Antes de morir, el cielo

Temporada 1 | ‘Hasta el cielo’ (Daniel Calparsoro y Jorge Guerricaechevarría, Netflix, España, 2023)

Jesús Villaverde Sánchez
OchoQuinceMag
3 min readMar 31, 2023

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ATENCIÓN: Este análisis puede contener spoilers sobre la primera temporada de la serie ‘Hasta el cielo’.

En varias secuencias de la película Hasta el cielo (Daniel Calparsoro, España, 2020), que actúa como precuela cronológica de la serie homónima, las voces de Rosalía y C. Tangana ponían letra a las andanzas de la banda de atracadores dirigida por Ángel. “Antes de morirme, otra piel; antes de morirme, volver a nacer; antes de morirme, mátame; antes de irme quiero mil de cien, y a ti también, y a ti también…”, resonaba la voz de la artista barcelonesa mientras los hechos se iban sucediendo hasta precipitarse el desenlace. Los versos de Rosalía podrían servir como resumen de lo que acontece también en la primera temporada de Hasta el cielo (Daniel Calparsoro, Netflix, España, 2023). Transcurrido un tiempo desde el cierre del filme, y ya sin Estrella ni Ángel como eje central, los personajes creados por el guionista Jorge Guerricaechevarría mudan de piel, renacen, mueren, son matados, se quieren y buscan con ahínco ese mil de cien por el que tanto arriesgan.

En una línea similar a la de la obra cinematográfica, la obra televisiva basa gran parte de su potencial en un vigoroso aparato visual en el que destaca el pulso para las escenas de acción que ya mostró Calparsoro en sus anteriores obras (Cien años de perdón, 2016 o la propia Hasta el cielo, 2020). Más allá, la puesta en escena de la serie ahonda en el pasado de los personajes mediante flashbacks de contextualización que sirven para poner en situación al espectador que alcance la obra catódica sin haber visto previamente el largometraje.

La artista Alana La Hija del Jeque se incorpora al reparto para dar vida a Rosa, un puente entre las dos orillas.

Otro de los grandes aciertos de la producción de Netflix radica en el funcionamiento del elenco, con un perfecto equilibrio entre tótems de la interpretación como Luis Tosar, Patricia Vico, Tomás del Estal o Fernando Cayo y una nueva generación de intérpretes como Asia Ortega –que asume con galones el papel protagónico en ausencia de Miguel Herranz–, un correcto Álvaro Rico, la magnética Alana La Hija del Jeque o unos naturales y magníficos Ayax Pedrosa y Dollar Selmouni en sus papeles de Motos y Gitano. Esa frontera entre generaciones sirve como metáfora de lo que representa Hasta el cielo: un equilibrio en ese espacio que transita entre lo clásico y lo nuevo, una revisión del género del thriller y la acción de atracos con toques contemporáneos.

Así las cosas, Hasta el cielo ofrece aquello de lo que ya presumía su predecesora. Un cóctel de acción, vigor y tensión narrativa en el que se cuelan las entidades emocionales y relacionales de sus protagonistas, que no dejan de ser, en muchos casos, chavales de la periferia, tanto social como orográfica, jugando a ser jefes del hampa en Madrid. Un guion sencillo, pero efectivo, aunque a veces algo efectista –las secuencias del museo en París–, trenzado con una puesta en escena que va con facilidad de lo clásico –la mayoría de secuencias de persecución, atracos y alunizajes están rodadas con el pulso habitual– a lo excesivo –las secuencias del centro comercial, quizás demasiado autocomplacientes, aunque lustrosas. De esta forma, podemos alegar que Hasta el cielo se revela como una creación honesta, que ofrece lo que anuncia, y en la que Daniel Calparsoro y Jorge Guerricaecheverría consiguen reconectar al público con los personajes de la trama inicial. Ángeles marginales que anhelan encontrar el cielo. Aunque para ello tengan que ‘dejarse morir’.

Sole asume el control de la banda y, de una forma similar, Asia Ortega se carga el rol protagónico a la espalda en esta primera temporada. En este fotograma, los integrantes de la banda andan por el puente de Bir Hakeim.

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Jesús Villaverde Sánchez
OchoQuinceMag

Periodista. Intento escribir retratos y fotografiar historias. Casi nunca lo consigo.