materia prima solo podremos conocerla viajando dejando el ratón a un lado.

Hay maneras sencillas como son rotar de puesto de trabajo… algo similar a hacer pair programming pero con distintos perfiles. Estar un dia con el fotógrafo, otro con el impresor, otro con el del hosting. Ya tengo el nombre “EMPATHY CAMP” 😃 es coña, pero es importante conocer sus problemas, necesidades… y sobre todo crear nexos de comunicación. Hay que entender los problemas de los demás.

Una de las cosas que hacemos mal los diseñadores es dar por supuesto que lo que enviamos a la imprenta está bien (cuando ellos lo arreglan casi siempre sin decirnos nada y sin cobrarnos) y que el Wordpress que hemos vendido siempre va a estar online (y es gracias al compañero del hosting que actualiza, revisa malware y demás todas las mañanas).

11.- Saber ENCAJAR CUANDO TU TRABAJO ES MALO

Los mejores boxeadores no son los más rápidos o los que más fuerte golpean de nada sirve si no sabes encajar los golpes. Uno de los grandes problemas del sector del diseño es la falta de feedback de calidad y también la poca capacidad de autocrítica. No confuncir con perfeccionismo que a veces no va a ningún lado. Actitudes a la defensiva es lo mejor que se puede encontrar. No digo hacer como los programadores y colgar el código, en nuestro caso el archivo fuente con el dossier del proyecto. Pero la única manera de crecer es estar abierto al cambio.

Una gran estrategia que he escuchado a compañeros del sector es eliminar la autoría del proyecto. No firmar nunca y que todo sea trabajo del equipo. No me gusta el fútbol, pero si quiero creer que si un equipo gana la Champions es porque hasta el último jugador del banquillo da lo máximo en los entrenamientos para que los 11 que jueguen estén al máximo de sus capacidades.

12.- Intentar crear experiencias

Es una vendida de moto denominarse “diseñador de experiencias”… pero en el primer 360conexion vino Eloi que es especialista en eficiencia energética y trabaja para el Celler de Can Roca, en varias ocasiones el mejor restaurante del mundo. Cuando te cuenta como DISEÑAN el proceso del cliente desde que entra en el restaurante y como entra la poesía, como se potencian todos los sentidos, la nostalgia, las historias, la luz, el tacto… entonces ves hacia lo que deberíamos tender. Cómo saber cuando algo es un gran diseño, cuando consigues la misma respuesta que el crítico gastronómico en la película Ratatouille (otra referencia que hay que ver).

Los diseñadores tenemos mucho que aportar a las experiencias aunque no las diseñemos podemos provocar sensaciones. Incluso el proceso final de un servicio debe ser cuidado.

13.- Conocimientos transversales

Al igual que los cocineros los diseñadores tenemos que saber sobre: negocio, gestión, hablar en público sin terminar todas las frases con un “¿VALE?”, trabajo en equipo, promoción y marketing, investigación e I+D, tecnología…

14.- Educar a las futuras generaciones

Master cheff me parece un formato odioso, pero que bien lo han hecho.

Divulgar entre los más jóvenes el amor por la gastronomía: talleres, apps, merchandising, campamentos de verano…

Otro dia os hablaré de mi “teoría del tuercebotas” pero es curioso que algo tan difícil de vender en imagen como los sabores, olores, texturas… lo hayan conseguido de manera tan amplio y nosotros que trabajamos sobre todo con lo visual hayamos fracasado sin casi intentarlo.

15.- Hacer FELIZ A LA GENTE

Cómo siempre, con las cosas que me apasiona, me paso de frenada. Es probable que en muchas cosas esté equivocado. De todos modos el crear el debate y compartir puntos de vista creo que es clave para conseguir metas mayores.

No perdamos de vista de lo que se trata y es de hacer que la gente sea más feliz y el mundo un poquito menos malo. Muchos chefs ya lo hacen como Jose Andrés apoyando en Puerto Rico y dándole caña al “pelucas” pero simplemente en el dia a dia ofreciéndonos una buena comida con la que compartir con la gente que queremos.

Los diseñadores también tenemos esa capacidad haciendo que nuestras ciudades sean menos hostiles, rediseñando el espacio en los hospitales, imprimiendo cajas para quimio o simplemente ayudando a quien lo merece tenga éxito.

Así que te animo a pensar en qué haces, como diseñador, para que tu entorno sea un poco mejor. Si tienes alguna idea, nos vemos en HHH

Si os habeis quedado, que no creo, con ganas de más:

Charla en Granada Creative Day sobre lo que podemos aprender de los cocineros

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